Por la cara irritada de Sasha, Agasha pensó que la diosa iba a atacar la yugular de Psique, pero como era de esperar del carácter pasivo de la diosa de la sabiduría y la guerra, Sasha suspiró alcanzando un nuevo nivel de paciencia.
—¿Cómo es que no se te ha caído la cara de vergüenza? Por poco ocasionas un terrible accidente.
—Tú lo has dicho "por poco", lo que significa que no ha pasado, ¿o sí? —sonrió divertida.
Antes de que Sasha perdiese toda su paz interior, Agasha intervino.
—¿Cómo que "aún" no era mi hora? —preguntó dudosa.
—Érebo es un dios oscuro, un dios primordial. Digamos que su palabra es ley y si él dice que aún no era tu hora pues qué más les queda a las Moiras aceptarlo dado a que tu hilo ha sido reformado por su poder. Como el de Albafica de Piscis fue restaurado por el agua del río Zoí. Ambos poderes son mayores que los de ellas.
Agasha trató de que el nombre del señor Albafica no afectase a sus emociones, sin embargo su corazón mortal aún no hacía conexión total con su alma inmortal. Y mejor no hablemos de su cerebro pues éste estaba aún peor con toda la información que estaba analizando a velocidad de vértigo.
—¿Érebo ha...?
—Sí, Athena. Como todo un macho de la prehistoria que es, Érebo fue hasta los Campos Elíseos con Nyx para hablar con ella.
—¿Hablar? —musitó Agasha sin captarlo bien.
Las caras desconcertadas de Agasha y Athena hicieron que Psique alzase una ceja.
—Necesito paciencia —suspiró exasperada—. Oh, de acuerdo —rezongó algo incómoda—, Érebo piensa reconciliarse con Nyx. ¿Cómo? Pues teniendo sexo salvaje durante días y noches hasta que alguno de los dos se canse —las miró enojada—. Inocentonas.
—D-d-de acuerdo —masculló Sasha—. ¿Entonces Érebo le devolvió la vida a Agasha? Su cuerpo...
—Athena, hasta tú hubieses podido devolverle la vida. Pero hacerlo ahora que estás atrapada en carne humana te habría debilitado demasiado.
Sasha bajó la mirada.
—El alma de Agasha se reusaba a regresar.
—Y me reúso ahora —interrumpió la florista tratando de salir de la tina. Temblorosa, apenas pudo mover sus piernas y brazos antes de resbalar y caer de cara contra el piso.
Rápido, Sasha la ayudó a pararse. Psique por su lado trató de no reírse.
Soltando quejidos agudos parcialmente por el impacto y parcialmente por la pena de haber caído de ese modo tan vergonzoso, Agasha se sostuvo la nariz de donde salía un pequeño hilo de sangre. Psique con un guiño de ojo detuvo el sangrado y el dolor.
—¿Lo ves? Eso demuestra que eres completamente mortal de nuevo.
—No del todo.
—¿De qué hablas, Athena?
—¿Por qué los ojos de Agasha lucen así?
Agasha ladeó la cabeza.
—¿Así cómo?
Psique se acercó y la miró. Por los gestos serios que hacía la hermosa dama, Agasha tuvo que preparar su cabeza para asimilar las malas noticias.
―Nyx ya la ha tomado como su Sỹdixx. Es normal que tenga esos ojos, pero me resulta curioso que los tenga aún en su cuerpo humano también ―suspiró pensativa―. Posiblemente el que Érebo la haya resucitado tenga algo que ver... me pregunto si tu lado Sỹdixx sepa que te reúsas a vivir de nuevo como humana y esté dispuesto a salir en cualquier momento.
―No entiendo.
―Agasha, cuando Érebo te regresó al mundo mortal lo hizo sin tu consentimiento. Sólo Nyx era capaz de quitarles las emociones a sus Sỹdixx por temor a que la abandonasen. Por lo poco que sé del tema, Érebo no tiene mucha jurisdicción en el campo.
―¿Y por qué no lo hizo conmigo? ―Agasha se sorprendió por saber ese detalle.
―Porque ella estaba segura que no la abandonarías o decepcionarías ―Psique se llevó un dedo a los labios―. Érebo fue muy imprudente al aparecerse repentinamente.
―¿Cree que vaya a tener problemas?
―Eso o ya están pegados como perros en celo ―Psique alzó los hombros―, en fin, no te sugiero que salgas de aquí hasta que esos dos acaben de reconciliarse.
―¿Por qué? ―preguntó Sasha.
―Porque Érebo y Nyx son dioses oscuros. Sus cosmos no irradian luz como tú, Athena. Y ya sabes cómo es Apolo con todo ese asunto de los Santos Oscuros y demás mierda que yo no termino de entender. Cosas de machos, supongo —se burló.
―¿Qué tiene que ver el dios Apolo en esto? ―musitó Agasha.
―Qué él es un bastardo que sabe bien que las criaturas oscuras son débiles ante el sol y por ende se esmera mucho en achicharrarlas a todas. Por eso te sugiero que te mantengas en el Santuario hasta que Nyx o Érebo te digan lo que debes hacer. Después de todo, viva o no, ya eres una Sỹdixx y estás bajo sus órdenes.
Agasha bajó la cabeza pensando en qué podría servirle ella a Nyx sin su fuerza sobrehumana. ¿Y dónde estaría su armadura?
―Entiendo.
―Bien ―musitó Psique―. Me voy porque aún tengo a un esposo al cual hacer muy feliz por ayudarme con el problema en el que me metí, adiós ―les guiñó el ojo izquierdo sugestivamente antes de marcharse.
Sasha tomó de su cama una sábana, la cual usó para cubrir a Agasha.
―Debo decir que... estoy asombrada por lo que hizo Érebo. Durante muchos años evitó estar cerca de Nyx bajo la excusa de "estar encerrado", y ahora resulta que ha ido a verla.
―Supongo que el señor Érebo aceptó que no había hecho lo correcto al dejarla así. Ojalá puedan resolver sus problemas.
―Esperemos que así sea.
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𝑀𝑖𝑙𝑎𝑔𝑟𝑜𝑠𝑎 𝑷𝒊𝒆𝒅𝒂𝒅 | 🔞 |【 Dэcяэтos Diviиos Ⅰ 】
Romance『Albafica x Agasha』"Тәи мμсно сμіժαժо сои ӏоѕ оճѕәԛμіоѕ ժә ӏоѕ ժіоѕәѕ". No hay Santo que no conozca bien esa advertencia. Sin embargo, cuando llega el momento de debilidad adecuado, hasta el más sensato de los hombres puede ser tentado y engañado. ...