10.03.20
[Martes | 18:07]
Como cada martes por la tarde, Alba esperaba en la entrada de la academia a que Natalia saliese de su clase de baile. Estaba decidida a hablar con ella sobre lo que había ocurrido el sábado.
—¡Alba! ¿Me estabas esperando? —sonrió Natalia al verla—.
—Sip.
—¿Tantas ganas tienes de verme? —empezaron a caminar, como siempre, hacia el parque, aunque esta vez más cercanas que nunca, rozando sus brazos en algún descuido como quien no quiere la cosa—.
—La verdad es que muchas. Y me gustaría más aún si no estuviésemos rodeadas de tanta gente —se sinceró. Ya no le encontraba sentido a las indirectas, prefería hablar con claridad—.
—Lo mismo digo —se mordió el labio—. ¿Podemos quedar? ¿Mañana?
—A mí me apetecía hoy —expresó con un poco de fastidio—.
—A mí también, pero... Ya sabes que estoy ocupada en el parque.
—Ya... había que probar igualmente. ¿Mañana en mi casa? ¿Las cinco te viene bien? —se pusieron de frente al llegar a la entrada del parque—.
—Perfe.
—Vale. Pues te dejo en tu parque. Nos vemos mañana —se dio la vuelta dispuesta a salir escopetada. ¿Tenía ganas de besarla de nuevo? Evidentemente. Pero no eran novias ni nada parecido para despedirse con un beso—.
—Espera, no te vayas tan rápido —la paró Natalia agarrándole la mano—.
—¿Qué pasa? —preguntó extrañada—.
—Que tengo hambre —alzó las cejas e intentó disimular una sonrisa—.
—¿Y quieres que te haga de cocinera o qué? —vaciló—.
—Prefiero que seas mi comida, como el sábado. Aunque solo sea un bocadito.
Alba sonrió ante tal ocurrencia, miró a los lados comprobó que no había nadie a su alrededor, se puso de puntillas y dejó un breve pico en los labios de la morena.
—¿Te da miedo que nos vea alguien? —se extrañó al ver su reacción—.
—No es exactamente eso... —se puso roja al ver que Natalia se había dado cuenta de lo que había hecho—. Ya te diré. Ahí tienes mi bocado.
—¿Otro bocadito chiquitito? Me has dado solo las migas... —puso cara de pena—.
Alba se avalanzó contra ella y esta vez provocó un roce de labios más intenso y durarero que el anterior que, definitivamente a ella también le supo a poco, pero no quería que nadie las viese besarse en mitad de la calle.
—Vete que algún drogata te estará esperando.
—Me voy a morir de desnutrición por tu culpa. Nos vemos mañana, rubia.
Alba continuó caminando por su lado con una sonrisa en el rostro por la broma que había hecho, que en apeñas unos segundos se transformó en una mueca de preocupación cuando vio a una de las vecinas de su edificio cruzar la calle.
Mierda... ¿Habrá visto algo? Como le vaya a mi madre con el cuento...

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SKAM Albalia
Hayran KurguAlba, alumna aplicada, y Natalia, "chica mala" de manual. Dos polos totalmente opuestos, con más cosas en común de las que creen, que estudian en el mismo instituto. Fic siguiendo el formato de SKAM.