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Mauro no podía creer que Blas estuviera llenándole la cabeza con que gustarle los chicos estaba bien, quería volver a Junior igual que él, seguramente.


-¿Y podemos dejar de pelearnos, no?


-Yo no quiero pelearme con vos, papá.



-Quiero que distraigas a mi hijo, que está en cualquiera. Está con juntas que no me gustan para nada.


-¿Y qué querés que haga yo?


-Salí con él. Conquístalo. Te va a gustar, lo sé.


-¿Y por qué tengo que mentir? -preguntó la chica.


-¿No dijiste que necesitabas plata para los remedios de tu mamá? Yo te voy a pagar. Haceme esta gauchada. Lo hago por el bien de mi hijo.


Junior fue a la plaza que Mauro le dijo para encontrarse después de su conversación. El hombre estaba sentado en un banco con una chica joven, casi de la edad de Junior, y hablaban. Se acercó a ellos.


-Hola -Saludó Junior, intentando comprender algo.


-Hola, hijo, llegaste -Mauro se puso de pie y le puso una mano en el hombro al chico. -Ella es Sofía. Es la hija de un amigo mío que vive en el interior. Necesita un guía para visitar la ciudad.


Mauro vio que Junior se había quedado parado mirándolo y vio entonces que Blas se acercaba.


-Hijo, no te quedés ahí parado. Salúdala.


Blas se acercaba en ese instante, pero frenó al notar que Mauro no estaba solo. Lo que le pareció raro, porque creía que quería que hablaran a solas.


-Ah, sí, hola -saludó Junior.


-Dale un beso, Junior, no me hagas quedar mal.


Junior entendía la insistencia de su padre y se acercó a darle un beso a la mejilla a la chica.


Blas vio todo aquello. ¿Mauro no lo había llamado para hablar con él? ¿Qué hacen Junior y esa chica?


-¿Me harías ese favor, Junior? Sentate -Mauro le pidió a Junior, y ambos se sentaron en el banco. Junior al lado de Sofía.


-¿Por qué yo?


-¡Vamos, hijo, hacele este favor a tu padre! Se van a llevar muy bien. Yo lo sé -respondió el hombre, agarrando la mano de Sofía y la de Junior y juntándolas.


Blas se escondió detrás de un árbol que había cerca. Mauro miraba de reojo a Blas.


La chica, de pronto, le sonreía a Junior y Junior apenas, sin saber qué hacer. Pero sonrió más ampliamente para hacerle creer a su padre que se sentía cómodo y bien.


-Bueno, ¡vayan! Hoy es un lindo día para ir de paseo.


-Vamos -le dijo Junior a Sofía.


-Vamos -concordó la chica, y ambos se pusieron de pie mientras avanzaban. Blas se escondió un poco más, y Junior miró a su padre:


-Pasale el brazo por los hombros -le susurró Mauro, mientras hacía la mímica.


Junior no quiso contradecirlo y le pasó lo brazos por los hombros a Sofía. Ella lo miró y le sonrió, él le sonrió a su vez. Blas tenía los ojos llenos de lágrimas. El chico esperaba que Junior soltara a la chica, pero no lo hizo. Mauro lo había hecho apropósito para que viera eso, seguramente, pensó Blas. Mauro se fue de la plaza y Blas también se alejó, nuevamente hacia el bar.

Amor en el silencio (Blasnior)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora