Capítulo 68 – Noah Valens, 1.817 CIS (Calendario Solar Imperial)
Me dolía el pecho cuando desperté.
Me dolían las manos, la cabeza, la garganta... los ojos.
No recordaba dónde estaba ni cómo había llegado. Tampoco cuándo había acabado el ritual. Lo único que mi mente era capaz de rescatar de las últimas horas eran los cánticos que habían anestesiado mi mente mientras el cirujano iniciaba la operación, el olor del incienso adormeciendo mis sentidos... y el brillo del fragmento de Magna Lux.
Recuerdo que varios de los integrantes del equipo médico que me estaba atendiendo dijeron que jamás habían visto nada igual. Que era una anomalía. Después alguien se sumó al ritual. Alguien cuyo rostro no pude ver, pues a aquellas alturas ya me fallaba la vista, pero que antes de perder la conciencia me susurró algo en mi oído. Unas palabras que, aunque en aquel entonces no llegué a escuchar, me dieron la bienvenida cuando, horas después, desperté.
—Eres especial —me dijo—. Te voy a necesitar, así que tienes que ser fuerte. Aguanta, Noah Valens, te estaré esperando al otro lado del velo.
La luz se colaba a través de los estrechos orificios de la persiana cuando abrí los ojos. Poco a poco giré la cabeza sobre la almohada, hacia el fondo de la habitación, allí donde dos sombras charlaban en susurros, y fijé la mirada en ellos. No eran aún conscientes de mi presencia. Estaban demasiado enfrascados en sus propia conversación para ello. Yo, sin embargo, ni tan siquiera había necesitado mirarlos para saber que estaban allí. El latido sincronizado de nuestros corazones me había alertado, por supuesto, pero había habido algo más. Una sensación, un sentimiento... una claridad en mi mente gracias a la que no solo había percibido su presencia, sino que mi mente había creado al instante un informe sobre ellos. Agentes de la Noche, jóvenes, inestables: peligrosos. Ella era como un volcán a punto de estallar, siempre al límite, bordeando la línea, y él un lago congelado, frío en apariencia pero con un gran fondo oculto tras su expresión siempre indiferente.
Mis hermanos... mis amigos.
Tuve la tentación de interrumpir su conversación y saludarlos, hacerlos partícipes de mi despertar. Ambos llevaban horas esperándolo. A pesar de ello, algo en mi interior me dijo que era mejor que aguardase unos minutos. Que llegaría el momento perfecto para intervenir... así que decidí esperar.
—No deberías permitirlo: es un enemigo del Imperio —le estaba advirtiendo Gherys Dern en a mi hermana en susurros—. Si pisa Hésperos y no intervienes te podrán acusar de colaboración.
Todos decían que Gherys Dern era una versión renovada de Marcus Giordano. Que tanto su físico como sus modales recordaban enormemente al que durante un par de años había sido su maestro dentro de la Unidad Sumer, y no mentían. Alto, delgado, con la piel muy clara y el pelo castaño oscuro cortado a cepillo, el parecido era más que evidente.
—No estoy colaborando con nadie —respondió ella, a la defensiva—. Simplemente creo que va a venir, nada más.
—Eso no es lo que decías antes.
—¡Sabré yo lo que decía! —Diana negó con la cabeza, de brazos cruzados—. No intentes confundirme, Gherys, no lo vas a conseguir.
—Siento decirte que te confundes sola, Reina. Has sido tú la que ha dicho...
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Hijos de la Noche
FantasyEl Imperio de Albia, la mayor potencia militar y económica, ha dominado gran parte de este mundo sin rival durante casi 2.000 años, pero ahora nuevos enemigos aparecen para desafiar su supremacía... tanto desde el exterior de sus fronteras como desd...