28.02.20
[Viernes | 18:57]
Como casi cada viernes, María y Marta se reunieron en casa de Natalia para pasar la tarde.
—Tía, mi madre no deja de darme la brasa con que estudie enfermería —se quejó Marta—.
—Pero a ti no te va para nada la enfermería —la apoyó María—.
—Cero, estoy en ciencias porque me mola la informática, pero tampoco es que sea mi pasión.
—¿Y qué vas a hacer? —se interesó esta vez Natalia—.
—Pues no lo sé.
—¿Año sabático?
—Nah, me estreso si no tengo algo que hacer.
—Pues buscarte un trabajo durante un año —la animó Natalia—.
—No me parece mala idea del todo. Mi tía me puede enchufar en su tienda.
—Ella, privilegiada con enchufe —la picó María—.
—Qué fácil así —bufó enfadada Natalia—.
—Tía, las cosas están difíciles, no le voy a decir que no a un enchufe.
—Ya, pero los enchufes me fastidian. Hay mucha gente con mucho talento y al final se lo llevan los enchufados. No es justo —se quejó. Natalia había vivido en su casa cómo sus padres perdían trabajos porque enchufaban a otras personas, así que aquel tema le tocaba especialmente—.
—Bueno, es una tienda de ropa, tampoco hace falta ser un prodigio —intentó calmar la situación María—.
—Que igualmente no es seguro, Nat. No te alteres así —zanjó Marta—.
—Vale. Perdón —terminó por relajarse. Era un tema que le molestaba pero sabía que no iba a ningún lugar discutiendo en ese momento—.
—Oye ¿y esos dibujos de ahí? ¿Desde cuando dibujas? —María derivó la conversación hacia otro lugar—.
—No son míos.
—Joder, pero son buenísimos. Y ese de ahí, super sugerente. ¿De quién son?
—De una amiga.
—¿De una amiga, o de una "amiga"? —resaltó el segundo "amiga" alzando las cejas—.
—De una amiga sin más —esquivó la mirada, no quería que la pillasen—.
—Mírame a los ojos.... —María la miró con sospecha fijamente como si pudiese leer sus pensamientos—. ¡Son de la tía que te mola!
—¿Qué?
—Lo llevas escrito en la frente, tía.
—Natalia, es que no tienes filtro, tu cara es una libro abierto —rió Marta—.
—Joder, con vosotras no se puede guardar ni un secreto.
—¿Cómo osas no contarnos tus secretos? Que somos tus mejores amigas y nosotras de contamos TODO. Hasta cómo follamos, eso es mucho.
—Lo de cómo folláis os lo podéis ahorrar, ya os lo digo.
—Cuando te conviertas en una sex machine ya nos darás tú la brasa contándonos todas tus azañas entre las sábanas —vaticinó Marta—.
—Pero venga cuenta, ¿cómo va? ¿Algún avance?
—Algo hay, sí...
—Venga tíaaaa, se un poquito más generosa, cuenta un poco.
—A ver... Hemos quedado ya dos veces para estudiar.
—¿Pero estudiar de verdad o "estudiar"? —volvió Marta a mover sus cejas sugerentemente—.
—No, no. Estudiar de verdad.
—Joder, tía. Que se nos ha vuelto una empollona —la vaciló María—.
—¿Y no pasó nada entre descanso y descanso?
—Hablamos. Mucho. De muchas cosas personales.
—Continúa...
—Y estuvimos a punto de besarnos pero la corté porque creo que iba a entrar en pánico —dijo de carrerilla como si se le fuese a agotar el tiempo—.
—HIJA DE PUTA. ¿Y TE LO CALLAS? ESO SE CUENTA —gritó María lo suficientemente alto como para que se enterase medio barrio—.
—Perdoooon, perdón. A partir de ahora os mantengo actualizadas.
—¿Y no ha ocurrido nada más?
—No... por ahora no. Aunque mañana hemos vuelto a quedar. Esta vez en mi casa.
—¡OY, OY, OY! Esos son palabras mayores. No cualquiera viene a tu casa. Que aquí solo hemos estado María, yo y pocos más privilegiados —hizo aspavientos Marta—.
—¿Quiere decir eso acaso, que quizás esta sea esa persona especial con la que tienes una conexión especial y con la por fin te atreves a follar?
—Podría ser, sí —confesó intentando ocultar una pequeña sonrisa—.
—ALABADOS SEAN LOS DIOSES. POR FIN HAN OÍDO NUESTRAS PLEGARIAS Y NOS HAN OTORGADO UNA OFRENDA PARA NUESTRA VIRGEN —alzó esta vez la voz Marta contenta por su amiga—.
—¡Oye! No te pases.
—Es broma. Ya sabes que a mí tampoco me entusiasma el concepto de "virginidad".
—Pero de verdad que nos alegramos mucho de que hayas encontrado a alguien con quien sentirte cómoda.
—Y si usa los dedos tan bien en la cama como con el lápiz... —sugirió Marta—.
—Eh, eh, que nuestra Nat no se queda atrás. Te recuerdo que toca la guitarra y el piano. Dichoso el coño que pueda probar esos dedos —exageró María—.
—Yaaaa, bastaaaa —se tapó la cara avergonzada por que sus amigas pensasen así de ella—.
—Pero enséñanos una foto al menos anda.
—Espera que busco el insta.
—Hostia, tú, esta es la empollona, ¿no?
—Siii, no sabía que le molaban las tías.
—No te veía yo con una empollona, tía. Pensé que iba a ser la Jessica, que es muy de barrio ella.
—Ya... Si ya sabía yo que me lo íbais a decir. Por eso no la tengo todas conmigo. Yo creo que para ella soy una macarra y fin, dudo mucho que le guste.
—Tía, que era hablar por hablar. Eso no lo puedes saber si no se lo preguntas —disipó sus dudas María—.
—Además, que ha aceptado a estudiar contigo dos veces ya, y mañana vas a quedar con ella otra vez.
—Yo no se tú, pero con gente que no me gusta, yo no quedo. Y que habéis estado apunto de besaron, amiga date cuenta.
—Ya bueno, pero gustar de esa manera... No sé. Lo del casi beso fue más por mi parte que por la suya. Y alguna ficha nos hemos lanzado, pero no sé si son imaginaciones mías.
—Tía, pues ve a saco. Le preguntas y ya está, y te quitas de dudas —zanjó Marta—.
—Di que sí. Y cuando vayáis a follar... Nos avisas cabrona, que te damos una masterclass si hace falta.
—Bueeeeno, no adelantes acontecimientos aún.
—Mírala, Marta, nuestra hija, cuánto ha crecido. Encoñada perdida —la vacilaron—.
Y así, entre coñas y piques tontos, transcurrió la tarde del viernes. Natalia pensaba que contar sus sentimientos la iba a cohibir, pero sucedió todo lo contrario. Ganó seguridad al contarle a sus amigas cómo iban las cosas con la rubia. Se sintió con fuerzas para hacer frente hasta a un huracán.
![](https://img.wattpad.com/cover/213809714-288-k263655.jpg)
ESTÁS LEYENDO
SKAM Albalia
FanfictionAlba, alumna aplicada, y Natalia, "chica mala" de manual. Dos polos totalmente opuestos, con más cosas en común de las que creen, que estudian en el mismo instituto. Fic siguiendo el formato de SKAM.