Capítulo 80

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Llegué enseguida al hospital y ni siquiera me entretuve en aparcar bien el auto en el estacionamiento. Lo dejé mal acomodado y así baje de él, corriendo.
La camioneta de Christina había venido tras de mi, conduciendo un poco más lento y llegando después que yo al hospital.

Entré a la enorme sala blanca y me dirigí hacia el escritorio, donde una chica me atendió.

—Buenas noches —saludó—. Dígame, ¿en qué puedo...?

—Han ingresado a una mujer que ha tenido un accidente de auto —interrumpí deprisa—. ¿Cómo está? ¿Dónde está ella? ¿Puedo verla?

En eso observé de reojo como Christina llego corriendo a mi lado. La enfermera nos observo a ambos ansiosos y se aclaró la garganta antes de hablar.

—De momento no puede recibir visitas. Tanto ella como el sujeto han sido llevados a urgencias y se mantienen en observación.

—¿Cuál sujeto? —inquirí.

Tensé mi mandíbula y apreté mis puños. Si era quien yo pensaba...

—El sujeto que responde al nombre de... —Verificó la hoja frente a ella—. Ed Johnson.

Golpeé con mi puño el escritorio, lo que provocó que la muchacha se sobresaltara.
Ese idiota... Así que había sido su culpa todo esto. Si el accidente no lo había matado, yo mismo lo haría.

—¿Cómo se encuentran? —consultó Christina.

—El señor Johnson se encuentra estable, únicamente sufrió una leve contusión. —De acuerdo, él me importaba un carajo—. Y la señora Trainor sufrió de una contusión más fuerte, debido a que el auto impactó de su lado. Tiene heridas más graves, pero se encuentra estable.

Sentía que mi corazón estaba por salir de mi pecho. Se me había formado un nudo en la garganta y sentía una terrible frustración y coraje.

—He de añadir que de no ser por la llamada del señor Jones no habríamos acudido tan rápido y su situación podría ser peor —informó—. Él nos brindó su número para comunicarnos con usted de inmediato —dijo a Christina.

—¿El señor Jones? —preguntó ella extrañada, robandome la misma interrogante que me había formulado.

—Sí —afirmó—. Se encuentra por allá.

Ambos nos giramos a ver donde ella señaló. Hacía nosotros se dirigía un hombre de mi estatura. Pelo negro, ojos grices.¿Pero quién era él?

—Joe —pronunció Christina, estupefacta. Con que ese era su nombre—. ¿Cómo es que tu...?

—Me encontraba por ahí cuando el accidente ocurrió —explicó, llegando hasta ella—. Lo sé. Mucha coincidencia, pero así ha sido.

—Más bien diría que buena suerte —aseguró ella, soltando un suspiro de alivio.

El tal Joe sonrió de lado y pareció notar finalmente mi presencia, pues me dio una mirada inspectora al verme.

—¿Tu no eres el chico de Maroon 5? —cuestionó, alzando una ceja.

—Adam Levine. Un gusto —respondí en automático, estrechando su mano.

—Joe Jones —respondió él y se giró a observar a Christina—. ¿Qué hace aquí?

—Bueno... —Christina dubitó antes de responder—. Quizá Jessica nunca te lo mencionó, pero de él es quien te ha hablado todo este tiempo.

Abrió sus ojos, sorprendido. Yo, por mi lado, no comprendía un carajo de lo que sucedía ni cómo era que él conocía a Jessica; pero eso no me importaba en absoluto. Ahora tenía cosas más importantes por las que preocuparme.

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora