Capítulo 37

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—"Los rumores eran falsos" —leí el título en voz alta—. "La supuesta novia de Adam Levine ya tiene pareja". —Esperen un momento... ¡¿Qué?!  

Miré a Arthur, preocupada. 

—Continúa —insistió. 

—"Hacía ya un tiempo que el mismo Adam Levine nos había asegurado que la mujer con la que se le había captado en diversas ocasiones, no era más que una simple amiga. Pero nosotros aún no nos terminabamos de creer el cuento y presentíamos que entre ellos dos había algo."
"Fue hasta el día de ayer que finalmente nosotros dimos por terminadas nuestras sospechas, pues la hemos captado recientemente en un plan amoroso con otro hombre" —bufé—. "Podemos sintetizar que ambos tomaban un café en uno de los lugares más románticos de Los Ángeles, después tuvieron una caminata nocturna y él le llegó a brindar su chaqueta a ella por el frío que estaba presente. ¡Que tierno!" —Hice una mueca de disgusto—. "Para finalizar, sonrientes ambos, llegaron hasta el lugar donde ella reside".
"Si bien no los hemos captado dándose un beso aún, podemos casi confirmar que entre ellos sí que hay algo, pues las miradas que se daban, eran de unos enamorados."

Y a continuación, se mostraba una imagen pequeña de nosotros dos brindandonos unas supuestas "miradas de amor".

—Necesito una explicación a todo eso —solicitó Arthur.

—Escucha, la revista lo plantea de una forma totalmente distinta a lo que sucedió en realidad —justifiqué.

—Yo sé que estas porquerías solo crean chismes estúpidos —contestó bufando—. Lo que quiero saber es por qué no me habías contado nada.   

—Esto apenas sucedió ayer, no me había dado la oportunidad de platicar tranquilamente contigo como para contártelo —protesté.

—Pero por lo visto si le diste la oportunidad a una revista de publicar un rumor —acusó.

—¿Crees que acaso yo pensaba que tendrían la vista fija en mi, incluso sin estar junto a Adam?—cuestioné alterada. 

—Deberías saberlo, al andar con él, automáticamente te vuelves presa de los paparazzis.

Pasé mis manos por mi cabello, a manera de frustración.

—Joder, Arthur —expresé—. ¿Qué haré?

Me encontraba demasiado preocupada por esto de la nota. Adam aún no había salido del país y esta revista era publicación nacional, así que si su managger se llegase a enterar de que éste fue mencionado en alguna noticia, de seguro no tardaría en hacerselo saber pronto. 

—No te quedará más remedio que contarle tú —afirmó Arthur—. Creo que es mejor que tú le expliques las cosas a que él se entere por su parte.

—¿Qué le puedo decir? —dije alzando la voz, angustiada—. Oye mira que resulta que el padre de mi hija ha vuelto y quiere volver a incluirse en mi vida. ¿Eso le digo? —cuestioné con sarcasmo y cierta desesperación.

—Sólo explicale bien lo que pasó ayer, para que él no piense que lo engañas —me recomendó.

—No puedo hacer eso, Arthur. Entiende.

—¿Por qué no? —indagó curioso.

—Tendré conflictos con él. Estoy casi segura que esto ocasionará una pelea entre ambos —le expliqué.

—Causará un conflicto entre los dos, le cuentes tú o no —protestó—. Pero yo opino que será mejor que venga primero de tu parte a que se entere después por la revista.

—Es que no puedo hacerlo —musité.

—¡Joder, ¿entonces que harás?!—interrogó completamente desesperado.

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora