Capítulo 28 – Jyn Corven, 1,800 CIS (Calendario Solar Imperial) – 39 años después
—Y lo hicimos, ¿recuerdas, Centurión? —dijo Luther con frialdad, sin variar un ápice su expresión. Ni tan siquiera el recuerdo de su querida hermana había logrado quebrar la máscara de determinación con la que se enfrentaba a la realidad—. Aquella misma noche os expliqué lo que Jyn me había dicho y juntos decidimos darles caza.
—Lo recuerdo... —admitió Aidan—. Recuerdo a aquel par. Jarek los llamaba "el arrugado" y "la viuda negra". La verdad es que parecían sacados de una historia de terror... unos auténticos lunáticos. Recuerdo que tardamos una semana en lograr pillarlos in fraganti. Los echaron a tan solo unas semanas de pasar los rituales.
—Los echaron, sí —le secundó Luther—. Si mal no recuerdo, pasaron una temporada en la Ciudadela culpados de varios delitos, entre ellos robo y asesinato. Curioso que vuelvan a cruzarse en nuestro camino, Aidan, parece que los fantasmas del pasado tienen buena memoria.
Nuestro camino.
Todos nos quedamos en silencio ante aquellas palabras, pensando en la historia que Luther acababa de narrar. Al parecer, los caminos de los Sumer y los Valens se habían cruzado con los de Cyrax muchos años atrás, con nefastas consecuencias para ella. Sin duda, su intervención había provocado que su vida diese un vuelco para peor. Expulsada del Castra Praetoria siendo solo una adolescente e internada en la Ciudadela poco después, nefasto futuro le había podido aguardar a aquella mujer. Eso sí, se lo había ganado a pulso. Sus actos delictivos no eran culpa de mi familia, ni tampoco el que ella decidiese salirse del camino correcto. Podía culparlos por haber intervenido, sí, y por haberla delatado, pero no de haber hecho algo incorrecto. Ellos, en el fondo, habían cumplido con el papel que en el futuro desempeñarían. Así pues, ¿sería posible que su rencor viniese de aquella lejana etapa de sus vidas? Podía ser, sin duda, pero me dolía pensar que todo aquel gran castigo pudiese venir dado por impartir justicia.
—De acuerdo —dijo Damiel—. Imaginemos que Cyrax os guarda rencor por lo que le hicisteis en el Castra Praetoria. El motivo sería absurdo, sinceramente, cumplíais con vuestro deber, pero supongamos por una vez que ese es el motivo. ¿Qué pasa con el "Fénix"? Ese tipo es de mi edad aproximadamente... ¿qué se supone que le podéis haber hecho?
—Nos hemos cruzado con centenares de delincuentes a lo largo de todos estos años —respondió Davin—. Cualquier cosa es posible... siempre y cuando no sea un asesino a sueldo. Debemos valorar todas las opciones.
—Hay muchas opciones, sí —reflexionó Aidan—. Es por ello que el interrogatorio a Cyrax cobra especial importancia. Damiel, decías que el príncipe Lucian ha ordenado el traslado de la prisionera a la capital.
—Así es. Quiere participar activamente en el interrogatorio.
—Que lo haga, siempre y cuando seamos nosotros los que formulemos las preguntas. —Aidan se cruzó de brazos, pensativo—. Yo mismo me personaré en Hésperos.
Davin y Luther intercambiaron una fugaz mirada ante la decisión de Aidan. El primero se cruzó también de brazos, a la defensiva, mientras que el segundo, visiblemente pensativo, se tomó unos segundos antes de intervenir.
Unos segundos en los que Damiel y Aidan se pusieron en pie, dispuestos a discutir los próximos pasos a seguir.
—Es tu operación, Sumer —dijo de repente Luther, captando la atención de todos los presentes con ello—. Pero nos afecta a todos. Diría que influye a las dos Unidades, pero no es cierto. Esto es algo que afecta directamente a la familia... es una afrenta a los Sumer y los Valens.
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Hijos de la Noche
FantasíaEl Imperio de Albia, la mayor potencia militar y económica, ha dominado gran parte de este mundo sin rival durante casi 2.000 años, pero ahora nuevos enemigos aparecen para desafiar su supremacía... tanto desde el exterior de sus fronteras como desd...