Junior intentaba dormir, pero, mientras repasaba la conversación telefónica con Blas, recordó algo que lo hizo abrir los ojos de golpe. Se había acordado de algo que no debía dejar pasar.
El bar ya estaba abierto cuando Blas llegó. Dante había abierto y había estado subiendo las sillas a las mesas para ponerse a limpiar. Los dos agarraron una escoba cada uno y pusieron manos a la obra, bueno, a la limpieza.
Mientras estaban barriendo, uno cerca del escenario y el otro un poco más alejado, Dante le dijo a su amigo:—Mi hermano me contó lo de anoche.
Blas frenó lo que estaba haciendo y se apoyó en la escoba.
—Ah, sí.
—Me llamaban y las sacaba de ahí. No sé, inventaba alguna excusa.
—No me di cuenta.
—Mi hermano tampoco. Pero van a tener mucho tiempo para estar juntos.
De pronto, Blas se lo quedó mirando serio y fijamente a Dante.
—¿Qué pasa? —En ese momento, Dante también dejaba de barrer.
—¿Vos creés?
—Sí, claro que sí —respondió el otro, bastante confundido. —Yo veo cómo vos y mi hermano se llevan. Me doy cuenta de cómo te mira, y está muy feliz.
—Tengo miedo, Dante.
—¿Por qué?
—De que se arrepienta.
—¿De qué?
—De estar conmigo.
—¿Él te hizo pensar eso en algún momento? Esperá, preparemos café y hablemos.
Diez minutos después, los dos chicos estaban sentados ante la barra con el café delante de ellos y las escobas tiradas por ahí.
—Junior siempre fue muy cambiante conmigo. Me confundía. Venía, se iba. Volvía, se volvía a ir. Viene y va.
—¿Qué? ¿Pero ahora sigue igual?
—No. No, dejá, soy un boludo. Solo necesita tiempo.
—¿Ves? Sí, sos un boludo. Dejá de pensar tonterías. Mi hermano te quiere. Confiá en él.
—Yo confió en él.
—¿Y entonces…?
—Todavía no puede decir que estamos juntos. No puede hablar con nadie de su sexualidad.
—A mí me lo dijo.
—No es libre del todo.
Eso no era todo lo que le preocupaba. ¿Y si quería enfrentar todo eso solo? ¿Si todavía no se aceptaba a sí mismo?
—Él está con vos. Le cuesta hablarlo, pero eso no quiere decir que no te quiera. ¿En algún momento te demostró lo contrario?
Blas se quedó pensando, y la verdad era que Dante tenía razón.
—No —le respondió, bajando un poco la voz y negando con la cabeza.
—Entonces nada de preocupaciones tontas.
—Tenés razón —casi rio Blas. Tomó del café y al dejar la taza nuevamente sobre el plato: —¿Y vos? —preguntó.
—¿Y yo qué?
—¿Qué pensás hacer con Simona?
—¿Con Simona? ¿Por qué? ¿O qué?
—Dale. Se te nota a kilómetros que te gusta, no soy boludo.
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Amor en el silencio (Blasnior)
Fanfiction"No vas a ser feliz si no sos completamente libre" Junior y Blas y su historia de amor