My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo]

Capítulo 89

Narra Adam

Tras pasar la mañana en casa de Jesse junto con los chicos, finalmente decidí volver a mi hogar. Había dormido allá, al igual que los demás, pues el día de ayer ellos me habían celebrado mi supuesta "despedida de soltero".

 A mí no me apetecía demasiado, a decir verdad, pero ellos insistieron. Llevaron bastantes cervezas e invitaron a algunos conocidos nuestros. También contrataron a un par de chicas para que bailaran, lo que realmente me pareció muy divertido de su parte. Me emborraché a más no poder y ahora tenía una terrible jaqueca. Debido a eso, no recordaba todo lo sucedido ayer. Sólo sabía que había subido a donde las chicas a cantar y hacer el idiota frente a todos, gracias a un video grabado por Matt que juraron guardarían para siempre. Todo bien, mientras no lo mostraran a Bee, pues estuve por besarme con una de las chicas. No me atraía si quiera, pero el alcohol había vuelto a hacer de las suyas conmigo. Por lo menos esta vez no terminé embarazando a otra persona, o ya habría sido el colmo.

Así, apenas pudiendo manejar, volví a mi casa.  Llegué directamente a tumbarme sobre la cama, pues no toleraba el hecho de realizar alguna otra actividad. Ya había tomado una pastilla, pero de momento no había hecho efecto. Ahora recordaba la última borrachera de este tipo que había tenido. Hacia un año, aproximadamente, y en esa ocasión mi dolor de cabeza había sido tal que me juré no volver a emborracharme de la misma manera otra vez. Vaya mierda valían mis juramentos.

Tras durar un momento en posición fetal, intentando evadir el dolor, decidí levantarme y tomar un baño. Aún mantenía la misma ropa apestosa a alcohol del día anterior que me hacía sentir peor. 

Me levanté entonces y tomé mi toalla para darme la ducha. Ésta logro relajarme un poco, y eliminar de momento la jaqueca. Volví más fresco a mi habitación. Comencé a buscar entonces los pantalones que me pondría.
En ese momento, al estar desdoblando uno de ellos, sentí un pequeño bulto en el bolsillo trasero. Extrañado, lo saqué y dejé el pantalón en la cama. Era un sobre blanco, doblado por la mitad. No tenía la menor idea de lo que podría ser, por lo que al desdoblarlo y ver lo que contenía, quedé completamente sorprendido. Era la carta de Valentina. Aquella que me había entregado un día antes de que partiera a mi gira. La noche en que lo hice con Jessica por primera vez. 

Ahora lo recordaba, esa noche había guardado su carta en mi bolsillo trasero. Al día siguiente, pasé temprano a mi casa a recoger mis maletas y cambié por un pantalón más cómodo para el viaje. Seguramente Megan lo había doblado y dejado nuevamente en la cómoda. Pero, ¿cómo es que no lo había vuelto a ver hasta ahora?

Me senté en la esquina del colchón, aún con la toalla sujeta en mi cintura, y comencé a leer.

"Hola Adam. Deseo que te vaya muy bien en esta gira. Te extrañare mucho, al igual que mi mami, pero estoy segura que volverás y pasaremos más tiempo juntos. Te he tomado mucho cariño en este corto tiempo. Haces muy feliz a mi mamá y a mi también. Siento que eres como un padre para mi, ya que nunca tuve uno antes. Espero mi mami y tu sean muy felices siempre y algún día me den una hermanita o hermanito. Para que así podamos vivir todos juntos. Te quiero mucho. Suerte".

Y abajo un pequeño dibujo hecho por ella. Era yo. Jessica. Valentina. Y el supuesto hermanito que ella deseaba.

Sonreí. Me llegaba al corazón cada una de las palabras que había escrito en su carta. Tan pura y sincera. Tan inocente. Ella habría deseado que yo le diera un hermanito. Siendo honestos, quizá yo también lo habría querido. Habría querido que ese dibujo suyo se volviera realidad. Cerré los ojos e imaginé. Jessica y yo en un gran parque. Ambos jugando al frisbee junto con Valentina y un pequeño niño de ambos corriendo sin parar. Mordí mi labio inferior y resoplé, al saber que ya no podría cumplirlo.