—Está lloviendo, pero ¿dónde vamos esta noche? —dijo Junior, al que unas gotitas no iba a asustarlo.
Entonces vio una mesa preparada en el living. Con velas. Botella de vino. Copas.
Blas apareció desde la cocina, con un control remoto en la mano y una bandeja que puso sobre la mesa. Con pollo al horno y papas fritas.
—Tal vez esta noche podríamos quedarnos acá —dijo Blas, poniendo música lenta y romántica de un pequeño equipo de música, en el que había conectado un pendrive.
Junior quedó mirando todo con la boca abierta, el corazón palpitante, los ojos brillosos.
—¿No vas a decir nada? —sonrió Blas.
Junior largó una risita media rara.
—¿Estás llorando? —preguntó Blas, poniéndose serio, preocupado, y se le acercó, agarrándolo de las mejillas.
—Estoy feliz —respondió Junior.
—Pero todavía no probaste la comida.
Eso hizo reír a Junior. Una lágrima cayó sobre su mejilla y Blas la retiró suavemente con el pulgar y con un beso.
Junior cerró los ojos ante el contacto.
—Que esto no se termine nunca —pidió Junior.
—Nunca —prometió Blas.
—Nunca.
—Nunca.
Se acercaron a besarse con dulzura.
—¿Vamos a comer? —preguntó Blas.
—Vamos.
—Después de usted —dijo el mayor, haciendo una seña.
—Ah, pero qué caballero —dijo Junior, divertido, mientras se acercaba a la mesa y se sentaba.
Blas rio y fue a sentarse también él.
—Espero que esté rico —confesó Blas.
—Si está feo, no importa, igual te amo y lo importante es comer.
Junior comía a las apuradas.
—Pará que te vas a atragantar, y vinimos acá para disfrutar, no para morir.
Junior rio.
—Es que tengo hambre.
—¡No te creo! —dijo Blas, sarcásticamente.
Terminaron de comer media hora después, pero Blas esperó unos quince minutos antes de ponerse de pie y cambiar la canción a Perfect de Ed Sheeran. Junior lo miró confundido mientras el chico de rulos se acercaba a él y le estiraba la mano.
—¿Bailás? —le preguntó.
—¿Qué? —soltó Junior.
—¿No querés?
—No me lo esperaba —le respondió el menor, mientras se ponía de pie.
Junior le rodeó el cuello con los brazos y Blas lo rodeó por la espalda, moviéndose al ritmo de la música. Mientras, no se dejaban de mirar a los ojos.
—Nos merecíamos esto —dijo Junior, y recostó su cabeza en el hombro de Blas. —Te amo tanto. —Después, salió de su hombro y lo miró.
—¿Qué pasa? —le preguntó Blas.
—Tenemos que decirnos todo ahora. Lo que nos molesta, lo que nos enoja, lo que nos duele, nada de desaparecer. Tenemos que ser sinceros con el otro.
—Estoy de acuerdo.
Se acercaron a besarse dulcemente y siguieron con el baile. La de Ed Sheeran terminó, pero después bailaron reggaeton, cuarteto, cumbia. Bailaron música de todo tipo.
Se sentaron en el sillón y Junior suspiró.
—Qué paz.
Blas sonrió y lo agarró de la mano, acariciándola con el pulgar.
—¿No querés hablar con tu viejo? —preguntó Blas.
—No —espetó Junior—. Nadie va a rompernos las pelotas, menos él. Mi celular está apagado. Ni lo hubiera traído.
—Tampoco para tanto. Diego debe estar preocupado.
—Ya le mandé mensaje, le dije que estamos bien y volví a apagar el celular.
—Está bien —Blas sonrió divertido y le preguntó a Junior: —¿Qué vas a cocinar mañana?
—¿Yo tengo que cocinar? —preguntó Junior con una confusión divertida, apenas sonriendo.
—Sí, mirá que Lucre no está con nosotros. No te va a poder ayudar.
—Buuu… —protestó Junior, juntando las cejas y haciendo trompita.
—¿Cómo vamos hacer cuando nos…? —Y ahí Blas se arrepintió de haber hablado y se calló. Junior lo miró confundido y apenas sonriendo.
—¿Qué? —preguntó el menor.
—Nada, nada —sintió que estaba apresurando las cosas, por lo que prefirió no decir nada más.
—No, ¿qué ibas a decir? —insistió Junior.
—No te digo ahora… Y no sabemos lo que va a pasar de ahora a cinco o diez años…
—¿Qué? ¡Hablá! —La intriga lo estaba matando al chico.
—No sé si vas a querer.
—¿Podés decirlo de una vez? —Se desesperó Junior.
—Casarnos.
—Nunca había pensado en casarme —dijo el menor.

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Amor en el silencio (Blasnior)
Fanfikce"No vas a ser feliz si no sos completamente libre" Junior y Blas y su historia de amor