Capítulo 69 – Jyn Corven, 1.817 CIS (Calendario Solar Imperial)
Los observaba bailar desde el piso superior del gimnasio, de pie frente a la cristalera. Clare Clerigo, la primera bailarina del cuerpo de baile, los dirigía con determinación, analizando todos y cada uno de los movimientos que ella misma marcaba a través del espejo. Era aún joven, de no más de veinticuatro años, pero iba a llegar lejos. Lo sabía, lo notaba. Aquella mirada, aquella determinación: aquellas ganas de comerse el mundo. Quería pensar que había logrado imbuirle parte de mi espíritu. Después de cuatro intensos años trabajando juntas, Clare y yo nos habíamos hecho buenas amigas además de ser maestra y aprendiz. Ella había estado a mi lado en los momentos de mayor soledad y yo cuando sus padres habían decidido separarse. En los peores momentos, pero también en los mejores. Gracias a ella no me había sentido tan sola, había logrado levantar cabeza y, a base de mucho esfuerzo y dedicación, fundar la escuela en la que en aquel entonces nos encontrábamos: la Academia de Danza Wilka de Hésperos.
Mi vida había cambiado mucho en aquellos últimos años. Tras una oscura temporada encerrada en mi casa de Walson en casi completa soledad, recreándome en mi desdicha, la paz había vuelto a Albia y con ella grandes cambios en mi vida. El primero y más importante había sido el regreso de Nat a casa. Durante aquellos meses había intentado venir a verme en muchas ocasiones, pero el deber no se lo había permitido. Su lugar estaba en Hésperos, apoyando al nuevo Emperador. Un Emperador inesperado para muchos, pero gracias al cual habíamos logrado recuperar la tan ansiada estabilidad. Albia volvía a ser un lugar seguro, y por suerte para mí, yo volvía a tener a Nat a mi lado, apoyándome y animándome día a día a levantar mi propio negocio.
Aún recordaba el día que había tenido la idea de fundar la Academia. En aquel entonces, pasados siete meses desde la muerte de Davin, yo seguía con la mente alborotada, sin saber exactamente qué hacer con mi vida. Él, sin embargo, lo había tenido muy claro desde el principio.
—Hoy he pasado cerca del centro comercial con el coche —dijo mientras cenábamos en el porche, disfrutando de la suave brisa nocturna—. ¿Has visto que han puesto a la venta el colegio?
Había pasado en decenas de ocasiones por delante, pero hasta entonces no me había dado cuenta. Demasiado encerrada en mí misma como para fijarme en cuanto me rodeaba, apenas había sido consciente de nada hasta su regreso.
—¿Ah, sí?
—Sí. No es demasiado grande, pero está en muy buen estado. Hay un par de clases de tamaño mediano, pero las otras...
—¿Has entrado a verlo?
Qué preguntas. Nat no solo había visto el cartel, sino que, además, había entrado y lo había recorrido de arriba abajo, informándose sobre absolutamente todo. Licencias, estructura, suministros...
Me guiñó el ojo.
—Le he echado un vistazo, sí, y es un buen sitio, Jyn. Perfecto de hecho. Está cerca de casa, pero también de Hésperos, y cumple con todos los requisitos que necesitarías. Además, hay muchas madres que fantasean con que Jyn Corven entrene a sus hijas, lo sabes. Sueñan con tener bailarinas en casa.
Desconcertada, necesité unos segundos para comprender qué era lo que pretendía decirme. Siendo mucho más jóvenes, cuando el viento soplaba a nuestro favor, le había hablado de mis planes de futuro. De mi deseo de montar mi propia Academia; de crear mi propio cuerpo de baile. De unos sueños con los que había fantaseado en muchas ocasiones pero que, precisamente porque eran sueños, jamás me había planteado seriamente cumplir.
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Hijos de la Noche
FantasiEl Imperio de Albia, la mayor potencia militar y económica, ha dominado gran parte de este mundo sin rival durante casi 2.000 años, pero ahora nuevos enemigos aparecen para desafiar su supremacía... tanto desde el exterior de sus fronteras como desd...