Capítulo 58

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¡Hola! Nos viene un capítulo largo... ¡pero es que ya sabéis qué pasa en las bodas! Espero que os hayáis puesto vuestras mejores ropas... :)




Capítulo 58 – Todos los personajes, 1.812 CIS (Calendario Solar Imperial)




Diana Valens – Tocador nupcial




La verdad es que estaba guapa. Mientras la observaba desde el diván mirarse en el espejo con aquel bonito vestido de novia de color champán y el cabello negro dibujando bucles sobre su espalda, tuve la certeza de que era una de las veces en la que más hermosa la había visto. El vestido era precioso, con el corpiño marcándole la cintura y la larga y vaporosa falda llena de estrellas dibujando ondas tras de si. Además, lucía el pelo más brillante y arreglado de lo habitual, con trenzas y pequeñas chispas doradas engarzadas en ellas... En definitiva, iba perfecta. No obstante, no era ni su ropa ni su peinado lo que marcaba la diferencia. La clave estaba en su felicidad: en el brillo de sus ojos... en su sonrisa. Aquel era su gran día: el día en el que por fin había logrado reunir a su familia después de tanto tiempo, y no estaba dispuesta a que absolutamente nadie lo estropease.

Nos habían preparado la mejor habitación del hotel para nosotras. El futuro Emperador Doric quería que su buena amiga brillase aquel día, que no le faltase de nada, y para ello había contratado a dos jóvenes estilistas que no dejaban de entrar y salir de la sala con cajas llenas de joyas, maquillajes y demás tonterías de colores. Cosas de chicas, decían; objetos, fragancias y demás productos de belleza que ni a mi prima ni a mí nos gustaban demasiado, pero que al menos ella conocía de su etapa como bailarina y después actriz. Para mí, en cambio, era un nuevo mundo en el que no quería adentrarme. Después de todo, ¿para qué iba un Pretor como yo ponerse joyas? ¿Para matar con estilo? Oh, vamos, ¡eso ya lo sabía hacer! Eso sí, para la boda había prometido que intentaría ir lo más presentable posible, así que de momento había dejado de lado mi pintalabios rojo y el lápiz negro.

Pero solo por un día, eh.

¡Ay, Jyn! ¿Cómo imaginar que mi prima se iba a casar tan pronto? La edad era la adecuada, no nos vamos a engañar, pero no las circunstancias. Estábamos apunto de entrar en guerra. ¿Acaso no era mejor esperar? Davin decía que era precisamente por ello por lo que se casaban: para que en caso de que Nat muriese ella recibiese las ayudas económicas reservadas a las viudas, pero yo tenía la sensación de que había algo más. Me caía bien Doric Auren, no voy a mentir: además de guapo parecía un tipo con bastante talento. Ideas claras, buen estratega, inteligente, etc, etc. No obstante, había algo oscuro en él. Algo que marcaba sus movimientos y que, como en aquel caso, despertaba mis sospechas, y es que, ¿qué mejor forma de asegurarse la lealtad de una familia entera de Pretores de la Casa de la Noche que casando a su hija con su segundo al mando?

Quizás fuese mal pensada, pero...

—Sol Invicto, Jyn... —escuché decir a alguien desde la puerta—. Estás impresionante.

Faltaban aún un par de horas para que empezase la ceremonia cuando Lyenor Cross, Misi Calo y Aidan Sumer entraron en la habitación. Se habían pasado toda la noche conduciendo, escapando de Hésperos y de mi padre, y por su aspecto era evidente que no habían dormido nada. Estaban ojerosos y cansados, pero felices de volver a ver a Jyn después de tanto tiempo.

Hijos de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora