Capítulo 85

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Al decidir finalmente cada uno se empezó a acomodar, no vi si ellos también tenían una sola cama o más, ya que simplemente me metí en el que sería mi cuarto por estos días, era increíble, con su propia chimenea, su televisión, pero lo más increíble eran las vistas, había un ventanal enorme del lado izquierdo que daba vista a las montañas, eso de noche debía ser un mar de estrellas, todo se veía tan cómodo y relajante que ni quería salir, aunque aún faltaba, me dirigí al lado opuesto del ventanal, a un costado de la tv había la puerta que suponía dirigiría al baño, al abrirla otra maravilla quedó, era casi del tamaño de nuestra habitación en la escuela, con lo típico, pero agregándole un jacuzzi con rebordes de piedra y madera al final de este, todo se apegaba a esa gama de colores igual que el cuarto, dándole incluso más aspecto de acogimiento, incluso en una de las paredes había una pequeña chimenea, o esta casa es jodidamente fría o a esa gente le gusta chulear. 

Salí de ahí aún fascinada para ir a ver a los demás, aunque en realidad solo quería husmear por la casa sin que sea tan obvio. En el pasillo todas las puertas estaban cerradas, por lo que sin dudar bajé a la planta principal, primero chismearía ahí pues estaría vacía, la sala de por sí era grande, con sillones para al menos seis personas, una tv enorme y alfombras que se veían más suaves que pelo de bebé panda, al fondo había una puerta marrón que fue la primera que abrí, una cocina digna de chefs, con encimera de piedra, gavetas de madera, una heladera en la que fácil entrarían dos cuerpos, una isla que a su vez era estufa para cocinar y un fregadero del tamaño de tres, con ventanales directos a la hermosa vista del lago, la cocina conectaba mediante una gran abertura en la pared hacia el comedor, otro también como para quince personas, cosa que realmente no me sorprendía, es decir, cada uno tiene como cinco integrantes en la familia, de resto no mucho, sillas dignas de realeza, algunas estanterías con adornos y poco más.

Dejé la cocina ahora adentrándome a un pasillo debajo de las escaleras, había otras cuatro puertas, la primera un cuarto deducía que de visitas aunque era casi idéntico al mío, la puerta contigua era un baño, bello como toda la casa en sí, frente a este otro cuarto y a un lado lo que no me podía creer, un cuarto de juegos.

— Esta gente tiene cosas raras con la droga... — murmuré para mí misma, era imposible que tuvieran tremendo lugar sin ser mafiosos o traficantes.

El cuarto de juegos tenía una mesa de billar en el lado izquierdo en una madera mejor de la que usarían para mi futuro ataúd, un gabinete que exponía los palos en la pared casi como si fueran trofeos mientras que a su lado, es decir directo frente a la puerta, pero del lado contrario, un pequeño bar con todo tipo de botellas, aunque bien veía que eso tenía llave, rayos. Del lado derecho de la habitación había una enorme pantalla con sofás grises enfrente y estanterías llenas de lo que deducía serían juegos y uno que otro libro, mientras que en las paredes había cuadros y pósters muy vintage enmarcados o botellas de licores que desconocía, dios mío.

— ¡¿Megan?! — escuché a la lejanía, mierda, cerré la puerta rápidamente y corrí a las escaleras, Jason venía bajándolas cuando me vio — oh ahí estás, ¿Viste la casa? — intenté controlar mi respiración, había corrido unos diez metros y mi corazón iba a mil, pero algo me decía que era más por el hecho de que me descubrieran al ejercicio en sí.

— No, apenas bajé — mentí, no quería parecer metiche, lo era, pero al menos no lo quería parecer.

— ¿Tienes hambre? Puedo prepararte algo si quieres — señaló la cocina, aunque técnicamente yo no debería saber eso.

— No, está bien, solo quería ver el paisaje — sonreí levemente, detrás de mí convenientemente había otra gran ventana que dejaba a la vista un poco de las montañas.

— Bien, nosotros ya nos acomodamos, quería ver si necesitabas algo — aún seguía en las escaleras, le faltaban unos peldaños cuando se detuvo al verme.

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora