Capítulo 25

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Digamos que pase al menos media hora buscándolas, claro no solo tenía ese problema, sino que además tenía que ocultarme de las cámaras de seguridad y del aparente patrullaje que hacían ahora, había tenido que esquivar a al menos cuatro guardias y dos de ellos casi me atrapan, todo para llegar detrás de la dichosa cafetería, si lo recordé, cuando estaba del otro lado de la instalación, pero al menos lo había recordado.

— ¿Por qué tardaste tanto? — fue lo primero que soltó Jennifer al verme.

— Agh... No tienen idea lo que tuve que aguantar — bufé.

— Yo estuve igual, ¿Por qué el mundo se empeñó en jodernos hoy? — se quejó ella, ambas miramos a Emily esperando que dijera algo.

— Yo llegué bien— se encogió de hombros, aplané los labios.

— Bueno... Mejor vamos antes de que nos vean — empezó a caminar — ya que ahora se les dio por poner patrullaje — rodó los ojos.

— Dos de ellos casi me atrapan, tienen muy buen oído...

— Tampoco es que seas muy silenciosa— se burló Em, entorné los ojos— te chocas con todo ¿Cómo esperas ser silenciosa?

— Cállate Emily.

— Solo digo la verdad — levantó las manos.

— Si tienen buen oído, cuando venía por acá uno de ellos me escuchó ¡A mí! Eso no es normal — abrió los ojos demás, era verdad, Jennifer era especialmente silenciosa y eso que a todo lugar que iba se transportaba sobre árboles.

Si, eso es algo que descubrí hace tiempo, ella se sube a árboles y desde ahí va pasando a otros hasta llegar a donde quiere, y como hay arboles por todos lados aquí era fácil pasar desapercibido entre el montón de hojas, supongo lo hacía desde niña porque jamás había escuchado sonido alguno de parte de ella estando sobre uno, lo que suponía práctica, por esa razón la primera vez que las vi salieron de un árbol, Jennifer estaba intentando enseñarle técnicas a Emily.

— Eso no es posible — Emily no lo creía.

— Les dije, tienen buen oído, demasiado bueno para nuestra suerte — por ahora íbamos bien, escondiéndonos entre las sombras y evitando las cámaras, servía estar todas de negro o verde militar, colores de camuflaje útiles, excepto frente a una pared blanca que casualmente es la que tenemos detrás.

— Cuerpo a tierra — murmuró Jennifer alterada, la obedecimos tirándonos al suelo entre los arbustos.

— ¿Qué paso? — murmuró Emily a mi izquierda.

— Vi a uno de los guardias cerca — se abrió visión entre las hojas del arbusto con las manos.

— Oh no, ya empezó nuestra gran suerte a marchar — ironicé el "gran"

— Rayos... — cubrió su boca al ver una sombra acercarse.

— ¿Qu..— le cubrí la boca a Em quien no había visto la sombra, sus ojos me interrogaron a lo que solo contesté señalando el lugar donde se acercaba la persona.

Uno de los guardias con el maldito buen oído se acercaba, creo que no fui la única que aguantó la respiración cuando paso frente a nosotras, se alejaba cuando se escuchó un ruido a hoja rompiéndose donde estábamos nosotras, las tres nos miramos alarmadas pensando que una de nosotras había hecho el ruido para mirar a una rana junto a nosotras, el guardia iba a acercarse más cuando otro de sus compañeros llegó entablando una conversación con él, distrayéndole sin saberlo.

— Mierda...— murmuré, Emily les tiene pavor a las ranas, le cubrí la boca con más intensidad cuando vi sus ganas de gritar, el guardia miraba hacia acá de reojo y la pelirroja seguía moviéndose emitiendo ruiditos ahogados por mi mano.

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora