Capítulo 72

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—Hola Jessica —saludó sonriente.

¿Behati? ¿Qué hacía ella aquí? ¿Habia sido su mirada la que había sentido sobre mí desde el parque hace un rato?

—Hola —saludé, forzando una sonrisa.

Ella se acercó hasta mi entonces, y comenzó a revisar su maquillaje en el espejo. Venía bien vestida, con un jeans pegado que remarcada su figura, una blusa de chiffon rosada y unos tacones beige. Debía decirlo, se veía bastante linda.

—¿Qué haces por aquí? —le consulté, al verla ponerse más labial.

—Oh —expresó sonriendo y guardando el bile—. He venido a cenar con alguien. ¿Y tú?

—También he venido con alguien a cenar.

—¿Una cita? —curosió, alzando una ceja pícara.

—Creo que sí —afirmé—. De hecho, ayer nos volvimos pareja.

—Aw, que lindo. —Hizo una expresión de ternura y unió sus labios, para terminar por esparcir bien el labial rosado—. Bueno, vamos afuera que nos esperan.

Asentí y, dicho esto, ambas caminamos hasta la salida. Behati retiró el seguro de la puerta y salió primero. Después yo salí tras ella, entreteniendome únicamente en apagar la luz.

—OH, por cierto —habló Behati, mientras yo mantenía mi vista baja, alisando mi camisa que se encontraba un poco arrugada—. Adam, te presento a Jessica —dicho esto, levanté mi mirada de inmediato, con cierto miedo—. Y Jessica, te presento a Adam, el padre de mi hijo —aseguró con orgullo.

Adam y yo habíamos levantado nuestras miradas casi sincronizadamente, al escuchar nuestros nombres. Me encontré con sus ojos verdosos y enseguida sentí que todo se venía abajo. Mi corazón se encogió dentro de mi pecho al verle de nuevo y sentí mi garganta reseca por un segundo, sin poder hablar.
Él venia vestido de camisa y pantalón de mezclilla negro, con unos lentes de sol colgados en su cuello. Lucía tan bien como siempre. Tan guapo y tan... Perfecto.
Sentí que me desmayaba por un segundo. Definitivamente, no era capaz de mantenerme firme frente a él, sin importar lo mucho que lo intentara, seguía siendo demasiado vulnerable con sólo su precencia.

—Un gusto —pronuncié con dificultad, al sentir la mirada atenta de Behati sobre nosotros.

—Lo mismo digo.

Narra Adam

Tras rogarle a Christina que me dijera a donde había ido Jessica, termine por no conseguir nada. Se había negado rotundamente y no me quedó más remedio que rendirme. Que esperar a que ella regresara.

Frustrado, subí de nuevo a mi auto y golpeé el volante con coraje. Si es que Jessica se encontraba ya con alguien más eso aumentaba mis posibilidades de perderla para siempre, si es que aun no lo había hecho.

Estuve un rato, en silencio, recargado contra el volante, hasta que me decidí por arrancar el auto. Apenas lo encendí, mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo trasero y a tocar su melodía representativa.

Con esfuerzo, llevé mi mano hasta el bolsillo y saqué el teléfono de su lugar. Revisé el contacto que llamaba. No me apetecía, para nada, responderle, pero si Jessica no se había encontrado hoy, nada perdía al saber lo que Behati requería.

—Hola, ¿qué sucede? —cuestioné apenas respondí.

—Adam, ¿ya has vuelto a Los Angeles?

—Recién aterricé —resoplé—. ¿Por?

—Tengo noticias sobre el bebé, pero me gustaría dartelas en persona —explico—. ¿Te parecería si vamos a algún lugar a cenar?

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora