Capítulo 9

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Ante eso me giré confundida.

— ¿Qué suce...?

— ¡Tú ni me hables! — me interrumpió Austin sollozando dramáticamente — ¡¿Cómo te atreves?! ¡¿Engañarme de nuevo?! ¡¿Qué no te importo Maria Fernanda?! — fruncí el ceño, ¿Y esa quién es?

— ¿Pero qué...?

— ¡Cállate! ¡Ya no caeré en tus mentiras! Ya no te amo — miró a otro lado dramáticamente, tenía el ceño completamente fruncido y mis labios en una mueca de confusión tremenda.

— Pero...

— ¡Qué no caeré en tus mentiras! — volvió a gritar histérico, no entendía nada, los demás lo miraban aburridos o intentaban no reír, ¿De qué me perdí?

— Es un caballo ¿Cómo te voy a engañar con eso? ¡Además ni siquiera estamos juntos! — moví mis brazos dramáticamente, abrió la boca llevándose una mano al pecho.

— ¿Acaso no signifiqué nada para ti? — pestañeó muchas veces poniendo ojos de perrito y un mini puchero.

— ¡¿Pero qué demoni...?! — iba a decir algo, pero mejor preferí callarme y bajar los brazos que tenía medio en alto junto a mi cuerpo — ¿Sabes? Olvídalo — negué apretando levemente los labios.

— Aunque lo intente — paró quebrando su voz — jamás olvidaré nuestra bella historia de love — hizo un corazón con sus manos aún dramatizando todo, rodé los ojos.

— Sí, como digas Austin — volví a girarme donde Solly, pero ya no estaba ni tampoco Evan — ¿Pero? ¿Qué? ¿Dónde...? — no pude terminar ninguna pregunta, ¿cómo demonios se movieron tan sigilosa y rápidamente? — ¿Cómo se desaparecieron tan rápido? — les pregunté a los demás, se encogieron de hombros al mismo tiempo lo que fue raro y tenebroso.

— Él es así, suele desaparecerse sin dejar rastro alguno — explicó Adam.

— ¿Y nunca saben a dónde va? — pregunté, ¿Cómo no pueden saberlo? ¿No son sus amigos?

— No realmente — negó Jason, creo que lo dije en voz alta — él es muy cerrado casi no habla con nosotros — me dijo apenado.

— Por lo general se va en silencio sin que lo notes y no vuelve por horas — dijo ahora Tanner.

— ¿Nunca les dio curiosidad saber dónde va? — volví a preguntar.

— No. Nos da igual — miré mal a Jared.

— ¿Cómo que les da igual?— amistad, señores.

— No es que nos dé igual — Josh también miró mal a Jared — es solo que... Ya nos acostumbramos y... — intentó buscar otras palabras fallando —no le damos tanta importancia, siempre vuelve a las dos o tres horas, cuatro como máximo, pero vuelve sano y salvo por lo que no nos preocupamos — fruncí el ceño.

— ¿Y si en algún momento necesita ayuda? ¿A ninguno le importaría? — estaba molesta, muy molesta, ¿Cómo no podía importarles?

— Él no nos quiere cerca Megan, ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Obligarlo? — rio sin gracia — no, él eligió no estar con nosotros — miré a Austin sin saber qué decir.

— ¿Nunca intentaron acercarse? — murmuré.

— Sí, por supuesto que lo hicimos, pero él sigue rechazándonos — Tanner parecía bastante triste — ya no podemos hacer nada, hace dos años que nos conocemos algunos de más tiempo y ya hemos intentado de todo, si él no quiere como dijo Austin, no podemos obligarlo, presionándolo solo logramos que se aleje más de lo que ya está — finalizó, suspiré.

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora