Capítulo 81

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Narra Adam

—¿Entonces así de simple? Te darás por vencido y ya —afirmó el rubio.

Ambos nos encontrábamos sentados en el par de tumbonas que tenía junto a la alberca, ubicada en la parte trasera de mi hogar. Hacía un bonito y caluroso día en Los Ángeles, por lo que le había invitado a tomar el sol y que nos broncearamos un poco, pese a que mañana por la mañana tomaríamos el vuelo a Los Cabos.

—¿Qué más se supone que haga? —inquirí, tomando un sorbo de mi limonada—. Ya la he buscado. He hablado con ella. Le he dicho lo mucho que me arrepiento... No tengo más idea de que hacer. Jessica simplemente se niega a perdonarme. —Dejé la bebida a mi lado—. Creo que lo mejor será ir comprando el anillo para proponerle matrimonio a Behati, a fin de cuentas, hoy termina mi tiempo para cumplir la apuesta.

—¿Comprarás otro anillo? —cuestionó extrañado—. ¿Por qué no usas el mismo?

—No —musité—. Ese anillo le corresponde a Jessica e, incluso si no volvemos, siempre será suyo. No quiero que otra mano lo ocupe.

Solté un suspiro, porque me comenzaba realmente a hacer a la idea de que no volveríamos a estar juntos.

—Sonaste tan cursi —se burló James.

—Estoy entrando en depresión. Déjame desahogarme y decir mis cursilerias —expresé, haciendo un puchero.

—Mejor utilizalas en una nueva canción —indicó—. Podrías sacar de esto un Songs About Jane parte dos.

—¿Llamado Songs About Jessica? —pregunté bufando.

—Quizá con un nombre más original y menos honesto.

Sonreí y permanecimos un rato más así, hasta que James procedió a retirarse, pues tenía cosas pendientes que hacer antes de marcharnos.

Por mi parte, tenía que llamar a Bee y verme con ella. La invitaría a Los Cabos. Jordan había comprado boletos de más y sería mejor aprovecharlos. Y, si tendría que casarme con ella, seria mejor que comenzara a hacerme a la idea de una buena vez.

El día del accidente había sido la última vez que había visto a Jessica. De ahí, no la busqué más, pues no tenía idea de qué pretexto más poner o qué más hacer. El verla con Ed me había destrozado, pues él parecía realmente quererla y se veía que ella se esforzaba por sentir lo mismo que él. De alguna manera, sentía que la había perdido y que lo mejor sería alejarme y dejarla ir. Y eso es lo que me disponía a hacer.

Así pues, tomé mi celular y marqué el número de Behati.

—¿Hola? —cuestionó apenas responder.

—Bee —hablé—. ¿Cómo has estado? ¿Todo bien?

—Hola Adam. Sí. Todo perfecto hasta ahora. ¿Qué sucede?

—Bueno... —aclaré mi garganta—. Tengo algo que proponerte, entonces... Quería ver si nos podríamos ver hoy.

—Por supuesto —aceptó.

—Pasaré por ti a las siete —le informé—. ¿Te parece? Iremos al Echo Park.

—Está bien —dijo alegre—. Te veo después.

Colgué la llamada y suspiré. Si tan solo nunca me hubiera acostado con ella, todo habría sido tan distinto...
Habría confirmado mi relación con Jessica. Habríamos estado planeando la boda. Incluso, pudiera ser, que nos hubiéramos casado en Los Cabos ahora que iría. Estaríamos juntos los dos y todo esto nunca se hubiera desatado. Todos estos conflictos, malentendidos y preocupaciones nunca habrían existido. Seríamos felices. Simplemente felices. 

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora