My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo]

Capítulo 26

Narra Adam

Ya sólo falta una semana para que comience mi gira; primero por Estados Unidos, luego por Europa y Asia y finalizamos en América Latina. Durante estos días previos al primer concierto que daremos, he estado como loco con un montón de pendientes y asuntos por arreglar. 

Les resumiré lo que ha pasado durante este último mes: Jessica me prestó la letra de "lips on you" y pude completar el álbum para por fin sacarlo a la venta hace dos semanas. La canción se la mostré a ella y quedó fascinada por el resultado, no pudiendo creer que esa composición había sido suya en gran medida. Por otra parte, la final de The Voice me ha tenido súper ocupado y ansioso por poder ganar y patearle el trasero a Blake este año. En lo relacionado a los rumores y mi relación con Jessica, no ha habido más novedades, cosa que nos ha venido bastante bien, pues los pequeños conflictos que teníamos por esto, ya no se han dado; aunque por desgracia, tampoco he estado viéndola mucho, pues, como ya mencioné antes, estoy vuelto loco con todo lo de la gira y los ensayos.

Ahora, bueno, ahora me encontraba hablando con David Dobkin —el director del vídeo de "Don't Wanna Know" y también de "Sugar"—. Me encontraba con él, puesto que quería pedirle el traje de Squarrell que use para el vídeo de los pokemones. Si se preguntan, ¿por qué quiero ese traje? La respuesta es fácil, mañana será el cumpleaños de Valentina y yo le llegué a prometer hace unos meses que algún día haríamos una fiesta de disfraces, así que ¿qué mejor día que ese para disfrazarme? Lo sé , me ridiculizaría frente a mi suegra (la que conoceré apenas ese día) y amigos de Jessica. Pero qué más da, ya me ridiculicé frente al mundo cuando grabé ese vídeo.

—Te lo suplico David, préstame ese traje, por favor —le imploraba.

—Ya te lo he dicho, yo no lo poseo, lo he dejado en toda la basura de utilería y no tengo ni idea de dónde esté ahora —sentenció—. ¿Por qué tan insistente en obtenerlo?

—Lo quiere para usarlo en la fiesta infantil de la hija de su novia —afirmó James, quien aceptó acompañarme a esa fiesta.

—¿Tú no lo quieres también?—quiso saber David.

—El que quiere hacer el ridículo por segunda vez es Adam, no yo —explicó el rubio.

—Mira te puedo dar el número de la empresa que me brindó la botarga —propuso—. Pero no estoy seguro de que ellos tengan otro igual o que hayan recogido el anterior.

—Está bien, tú solo dámelo—pedí ansioso.

David me dio el número telefónico y realicé la llamada. Me dijeron que aún conservaban un ejemplar de ese disfraz y yo, sin dudarlo, me dirigí hacia el lugar donde lo vendían para comprarlo.    

Narra Jessica

Me encontraba junto con Valentina en casa de Christina; haciendo unas máscaras y completando los centros de mesa para el cumpleaños de mi hija, el cual sería mañana. Su fiesta sería de unicornios, puesto que eso está muy de moda y a ella le encantan. La fiesta se llevaría acabo en el patio trasero de la casa de mi amiga, ya que tiene un jardín bastante bonito y lo suficientemente grande para la cantidad de invitados, los cuales serían: mi mamá, mis compañeros más cercanos del trabajo, amigos de la escuela de Valentina, demás familiares y, por supuesto, Adam, el cual no tenía idea de si vendría con alguien más; pero aproximadamente seríamos 50 personas.

—Ya quedó —dije refiriéndome al terminar de armar el último centro de mesa .

Colocaríamos 5 mesas para 10 personas cada uno, más aparte la mesa donde se sentaría Valentina y estaría su pastel y sus regalos. También pondríamos un pequeño arco de globos y una mesita de dulces, junto con un brincolín para todos los niños.

—Ufff —resopló Christina—. Esto ya me tenía agotada.

—Pero si tu apenas y lograste armar uno —la acusé entrecerrando los ojos.

—Pero el simple hecho de haberte visto, me ha dejado exhausta —se justificó y yo sólo reí—. Por cierto, ¿cómo crees que reaccione tu mamá al conocer a Adam? —preguntó intrigada.

—Bien, supongo —respondí, restándole importancia—. Creo que le agradará bastante.

—Adam es genial —opinó Valentina—. Seguro la abuela lo amará.

—Seguro que sí, cariño —dije acariciándole su cabellera.

Que mi hija se llevara tan bien con mi pareja, me provocaba una gran satisfacción. Incluso Valentina había empezado a escuchar algunas de las canciones de la banda de Adam y se empezaba a volver fan de ellos. 

—¿Cómo van? —interrogó Robert, entrando por la puerta principal de la casa.

—Muy bien, amor. Jessica y yo ya terminamos de armar los centros de mesa para la fiesta —le informó Christina sonriente y le dio un pequeño beso en los labios a su marido.

—De seguro que la que los terminó de armar fue Jessica, porque tu odias ese tipo de cosas —señaló riendo .

—Y no te equivocas —le otorgué la razón a mi amigo y ambos reímos.

Robert se sentó junto a Christina y ambos juntaron sus manos por encima de la mesa.

—Jessica, tenemos una noticia que darte —habló Christina, totalmente entusiasmada. Yo simplemente los miré curiosa en silencio, otorgándoles la palabra—. ¡Iremos a Paris!—chilló eufórica.

—¡¿De verdad?! —traté de simular entusiasmo, cómo si de verdad no tuviera idea—. ¿Cuándo?

—En una semana. Creo que justo el día que Adam se irá, sólo que de noche —me informó Robert, mostrándo una amplia sonrisa.

—Wow, eso es wow —expresé—. Felicidades, por fin podrán cumplir su sueño de ir a la ciudad del amor.

—¡Sí! —volvió a chillar Christina, esta vez un poco más fuerte que antes

—¿Cuánto tiempo estarán por allá? —cuestioné.

—Como 4 o 5 días —comunicó Robert—. Pasearemos por los Jardines de Luxemburgo y Pont Neuf y Sena, visitaremos el Arco del Triunfo, el barrio latino y la imprescindible Torre Eifel, entre otros lugares que alcancemos.  

—Cassie de seguro amará la ciudad —comenté.

—Esperamos así sea.

—¿Y no puedo ir yo? —suplicó Valentina, poniendo una carita triste.

Todos reímos.

—Algún día viajaremos nosotras—le consolé, brindándole un beso en la frente.

—Pero yo quiero ir ya —contestó chillando.

—Te prometo que viajaremos fuera del país algún día.

—Bueno —se limitó a responder.