Capítulo 57

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Capítulo 57 – Aidan Sumer, 1.812 CIS (Calendario Solar Imperial)




Me habían asignado un despacho en el Palacio Imperial. Era una sala amplia y espaciosa en la que la luz del Sol Invicto iluminaba cuanto me rodeaba: estanterías, cuadros, mesas, sillones... incluso bañaba de luz la chimenea y las dos butacas de piel que había justo delante. En aquella sala no había cabida para las sombras ni tan siquiera cuando la noche caía y era la luz eléctrica la que iluminaba la estancia. El Emperador no quería que ningún agente de la Noche pudiese ocultarse en aquel lugar mientras él estuviese presente, y lo había conseguido.

Era un lugar extraño. Era elegante, sí, con unos muebles de madera de lo más sofisticados y unos cuadros muy inspiradores con los distintos rostros de los últimos emperadores grabados en tinta sobre los lienzos. Con el suelo de cristal mostrando una zona especialmente cavernosa del subsuelo y una amplia mesa de despacho totalmente limpia cuyos cajones estaban repletos de documentos que debía revisar. Una pluma, un tintero... como digo, un lugar extraño para alguien como yo acostumbrado a vivir en el subsuelo y rodeado de sangre y muerte. Por suerte, con Misi sentada a mi lado y Terry y Eugene jugando a las cartas en las butacas, era más llevadero.

—¿Y qué se supone que quiere que hagamos con todos estos niños, Centurión? —me preguntaba Misi en aquel preciso momento, con una lista llena de nombres entre manos—. Porque son niños. Terry ha estado investigando.

—Así es —confirmó el Pretor con la mirada fija en las cartas—. La mayoría son de Hésperos, del barrio de las Mil Columnas. Tienen edades comprendidas entre los seis y los doce años.

—Imagino que tendrá algún plan entre manos —reflexionó Eugene, distraído—. Esta mañana lo vi hablando con ese científico, el tal Wolfram Kobal. No escuché toda la conversación, pero hablaban de un nuevo programa de reclutamiento destinado a niños.

—El Emperador quiere ampliar su ejército creando una nueva Legión —les expliqué—. Será algo diferente. Y como ya estáis viendo, estará compuesta por gente algo más joven de lo habitual. Su nombre será la Legión Blanca, y si todo sale bien, en un año estará activa.

—¿Un año? —Misi puso los ojos en blanco—. No hablas en serio, jefe.

Ojalá no lo hiciera.

Me habían asignado aquel proyecto. Llevábamos tan solo dos días en el Palacio Imperial, bajo las órdenes directas del Emperador, y ya estaba inmerso de pleno en sus planes. Visto desde fuera, el Palacio Imperial me había parecido una opulenta residencia en cuyos despachos no sucedía demasiado. Siempre había creído que los miembros del Senado lo visitaban para conversar de temas triviales; para discutir de economía y cultura, pero poco más. Sin embargo, lo cierto era que tras aquellas puertas pasaban muchas cosas. Se desarrollaban todo tipo de intrigas y complots, y por sorprendente que fuese, ahora yo formaba parte de ellos.

—No marco yo los tiempos, Misi —respondí una vez más tratando de mantenerme imparcial—. Dentro de tres días, a primera hora, estarán preparadas las cinco lanzaderas que irán en busca de los elegidos. Necesito que contactéis con cada uno de ellos y les informéis. Dentro de una hora nos harán llegar los sobres con los edictos firmados por el Emperador. Se los entregaréis a sus padres.

—Entiendo entonces que no es una propuesta... —reflexionó mi Optio.

—¿A ti qué te parece, Misi? —Terry puso los ojos en blanco—. No es opcional: nos vamos a llevar a esos críos sí o sí.

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