18

636 43 3
                                    

       Blas agarró entonces la mano de Junior. Junior se puso un poco nervioso porque estaban en la calle, pero entrelazó sus dedos con los de él y se quedaron mirando a los ojos.

       Estuvieron un rato así hasta que decidieron que debían entrenar. A la hora empezó a llover, pero ya estaban volviendo a la mansión. No se mojaron mucho porque llegaron justo.

—Tengo un hambre —dijo Junior con la vista en la puerta de la cocina y yendo directamente allí.

—Creo que vamos a tener que bañarnos primero, porque el olor que tenemos es insoportable —dijo Blas.

—No, no me digas eso —se quejó Junior con ojos de cachorro mojado y frenando y dándose la vuelta para mirar al chico de rulos. —Está bien. Vamos a mi cuarto. Pero ¿y si me desmayo del hambre, si me agarra el patatús del hambre?

—¿El qué? —rio Blas mientras subían la escalera de camino al cuarto del menor.

—Patatús del hambre.

—¿Qué es eso? No existe.

—Sí, existe.

—Bueno, entonces te agarro yo antes de que te agarre el patatús del hambre.

—Eso me gusta.

     Ambos sonrieron por eso y entraron a la habitación. Acordaron que primero Junior se bañaría. Blas quiso que fuera así porque creía que iría a ser mucho si iba él primero, además de que él se estaba quedando un tiempo en la casa. Lo esperó sentado en la cama después de ir a buscar ropa al playroom. En todo ese tiempo en el que Junior se bañaba, Blas no dejaba de mirar la puerta. Tenía una ganas de ir y entrar al baño con él. Pero intentó contenerse. Además, recién estaban comenzando una relación, y sería mucho para Junior. ¿O no?

       Se puso de pie y empezó a pasearse cerca de la puerta del baño. Cuando estaba por agarrar el picaporte, la puerta se abrió y Blas apenas se alejó.

—¿Qué hacías?

        Junior llevaba la toalla atada a su cintura. A Blas se le pusieron los ojos grandes al ver a Junior así y sonrió.

—Nada, solo estaba esperando —respondió, mirándolo, casi inconscientemente, de arriba abajo.  Tragó saliva.

       Junior entonces le dijo a Blas que entrara él a bañarse antes de que se enfriara el agua. Junior tenía la ropa en el baño e iba a cambiarse ahí, porque en el cuarto hacía frío. Casi sin quitarle la mirada de encima a Junior, empezó a sacarse la ropa Blas. El menor olvidó que debía cambiarse y quedó como idiota mirando a Blas como se desvestía. Junior tampoco podía sacarle la mirada de encima, pero al darse cuenta de que lo estaba mirando, empezó a ponerse nervioso y un poco incómodo, y volteó a agarrar su ropa para vestirse, y tuvo que darle la espalda. Blas, mientras, entraba a la ducha.

—No lo hagas todavía —le dijo Blas, que había corrido la cortina.

—¿Qué? —preguntó Junior, quien no tuvo tiempo ni de sacarse la toalla del todo para vestirse. Solamente la desanudó de su cintura.

—Dúchate conmigo —dijo Blas, lo arrastró a la ducha con él y la toalla de Junior voló.

        Los dos quedaron bajo la ducha, frente a frente.

—¿Estás loco vos? —rio Junior.

—¿No querés?

—No dije eso.

       Pero Blas no contestó, porque empezaron a besarse con una sonrisa en la cara. Blas rodeando a Junior con los brazos y las manos de Junior agarrando la cara del otro. Su cuerpos en contacto.

Amor en el silencio (Blasnior)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora