Regulus, teniendo en su cabeza un escondite en mente, sujetó a Agasha.
―La sacaré de aquí ―musitó a los mayores previniéndolos de su movida.
―Te lo encargamos ―dijeron Dohko y Shion al mismo tiempo.
Enfrascado en su mundo mental torcido, Albafica entrecerró sus ojos sobre todos ellos creando ilógicamente ilusiones donde Agasha hubiese podido mantener algún tipo de relación malsana con cualquiera de los hombres frente a él. Después de todo, lo quisiera Albafica admitir o no, la joven irradiaba una luz propia que cualquiera de esos malnacidos mataría por obtener. Un calor que invitaba a robarla aunque le perteneciese a otro.
¿A él?
¿Y qué si Albafica ya la consideraba suya?
Todos estos hipócritas seguramente no habrían desaprovechado ninguna oportunidad para pasar la noche con Agasha. Ni siquiera el muchacho Regulus escapaba de su ilógica lista. Su celoso razonamiento guiado por el enfado le hizo pensar a Albafica que el único motivo por el cual estos hombres protegían a Agasha era porque ella había sido la amante de todos ellos.
¿Se burlaban de él acaso?
Seguro ella les dijo: "Me meteré primero con Albafica, le llenaré la cabeza de basura y luego podré visitar a los otros".
¿Y qué tal si Kardia se había aprovechado de ello también? Albafica no dudaba que ese infeliz en particular tuviese la indecencia de meterse en la cama de la mujer de un compañero.
¡Malditos!
¡Malditos fuesen todos ellos!
Usaría todas sus fuerzas para matarlos si era necesario.
Su principal objetivo, era eliminar a la mujer causante de su enfado, intranquilidad e inseguridad. Sólo así se sentiría en paz. Matarla era la única solución a su locura, de eso estaba seguro. De pronto, Albafica reaccionó cuando vio a Regulus escapar con Agasha mientras los otros se posicionaban enfrente para hacer una barricada entre él y su objetivo.
El maldito niño de cabello rubio y brillante sonrisa debió haberse sabido heroico llevándose a Agasha como si pudiese salvarla.
El estómago de Albafica se contrajo. Aunque no tuviese alma, Agasha se veía tan hermosa, que verla yéndose con Regulus lo puso aún más irritado de lo que ya estaba.
Albafica no se percató de que la flecha negra se impulsó más en su interior.
―No van a escapar ―masculló convocando las Rosas Pirañas.
Las lanzó en dirección a Regulus y Agasha pero estas fueron retenidas por el muro de cristal de Shion.
«Malditos sean» entrecerró sus ojos frente a sus compañeros.
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𝑀𝑖𝑙𝑎𝑔𝑟𝑜𝑠𝑎 𝑷𝒊𝒆𝒅𝒂𝒅 | 🔞 |【 Dэcяэтos Diviиos Ⅰ 】
Romance『Albafica x Agasha』"Тәи мμсно сμіժαժо сои ӏоѕ оճѕәԛμіоѕ ժә ӏоѕ ժіоѕәѕ". No hay Santo que no conozca bien esa advertencia. Sin embargo, cuando llega el momento de debilidad adecuado, hasta el más sensato de los hombres puede ser tentado y engañado. ...