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—Te refregaba las chicas en la cara, qué tonto que fui —dijo, de pronto, Junior, tapándose la cara—. Era un boludo confundido, dudoso y miedoso.
    Blas no dijo nada inmediatamente, pero le hacía mal recordar eso.
—Bueno, ya está. Ya estamos juntos. No hablemos del pasado. Yo me pongo mal, vos te ponés mal, mejor de… —Blas le tiró una miradita al menor y vio que se había quedado dormido. Rio.


Tuvo que despertarlo cuando, finalmente, Blas estacionó frente a su casa. Lo hizo dándole pequeños besos en la mejilla. Junior abrió los ojos, pero los cerró en seguida. Blas dejó de darle besitos y le susurró: “Junior, ya llegamos”. Este siguió con los ojos cerrados y Blas tuvo que darle más besos. Junior abrió los ojos de golpe y corrió la cara para que sus bocas se encontraran. Se dieron un besito suave y largo.
—¿Te estabas haciendo el dormido? —le preguntó Blas al menor, cerca de su cara.
—Todavía sigo dormido —respondió Junior, volviendo a cerrar los ojos.
—¿Tengo que darte más besitos?
—Es la idea.
    Le dio un besote en la mejilla y después le dijo, mientras le daba unas palmaditas en el hombro:
—Dale, Ju, entremos y vamos a dormir mejor.
    Blas estaba en bóxer y tapado hasta el ombligo. Estaba bocarriba y con un brazo debajo del cuerpo de su novio. Abrió los ojos despacio y sintió unos dedos acariciando suavemente su pecho, en el lugar del vello crecido y también sintió algunos besitos en el hombro.
    Junior, entonces, apoyó sus labios y su nariz en el hombro del mayor mientras miraba sus propios dedos, que seguían acariciando esa zona del pecho.
—¿Estás pidiendo un deseo? —preguntó Blas—. ¿Estás pidiendo que te crezca vello en el pecho?
    Junior lo miró haciendo trompita y arrugando el entrecejo.
—¿No te gusta mi pecho? Además, tengo algún que otro pelito —dijo el menor, tratando de mirar su propio pecho sin moverse del lugar, haciendo reír a Blas.
—¿Cómo no me va a gustar? —preguntó el chico de rulos mientras empezaba a acariciarlo a él en el pecho desnudo, con la mano que tenía libre. —Piel lisa como el de un bebé. Sos mi bebé.
—Y vo so mi osito de peluche.
    Blas volvió a reír.
—So mi osito cariñosito —dijo, se acercó más a él para abrazarlo y apoyar su mejilla en su pecho—. ¿Ya tenemos que levantarnos?
—Sí. Nos damos una ducha…
—¿Juntos?
—Sí —rio Blas—. Y después vamos a tu casa.
    Llegaron aún con sueño a la casa de los Guerrico. Blas llevaba bajo su abrigo el chaleco del bar, ya puesto. Fueron al cuarto y no vieron a Dante por ahí. Junior dejó sus bolsos y le pidió a Blas ir al playroom mientras Lucre les preparaba el desayuno.
    Bajaron haciendo mucho ruido y prendieron la luz como si nada. Se quedaron petrificados al ver a Dante y Simona acostados ahí, con Simona con el uniforme puesto y arriba de él. Empezaron a caminar hacia atrás, despacio, para no despertarlos y salir de ahí, pero se movieron. Simona se levantó y clavó su mirada en ellos.
—¡EY! ¡VAMO! —festejó Simona.
    Dante abrió los ojos del todo y se sentó de golpe.
—No queríamos molestar —dijo Blas.
—Nosotros nos vamos —habló Junior.
—¿Qué? —dijo Simona, confundida, y después vio a Dante—. ¡Ah! —dijo y largó una risita nerviosa, poniéndose colorada.
—¿Ya volvieron de su luna miel? —preguntó Dante.
—¡Y qué luna de miel, mamita! —dijo Simona con emoción, guiñándoles un ojo—. ¿Cómo la pasaron?
—Bien, muy bien —respondió Blas, al tiempo que Junior contestaba: “Hermoso”.
—¡ESA! ¡VAMO! ¡SE HABRÁN DADO CON TODO! —Junior y Blas abrieron los ojos grandes y se pusieron rojos en ese punto—. ¡QUÉ EMOCIÓN! ¡WOHOO!
    Simona saltaba de la emoción.
—¡Vamo todavía!
    Blas reía y Junior la miraba petrificado.
—¡Estoy muy feliz por ustedes! —dijo la chica, exaltada, poniendo una palma en su pecho.
—Gracias, Simona.
—De nada, Blaschu.
—¿Y ustedes qué onda? —preguntó Blas, sonriendo.
—¿Nosotros? Ah, nosotros, nada… —La chica carraspeó, nerviosa—. Em…mmm… aahhh…. Mm… psss… —balbuceaba.
—¿Qué? —rio Blas. Junior y él se miraron riendo.
—Nada, nos quedamos dormidos —dijo Dante.
—Claro, claro, claro.
—Sí, claro.
    Respondieron Junior y Blas, con sarcasmo. Simona, entonces, avanzó hasta la escalera y cuando llegó a los chicos:
—Lindo verlos —dijo, y los abrazó de uno a la vez, apretándolos un poco fuerte.
    Dante pasó por al lado de ellos y dijo:
—¿Desayunamos y vamos al bar?
    Estaba por llegar a la escalera del playroom cuando las manos de Junior y Blas lo agarraron cada uno de un hombro y lo retuvieron ahí.
—¿Qué fue eso? —preguntó Junior—. ¿Qué pasó con Simona?
     Dante se puso algo colorado.
—Puede ser que le haya dicho lo que siento por ella.
—¡Bien! —exclamaron Blas y Junior a la vez.
—Y puede ser que la haya besado también.
   Dante se veía sonriendo tímido, acariciándose la nuca.
—Vamos a desayunar, ahora sí —dijo de pronto Junior, sonriendo, contento por lo de su hermano y Simona, y ansioso por comer algo.
—Ya tenés hambre —dijo Blas.
    Lucrecia ya había preparado el desayuno para Junior y su novio en la mesa del comedor, pero al ver que estaba Dante también, le puso una taza de café de más mientras Dante iba al baño. Al sentarse a desayunar:
—¿Y cómo la pasaron? ¿Qué hicieron? ¿No me van a contar nada?
—No nos dejaste hablar —dijo Junior.
   Los otros rieron.
—Fuimos a comer afuera —empezó diciendo Junior.
—A pasear por la playa.
—Al teatro.
—Nos metimos en la pileta climatizada.
   Blas y Junior se miraron sonriendo al recordarlo.
—El agua estaba bastante caliente —dijo Junior.
   Blas se puso rojo y Junior rio, bajando la cabeza y también poniéndose colorado por su propio comentario. Dante los miraba con los ojos achicados, porque apenas entendía, pero no quiso preguntar.
—Tu hermano cocinó —siguió Blas.
    Dante abrió los ojos grandes, sorprendidos.
—¿Y no quemó nada? —preguntó.
    Blas y Junior rieron al tiempo que el último le tiraba un pedazo de tostada a la cara.
—¡Pero qué decís! Soy un chef profesional.
—Te olvidaste cómo hiciste la comida —le recordó Blas.
—Bueno, pero él no tenía por qué saberlo —le susurró el menor.
    Blas rio.
—No quiero bajarlos de la nube, pero ¿hablaste con Mauro, Junior?

Amor en el silencio (Blasnior)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora