— Si necesitas algo vienes a preguntarme o a Rown— fruncí el ceño confundida, al notar que no tenía ni idea de quién hablaba, aclaró — el que te recibió cuando llegaste, lamento no haber ido personalmente, pero tenía asuntos que resolver — se disculpó.
Ahhh.... Con que es ese su nombre...Richard Rown... Interesante.
— No te preocupes cualquier cosa te digo o a Rown— pronuncié lo último con diversión, me escaneó confundido ante la frase, pero no pregunto, me giré para salir de su oficina.
— Meggy.... Las navajas — al darme cuenta las escondí entre el pantalón.
— Adiós — sacudí mi mano en despedida, salí de ahí directo a mi cuarto, ¿Qué era....? ¡Mierda! Volví a su oficina, abrí la puerta, pero antes que diga algo me interrumpió.
— Edificio "D" tercer piso, cuarto 428 — dijo sin siquiera voltear a verme y seguir escribiendo en una carpeta a su lado.
— ¡Gracias! — sonreí volviendo a salir de la oficina, ¡Directo a mi nuevo cuarto!
Cuando estuve frente a la puerta del cuál sería mi nuevo cuarto por el próximo semestre las manos empezaron a sudarme, estaba nerviosa, ¿Y si no les agrado? ¿Y si son unos idiotas de la mala forma? O sea, idiotas de hijos de puta no idiotas de buena forma, que sería infantiles o pendejos, mierda ¡Ya Megan! ¡Que te de igual!
Sí Megan es muy tarde... Solo queda sobrevivir, amiga mía.
Bueno consciencia, a la de tres entramos.
Ok.
Ok... Ooh eso sonó como bajo la misma estrella.
No empieces.
Bueno, bueno, a la de tres...
Uno....
Dos....
Y...
— ¡TRES! — abrí la puerta decidida para encontrar un cuarto vacío, mi cara de poker no me la quitaba nadie, ¡Y yo preocupándome!... ¿Por nada? Rodé los ojos, entré cerrando detrás de mí.
Miré el cuarto, era ordenado, cosa que me sorprendió, estaba muy limpio más que el mío, al menos habría orden, era un punto a favor.
— Ok.... Esto es... Espacioso— pensé para mí misma mirando alrededor.
Estaba algo vacío, el suelo era de madera oscura y las paredes en un tono medio verde o eso parecía, solo tenía tres camas marineras una junto a la otra que las separaba unas pequeñas mesas de luz, a mi izquierda había armarios y otra puerta, me acerqué algo insegura tocando tres veces por si había alguien, ningún ruido por lo que la abrí, un pequeño baño se encontraba allí, ¿Un baño para seis personas? Digo si hay tres camas marineras deben ser seis, a menos que alguna sobrase, cosa que espero porque.... ¿Seis personas, un solo baño? No soy un genio en matemáticas, pero se me hace que salgo perdiendo. Me acerqué a las camas, todas armadas algunas mejor que otras, pero bueno sigo sin diferenciar cual es la que está libre, ¿Y si me equivoqué de cuarto? Mierda, era 428 ¿No? ¿O sería 438? ¡No puede ser! Espera, ahí está mi maleta, así que debía ser aquí, pero ¿Me olvido de algo?
Las clases genio.
¡Mierda! Era en quince minutos ¿Y yo cuánto llevo aquí?
Doce minutos y contando...
— ¡Rayos! — corrí a mi maleta dejando la carpeta dentro.
Saqué una camiseta sin mangas junto a un par de botas, tomé la camisa al estilo militar junto al pantalón que me dieron, me fui al baño, me coloqué todo rápidamente y salí, miré mi maleta, ¿Dónde la pongo? Me encargaré de eso luego aún tengo que encontrar el salón, ¡Demonios! Corrí a la puerta, pero antes de salir me detuve mirando la maleta otra vez, fui a ella volviendo a tomar las navajas que dejé anteriormente poniendo una en cada bota, no se me ocurrió otro lugar donde ponerlas, arrastré la maleta dejándola junto a la puerta del baño, fui de nuevo a la puerta y ahora sí salí.
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Escuela Militar (En edición)
Teen FictionCuando te enteras que irás a una escuela militar... ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza? A mí... Que se cumpliría el sueño de mi vida ¿Por qué? Ni yo misma lo sé, sólo que siempre me gustó y ahora que por fin lo haría, ¿Qué podía salir m...