Capítulo 52

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Ok, me perdí, pero vamos ni es para tanto, creo que ya soy parte de los bosques, y de igual forma no es malo, uno hace contacto con la naturaleza, con el ambiente, con los parajillos tan lindos ¡QUÉ NO PARAN DE CHILLAR!

No, no, tranquila, estoy bien, estoy fain, relajada, paz interior, sándwiches, tacos, pizza, pasteles, uff... Relajación... Y hambre, pero relajación al fin y al cabo.

Ahora quedaba encontrar a los chicos, intentar que no destruyan nada y si es posible evitar que hagan alguna estupidez, pero considerando de quienes hablamos es lo mismo que intentar que el cielo sea amarillo patito.

Seguí caminando un poco más mirando a mis alrededores como si eso me fuera a indicar mágicamente por dónde ir, eran árboles, y no los de Alicia en el país de las maravillas que venían con carteles, confusos sí, pero carteles al final del día. Mientras pensaba en lo útil que sería saber orientarme en lugares así, un ruido metálico llamó mi atención; bajé la mirada a lo que mis pies se encontraban pisando, ¿Un machete? Ok... ¿Debería asustarme ahora o correr y gritar? No, todos saben que correr y gritar es la cosa más estúpida que se puede hacer en cualquier tipo de película, le estás diciendo dónde ir al maldito asesino ¡Por dios santo!Terror, suspenso, misterio, lo que sea, ¿Acaso han visto alguna en la que eso no sirviera para delatarse completamente? O como cuando tienen que hacer silencio pero respiran como si el asesino estuviera al otro lado del mundo ¡Qué está a un metro imbécil! ¡Te puede oír hiperventilando exageradamente!

Te vas de tema...

¿Qué?

El machete, te fuiste de tema hacia las películas.

Oh... Cierto, cierto.

— ¿Qué se supone que hace esto aquí? — lo levanté, de ser del campamento no tendría sentido que estuviera tan lejos, a menos que se hayan querido deshacer de él y por qué se desharían de esto considerando lo útil que les podría ser.

A menos que alguien se haya deshecho de eso por ser prueba de delito.

¿De delito? ¿Qué delito podría haberse cometido?

. . .

Espera... ¿Sabotaje? No, no tendría sentido, eso sería muy perjudicial para el equipo si se llegase a saber.

Tal vez por eso se deshicieron de la única prueba.

No, no, eso es demasiado paranoico, es decir... No, no es posible, debo dejar de leer las novelas conspiratorias de Donny.

Puede ser paranoico, o tal vez no, sea como sea no habría forma de probarlo, menos aún que ya manchaste la evidencia con tus huellas.

Al percatarme de eso solté rápidamente el mango dejando caer el machete, el cual hizo sonar las hojas en el suelo al chocar contra ellas, diablos. No, no es nada, seguramente solo son ideas mías, cosas raras típicas en mi desequilibrada mente, sí, es solo eso, seguramente...

— ¡Es un maldito, desgraciado, perro, animal, rastrero, escoria de la vida! — soltó una voz casi sin respirar.

— ¡Adefesio mal hecho! — agregó una en tono más entusiasta — lo siento... — imaginaba que le debían haber echado una mirada bastante severa.

Me apresuré a dónde creía venían las voces encontrando a quienes buscaba, sentados en una ronda en medio del bosque, casual, para nada ritualezco o satánico, aunque solo faltaran las velas y las túnicas.

— ¡Aquí están! — no pude evitar alegrarme y estar algo irritada de que me tomara como media hora encontrarlos, aunque bueno, para ser yo eso fue velocidad flash.

Escuela Militar (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora