Capítulo 64

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Narra Adam

Llegamos al restaurante que se encontraba dentro del mismo hotel. En la mesa central ya se encontraban sentados todos, con excepción de mi y James. Mientras que el resto del lugar se encontraba vacio, ya que las personas hospedadas aquí, debían mantener su distancia con nosotros, a condiciones de nuestros guardaespaldas y representantes.

Caminamos hasta nuestros respectivos asientos y nos sentamos. Hasta el momento ninguno había ordenado nada para desayunar aún. Pues todos estaban ansiosos por la noticia que daría Jordan. Así pues, apenas tome lugar y sonreí a todos, al igual que James, guardamos silencio. Esperando a que nuestro manager hablase.

—Muy bien —dijo finalmente, tras permanecer un momento más en silencio—. Los veo muy angustiados chicos, tranquilisense, no les daré ninguna mala noticia. —En eso, liberamos el aire que habíamos estado conteniendo, sintiéndonos relajados—. Al contrario, creo yo. Sé que los he tenido super presionados de viaje en viaje, dando conciertos con apenas unos días de descanso y no los dejo ni respirar. Y, como bien saben, en menos de quince días volverán a descansar y no tendrán conciertos en por lo menos otros quince días —nos recordó—. Así que, espero no hayan hecho otros compromisos, porque he reservado unas vacaciones para todos nosotros —informó, sacando de su bolsillo unos boletos de avión y colocandolos enfrente—. Creo que se lo tienen bien merecido. Tómenlo como un regalo de parte mía.

Todos nos acercamos al centro y tomamos uno de los boletos. Con destino a Los Cabos, México. Sin dudarlo, una de mis playas favoritas.

—Wow gracias —comentó Mickey.

—Sí. No era necesario esto —dijo James.

—Claro que sí —aseguró—. Son como una familia para mi, así que sería un gusto pasar una semana con ustedes ahí.

—¿Has reservado para una semana? —pregunté tras asimilar un poco todo esto.

—Así es. Terminaran sus quince días de conciertos, luego podrán pasar una semana más en Los Angeles y prepararse para el viaje, divertirse un poco y de nuevo volver a la cansada rutina —informó—. Aún nos falta Asia por recorrer. Y Latinoamerica.

Le sonreí, mientras que los demás comenzaron a platicar entusiasmados sobre el viaje. Este gesto de parte suya no lo esperaba. Era un grandioso detalle después de tanta presión estos últimos meses. Sin embargo, en el centro de la mesa aún observé dos boletos de avión. Todos tenían el suyo en la mano, incluso Jordan, por lo que sobraba ese par.

—Jordan —hablé y enseguida todos callaron y éste se giro a verme—. ¿Por qué hay diez boletos?

A continuación, él se percato de ello, abriendo los ojos sorprendido. Por lo visto, había sido un error sacar esos boletos extra.
Carraspeó y tragó duro antes de responder a mi pregunta.

—Los había comprado hace una semana —comunicó—. Y pensaba que con eso de la propuesta... tu sabes... Ella accedería.

A continuación esas palabras me cayeron como un balde de agua helada de vuelta a la realidad de lo que estaba enfrentando y tenía que contarle en cuanto antes.

—Me contaste que tenía una hija, así que... —dubitó un momento, tomando ambos boletos de la mesa—. Eran para ambas.

—Ya veo —musité.

Todos guardaron silencio un momento y después continuaron con su charla.
Agaché la cabeza, pensando si sería bueno arruinar esta noticia del viaje con lo que yo tendría que decir. Tragué duro y miré a James, buscando respuestas. Él me observó, indicando que soltara de una vez por todas el asunto.

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora