cincuenta y uno

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"Olores & Aromas "



































-Tu hermano dice que la señora Yang se tuvo que ir pero que te comas toda la comida que te den -Hablo Jisung entrando en la habitación luego de que el pelinegro fuera a buscarle. Ambos chicos se sentaron al final de la camilla.

-Dejen de mirarme como si me estuviera muriendo...

-Innie... Lo siento -Se escucho susurrar al rubio.

-Ya, para, estoy acá, basta de disculparse, ambos, no fue una situación agradable para ustedes ni para mí, pero no fue su culpa ¿Sí? -Habló el castaño ganándose la atención de ambos chicos quienes miraban al más bajo con lágrimas en los ojos. -H-Hyunjin... ¿E-esta por aquí? -susurro el castaño avergonzado de preguntar cuando ambos chicos lo miraron.

-Mmn... Cuando estaba por entrar fue a comprar café para los chicos.

-A-ah... ¿Esta... Bien?

-¿Tal ves? Estuvo muy estresado este tiempo al igual que todos, estaba preocupado por tí... A-ah no digo esto para que te sientas culpable ni nada ¿Okey?

-Mhm, tú -Susurro el castaño señalando a Jisung, quien de inmediato abrió los ojos -Antes también me di cuenta, pensé que era mi idea pero no lo es, tu olor... -El castaño entre cerro los ojos y vio como el pelinegro quien al parecer también se había dado cuenta de la situación de acercaba al omega para olfatear a su alrededor.

-Sabía que era extraño que anduvieras con camisas. ¿Tú-

-¿Desde cuándo estás marcado Han Jisung? -Susurro amenazante el omega en cama viendo a su mejor amigo levantarse rápidamente.

-A-ah... ¿C-cuando..? N-no sé, t-tal ves... ¿U-un par de días? -Sonrió inocente el rubio viendo a ambos chicos negar con la cabeza.

-¿Cómo puede ser que no me dijiste antes? ¿No somos mejores amigos? -Se quejo Yanan poniéndose a un lado de Jeongin.

-Quería que estuvieran ambos, iba a decirles... Lo juro.

-Oh, dios, voy a golpear a ese alfa por quitarnos la pureza de nuestro lindo Sung Sung...

-¡N-no! No puedes, tú, tienes que quedarte en cama, así que, no lo mates, Innie... -Lloriqueo falsamente el omega viendo a ambos chicos reír al haber logrado asustarlo con éxito.

-Ya, vamos a tener una conversación seria de personas serias en una situación... Muy seria -Comento Yanan señalando su nuca para luego levantarse y tomar del brazo al omega atrallendolo nuevamente a que se sentará. -¿Cuando fue?

-Hace tres... ¿Cuatro? Días.

-¿Dónde?

-Ja ja ¿Porqué quieres saber eso? ¿Tips para el futuro con Jun? -Se burló el omega logrando que Jeongin riera y el pelinegro se levantará para perseguirlo por la habitación afirmando que lo mataría hasta que ambos se calmaron. -No se preocupen, estoy bien... Fue lindo y todo, duele como la mierda pero fue lindo, además ustedes lo conocen, en Minho, es un idiota molesto, pero es muy lindo cuando se trata de mí, al comienzo solo lo molestaba pero es alguien que realmente vale la pena...

-Sí tu lo dices entonces está bien, estaremos contigo sea lo que sea que pase -Comentó Jeongin siendo apoyado de inmediato por Yanan -Quiero intentar algo, llama a Minho.

-Per-

-Solo hazlo, quiero ver si es diferente, a-ah p-pero ustedes, no se vayan ¿S-sí? -Volvió a hablar el castaño comenzando a sentirse nervioso cuando él rubio abrió la puerta para ir a buscarlo, el alfa se asomo a la puerta y entró lentamente en la habitación bajo la atenta mirada de los tres omegas.

-Ah, listo... Y-ya lo puedo matar -Rió Jeongin cuando la puerta fue cerrada a las espaldas del chico, se sentía menos incómodo y en su pecho ese pequeño ormigeo de inseguridad se desvanecía al notar en el fuerte perfume del alfa el aroma dulce de su mejor amigo, ambos chicos sonrieron al notar la tranquilidad con la que el castaño logró acercar su mano al cuerpo del mayor.








Habían pasado al rededor de dos horas y claramente ambos omegas necesitaban volver a casa a dormir, al final había olvidado hablarles a ambos del porque los había llamado, no era de noche, pero tampoco era temprano, el reloj marcaba al rededor de las cinco de la tarde y el castaño ya se había aburrido de las cuatro paredes blancas que lo rodeaban, tenía el impulso de querer dejar la habitación, si lo hacía, sabía a que se arriesgaba y no estaba seguro de sí aceptar el riesgo.

Lentamente el castaño se levantó de la camilla intentando no pasar a llevar ninguna de las heridas y cortes, suficiente tenía con que moverse doliera como el demonio para arriesgarse a abrir alguna de las heridas, con lentitud el castaño se encaminó a la puerta abriendo de esta lentamente solo para asomar su cabeza hacia el pasillo. A la derecha el cuerpo durmiente del rubio llamó su atención, en los pasillos no pasaban tantas personas como creyó, la respiración tranquila del delta tranquilizó el asustadizo corazón del omega quien lentamente dejó la habitación para ir a sentarse a un lado del chico de cabellos rubios, su mirada recorrió desde los cabellos desordenados del delta, pasando por sus ojeras formadas por haber descansado mal, sus labios secos, hasta su mala postura en la banca, analizando cada respiración de éste, calmandose a sí mismo cuando alguien pasaba a su lado respirando suavemente el aroma a café que tanto le gustaba del mayor.

Stereotype [Hyunın] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora