Setenta y ocho.

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"Te conozco"
Yang Jeongin






























-¿De nuevo vamos al gimnasio? Pregunto Hyunjin viendo cómo ambos se habían dirigido al mismo lugar que la vez pasada.

-Sí... Pero hoy está cerrado.

-¿Y como vas a en- Llave, por supuesto, tienes la llave.

-¿Pará qué vamos...?

-No estoy seguro... A-Acá se entero Felix, así que me siento más seguro.

-¿Felix sabé?

-Sí fue... Un desliz. -Susurro el castaño adentrándose en el lugar.

-Oh.

El suspiro del menor fue notablemente sonoro a lo que el rubio se limitó a sentir en su dirección. -Hyung, esto, es muy extraño así que no te asustes.

-Ya no estoy tan seguro de ésto... No quiero que se vaya. -Comentó repentinamente el animal.

-Y no huyas.

-No lo haré, lo prometo Jeongin.

-Bien... -Repentinamente el menor desapareció de la vista de Hyunjin, apoyando su espalda contra las colchonetas cerro sus ojos con fuerza sintiendo el típico cosquilleo a la hora de que su cuerpo comenzará a transformerze, sus orejas, sus patas, su boca, con su apariencia salvaje el menor se sentía ligeramente más confiado, no en el ámbito de pararse frente al mundo, pero sí, en cuento a sus capacidades, si quería correr... Podía. Aún escondido tras las colchonetas escucho el interrogante de Hyunjin al otro lado y con suavidad asomo su cabeza tras estas. Hyunjin con una sonrisa se levantó de la banca en la que se había sentado anteriormente, con movimientos lentos para no asustar al menor se acercó a este sin borrar la pequeña sonrisa que tenía, incómodo, sintiendo la fija mirada del mayor aun a través del par de lentes dobló sus patas recostados con suavides, no sabía que hacer y se sentía incleiblemente nervioso. Hyunjin arrodilladose frente al pequeño animal poso su mano sobre este repartiendo caricias suaves hasta que el omega volvio a levantar su cabeza en su dirección viendo como este se desprendía de el par de lentes dejando a su vista los potentes ojos rojos que aún mantenía el mayor, sus fuertes ojos rojizos conectaron de inmediato con los sueves ojos celestes que se apoderaba del menor a la hora de transformarse sorprendiendo al menor, rápidamente el pequeño animal se reincorporo.

-Tranquilo, tranquilo innie... -Susurro con suavidad el rubio volviendo a dar caricias sobre el suave pelaje rojizo, independiente de ello jeongin se alejo por un segundo ocultándose tras una puerta para reaparecer nuevamente en el cuerpo del joven que le pertenecía de igual manera.

-Eso era lo que-

-Sí... Por eso llevaba los lentes.

-Tú. ¿No estás sorprendido? -Preguntó dudoso el menor intentando respirar con suavidad, por alguna razón todos los sentimientos que había acumulado durante el día ahora estaban al límite, quería llorar, gritar.

-Un poco... Pero no.

-L-lo sabias, lo sabias y yo... Tuve que hacer todo esto, Dios... -Había comenzado a alterarse y el nudo en su garganta no aportaba a la hora de querer hablar, mucho menor las actuales lágrimas que comenzaban a desbordar de sus ojos en dirección de sus mejillas.

-Bebé, tranquilizate... -Susurro el mayor viendo como el menor bajaba hasta el suelo sentándose para apoyar su cabeza sobre sus rodillas. -Lo dijiste más temprano, te conozco, Yang Jeongin se que eres diferentes y por ser diferente te amo, se que eres fuerte y por ser fuerte te amo, pero eso no es todo, se que a veces lloras, se que te sientes inseguro, se que para tí tus amigos son mas importantes que tú mismo, se cuanto te costo hablarme de esto... se que te molestas tan fácilmente como puedes perdonar, lo sé, porque te conozco y lo sé... porque te amo, realmente te amo. -Susurro con suavidad el mayor intentando captar la vista del menor -Tú eres diferente y yo soy diferente, pero es diferente bueno, es un diferente que me hace amarte y... Espero que sea un diferente que haga que me ames. -Finalizó el mayor viendo como el menor levantaba la vista lentamente dejandole ver los razgados ojos cristalizados y rojizos del chico.

-Yo... Te amo. -Lloriqueo el menor volviendo a romper en un silencioso llanto dejándose de inmediato consolar por el mayor quien sin dudarlo lo estrecho entre sus brazos. -Te odio -Mintió el castaño golpeando con suavidad el pecho del castaño quien de inmediato dejó escapar de entre sus labios una pequeña risa.

-Te amo. -Susurro el delta besando la frente de esté, rápidamente el de menor altura se incorporó detallando el rostro del mayor por un par de segundos para luego atacar con ansias los labios del rubio quien no pudo evitar sonreír sobre estos correspondiéndole de inmediato.














-Tus ojos... -Susurro Jeongin mirando al mayor, habían dejado el gimnasio y ahora Hyunjin a gusto acompañaba al menor a su casa.

-Oh. Los lente-

-Ya no están de color... -Comentó Jeongin dando un apretón a la mano del rubio cuando este iba a soltarlo para buscar los lentes en su bolso.

-Oh. Eso es... Bueno.

-Por hoy... Por hoy fue demasiado hyung, pero, aún quiero volver a hablar de esto, realmente hay cosas que no entiendo y me gustaría hacerlo...

-Lo haremos, hablaremos nuevamente, cuando tú lo quieras así, estaré para escucharte innie.


Stereotype [Hyunın] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora