—Podríamos ir a otro lado, no tiene que ser acá —pensó Blas.
Junior se quedó pensando.
—Me parece excelente.
—Junior Ricardo —empezó a decir Blas de pronto—, ¿quiere recorrer el mundo conmigo?
—Sí, Blas Martín, será un placer.
—El placer es todo mío.
Ambos rieron. Después, Blas se quedó viendo cómo comía Junior.
—¿Qué?
—¡Te vas a atragantar!
—Sé cómo manejar a la comida, no te preocupés.
El agua de la piscina les llegaría a más arriba del ombligo más o menos. En el patio había una mesa y sillas de hierro forjado. Blas y Junior entraron con toallas. Además, Blas llevaba también una bata de baño. Dejaron todo sobre una de las sillas. Los dos iban con traje de baño. Unos shorts malla que se habían comprado a último momento el día anterior.
Blas se agachó para tocar el agua y ver cómo estaba.
—Está perfecta —dijo.
Luego, se quedaron los dos en el borde, observando, hasta que Blas dijo:
—Creo que esto no es necesario. —Y dicho eso, se sacó el traje de baño.
Junior lo miró de arriba abajo, sonriendo, sin disimularlo.
—Tenés razón, no hace falta —dijo Junior y se sacó él también el pantalón malla. Blas lo miraba ahora.
Se quedaron contemplando varios segundos en silencio hasta que el menor abrió la boca.
—¡Sos hermoso! ¡Sos…! ¡Sos una obra de arte!
Blas no pudo evitar ponerse rojo.
—Ah, bueno, pará…
—¿Qué? ¡Mirá lo que sos! ¡No lo puedo creer!
—Yo no lo puedo creer.
—¿Lo qué? —preguntó confundido Junior.
Blas no dejaba de mirar el cuerpo de Junior. Tenía las manos en la cintura, pero se acercó a él, hasta quedar pegados. “¡Dios mío!”, exclamaron en su interior y las manos de Blas agarraron a Junior de la cintura.
—Lo que me estoy comiendo.
Junior largó una risa, con sus mejillas ardiendo, ahora el que se había puesto rojo fue él.
—Vos sos mi comida favorita, Blas. Vos sos mi todo.
Blas lo besó entonces, un beso con ganas y lenguas. Las manos de Blas empezaron a acariciar la espalda del menor y bajaron hacia su trasero. Junior le agarraba la espalda, y al sentir ese contacto, apretó.
Junior sonrió entre besos… y empujó a Blas al agua.
Cuando Blas emergió, se lo veía muy confundido, como si lo hubieran sacado de un trance.
—¡Junior! —protestó Blas.
Junior se tiró “de bomba” a la piscina y se puso al lado de él.
—¿Qué, Blas? —le preguntó al chico de rulos, divertido.
—Sos terrible, pendejo, eh.
Fue ahora Junior quien se abalanzó a besarlo, las manos de ambos acariciando al otro en todas las partes del cuerpo a las que llegaban sus manos. Blas lo llevó hasta apoyarlo contra el borde de la piscina. No lo dejaba de tocar, y le empezó a dar besos por el rostro, hombros, pecho... Pero sin previo aviso, Blas se alejó, dejando a Junior con los ojos cerrados. Al sentir que las manos de Blas habían abandonado su cuerpo y su boca se habían alejado de su piel, volvió a abrirlos.
—¡Blas! —se quejó esta vez el menor.
Blas, pícaro, le salpicó agua y fue nadando al otro extremo, mirando a Junior.
—¡No, veníii! —pedía Junior.
Junior se fue acercando y Blas también, pero a una distancia prudencial, el menor le tiró agua. Y empezaron a tirarse agua por un buen rato, divertidos, riéndose. Nadaban, se encontraban bajo el agua, se deban besos, se volvían a tirar agua, escapaban del otro, pero, en un momento, Blas persiguió a Junior, lo alcanzó, el menor de espaldas a él, lo rodeó con los brazos, tiró de él hacia sí y empezó a darle besitos por la piel del cuello, mientras las manos iban por su cuerpo. Después de unos cuantos besos suaves, le dio uno fuerte y lo soltó.
Y siguieron jugando. Nadando, tirándose agua. Provocándose uno al otro.
En un momento, Junior sintió que le tocaba a él, por lo que se acercó al mayor, que estaba de espaldas y lo rodeó con los brazos luego de contemplar sus hombros, omóplatos, piel, músculos, su espalda ancha, brillante por el agua, todo mojado. Se apretó contra él y sus manos empezaron a acariciarlo por el pecho. Mientras, Blas cerraba los ojos y deseaba que eso no terminara nunca. Una mano de Junior bajó desde el pecho a su abdomen y bajó más…
—Apa —dijo Blas.
Pero entonces, Junior le mordió el hombro con suavidad, lo soltó y se alejó.
—¡No podés hacerme esto! —protestó Blas, dándose la vuelta para mirar a Junior—. ¡Ahora vas a ver, pendejo!

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Amor en el silencio (Blasnior)
Fanfiction"No vas a ser feliz si no sos completamente libre" Junior y Blas y su historia de amor