Capítulo 22

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Después de un largo rato con Adam conduciendo, llegamos a un pequeño lago que se notaba estaba un poco retirado de la ciudad, éste se encontraba vacío de gente. Adam aparcó la moto cerca de un árbol y yo bajé de ella, aún descalza, pues mis zapatos estaban bajo el asiento; y le devolví el caso. Después Adam se quito el suyo y, sonará extraño, pero se vio increíblemente sexy haciendo esto.

—Bien. ¿Qué hacemos ahora? —inquirí.

Adam soltó un largo suspiro.

—No lo sé —comentó bajándose de la moto—. Mira, el lado bueno de esto es que Jordan ya sabe de nosotros, y no fue tan complicado como creí. El lado malo, es que nos estarán buscando por todos lados, hasta que yo dé una respuesta de la relación.

—¿Y que dirás?

—Mañana tengo una entrevista en el show de Ellen —explicó—. Y cuando me pregunte de esto, Jordan me pidió que negara nuestra relación.

—Pero creo que la foto besándonos es suficiente prueba como para confirmarla —afirmé.

—Pues tendré que encontrar una justificación para eso —argumentó—. Aunque no entiendo aún, quién mandó las putas fotos —dijo frustrado y golpeó un costado de la moto.

—Quien haya sido, claramente está interesada en ti y en destruirnos. Así que hará todo por separarnos.

Adam soltó un suspiro.
Yo me dirigí al lago y sumergí mis pies descalzos en él, comenzando a caminar en el agua.

—Yo lo que espero es que lo que ha pasado hoy con la prensa no me afecte en el trabajo —comenté observando mis pies a través del lago y moviendo mis dedos. Luego levanté la mirada y vi que Adam estaba tomándome fotos—. Oye, ¿qué haces? —pregunté riendo.

—No tengo fotos tuyas en mi celular, me hacen falta —justificó—. Anda, posame sexy.

Yo lo fulminé con la mirada y volví a reír.

—Genial, con esa cara de mirada asesina saliste muy bien —comentó y me mostró la foto. Y no, salía horrible.

—¡Borra eso! —le ordené e intenté quitarle el celular.

—No, no, no. Es mi celular y mis fotos —contestó apartándose.

—Pero las fotos son mías, así que cuentan como de mí propiedad —contradije.

Volví a tratar de quitarle el teléfono, pero me era imposible, así que recurrí a mi única defensa en ese momento, lanzarle agua. Y eso hice, lo comencé a salpicar.

—¡Hey! Es el iPhone X —reprochó haciendo un puchero.

—Es a prueba de agua ¿no?

—No. Se descompondrá. —Entonces dejé de salpicarlo—. Es broma, claro que es a prueba de agua —respondió guiñándome un ojo.

Guardó su celular y ambos empezamos una guerra de salpicadero. Adam se quitó sus zapatos para entrar junto conmigo al lago y continuamos con nuestra batalla. Lamentablemente, al moverme de mi lugar, resbalé con una piedra y caí de sentón, mojando mi ropa totalmente. Adam rió y me sacó otra foto.

—Mira que en ésta de verdad sales muy bien —me dijo entre risas y me la mostró. Salía peor que en la anterior—. Ven. —Me ayudó a levantarme del agua.

Ya una vez que salímos ambos del lago, yo me quedé parada en el sol para que mi ropa se secara, mientras Adam se recostó bajo la sombra de un árbol con las manos en su nuca y cerrando los ojos.

—¿Has pensado en cómo haremos para regresar a la ciudad y seguir sin líos? —cuestioné observando a Adam. Éste se sentó y me miró.

—No —se limitó a responder, soltando un suspiro.

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora