Capítulo 65

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Narra Adam

—¿Quieres que bajemos a desayunar juntos? —me ofreció James.

Recién despertaba y me había estirado un poco para lograr incorporarme del todo. La noche pasada terminamos agotados tras el concierto. Nadie me había dirigido la palabra más que para intercambiar una que otra oración. Únicamente Jesse y James eran quienes seguían hablándome con normalidad.

—Sí —acepté—. Sólo espera a que me vista.

Y dicho esto, tomé mis pantalones del piso y los abroché. Para después ponerme una camiseta roja y mi par de tenis. Entré rápidamente al sanitario y lavé mi cara. Me observé al espejo por un segundo y arreglé un poco mi cabello.

Así, bajé junto con James al restaurante vacío. Ambos nos acercamos al cóctel que se ofrecía y fuimos seleccionando lo que deseábamos comer. Llené mi plato de un poco de huevo estrellado acompañado con tocino, y me serví un jugo de naranja. Después, fui a sentarme en una mesa pequeña y James me siguió.
Los dos desayunabamos en silencio, sin nada que decir.

Terminé de comer y había chorreado un poco de huevo en mis manos, así que tomé mi servilleta de tela para limpiarlas, al igual que mis labios. Miré a James, comiendo un poco desganado.

—¿Estás bien? —cuestioné extrañado.

—Sí —respondió un poco inseguro.

Y claro, no le había creído en absoluto. Siempre solíamos hablar de mis problemas y él me aconsejaba. Pero por otro lado, él era más reservado y prefería guardarse todo para si mismo. Sin embargo, me tocaba a mí hacer de consejero, si es que podía.

—Hey, puedes decirme lo que te sucede —dije, intentando hacer que se animara.

—Ya tienes mucho con que lidiar tu, como para que cargues aun así con mis problemas —comentó.

—¿Y eso que? Me imagino que tu también debes encontrarte bastante mal a veces y aún así me ayudas con lo que necesite.

Sin embargo, James no respondió, pues al lugar había entrado Jordan y se dirigía hacia nosotros. O bueno, eso creí hasta que lo vi pasar a un lado de ambos y saludar  únicamente a James, ignorando mi precencia por completo.
Dejé mi vista en el por un momento, viendo como seleccionaba su comida. Y después regresé mi mirada a James.

—¿Y bien? —cuestioné—. ¿No dirás nada?

Él negó levemente y siguió comiendo en silencio. Suspiré y, levantándome de la mesa, rehusado a que me dijera algo, Jordan me detuvo.

—Espera un segundo —dijo, tomándome del hombro—. Siéntate un momento, por favor.

Y así, algo extrañado por ese gesto, ambos tomamos asiento. James nos miró curosioso y ambos intercambiamos miradas inquisitiva sobre la situación.
Esperamos unos segundos, sin que Jordan dijera nada. Segundos eternos, que finalmente acabaron cuando habló.

—No puedo ignorarte por siempre —comentó—. Sí, he de admitir que me tomó por sorpresa lo que comentaste ayer, me hiciste enfurecer bastante, y de hecho, aún estoy molesto contigo. Pero no hablarte no arreglará nada —declaró—. Este asunto de tu hijo accidental tenemos que arreglarlo lo antes posible.

—Entiendo... —dije, sin tener mucha idea de que más decir.

—Y creo que tengo una única solución ahora. Bueno, es lo mejor que he pensado por el momento. Quizá igualmente haya rumores y demás, pero serían pocos.

—¿En que consiste? —quise saber, con curiosidad.

Tenía cierto nerviosismo por qué me lo dijera, pues no estaba seguro de qué tan buena opción sería. Además que después de lo que había hecho no estaba en postura como para exigir condiciones a lo que ordenara. Tendría que obederle sin rezongar.

My Heart Is Open (Adam Levine) // [Reescribiendo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora