SKAM Albalia

Sábado | 02:02

25.04.20

[Sábado | 02:02]

Acordaron que era mejor ver una serie en vez de una peli, así podrían tener un plan fijo y seguir viéndola otros días cuando no se les ocurriese un mejor plan.

Se pasaron la noche metidas en la cama con el portátil sobre sus piernas viendo un par de capítulos de Merlí, recomendación de su amiga Sabela, y compartiendo auriculares para no molestar a su madre y su hermana que ya se habían ido a la cama.

—Esta serie es buenísima —susurró Natalia. Intentaban hablar a baja voz para no despertar a nadie—. Ojalá tener un profe así.

—A ver si adivino, ¿te identificas con Pol?

—Pol es yo en versión chico. Yo soy un poquito menos sex machine, pero sí —asintió—. A ver si adivino yo, ¿tú te identificas con Joan?

—Total. Yo soy poquito menos mojigata, pero sí.

—Son las dos de la madrugada ya, pero no tengo sueño. ¿Vemos otro capítulo?

—Mmmm... No tengo más ganas. Mejor la seguimos la semana que viene. ¿Nos vemos una peli? —se mordió el labio por la idea que tenía en mente—.

—¿Qué peli?

—Mmm... Se me ocurre una... Pero no sé si querrás verla.

—¿Tan mala es? —rió—.

—¿Has visto porno alguna vez? —Natalia se ruborizó—.

—Sí... Aunque no me gusta mucho. Es todo sobreactuado y parece que solo consiste en hombre empotra a mujer.

—Porque solo has visto porno del malo. Mira —abrió el navegador de su ordenador y tecleó unas palabras—, en esta página todo es porno entre chicas. Y en este apartado de aquí hay porno casero, así te ahorras ver gente sobreactuando demasiado.

—Joder, cuánto sabes. Sabía que había gente que se graba haciéndolo, pero no que hubiese todo una página dedicado a ello.

—JAJAJA, tengo mis recursos. ¿Te grabarías?

—¡No! Qué vergüenza.

—Pues el otro día cuando me enviaste el nude no tenías tanta vergüenza... Mira, este vídeo de aquí, por ejemplo —hizo clic en uno de los vídeos de aquella lista—.

Las dos observaron a las dos chicas que aparecieron en su pantalla con atención y curiosidad, poniendo todos sus sentidos en aquel vídeo y olvidándose de absolutamente todo lo demás. Alba sin ni siquiera darse cuenta se mordía el labio y clavaba las uñas con fuerza en el muslo de la morena a medida que avanzaba el vídeo. Natalia, que no estaba tan acostumbrada a ver ese tipo de vídeos, tuvo que tragar saliva porque se le había hecho la boca agua solo de imaginarse aquella escena con Alba.

—Alba, me vas a cortar la circulación —le advirtió cuanto se dio cuenta de que le estaba clavando las uñas en el muslo—.

—¡Ay, perdona! —dejó de clavar sus uñas para acariciarle la zona dañada—.

Natalia separó ligeramente sus muslos para dejar que Alba acariciase toda la extensión de piel y se dio cuenta de lo humedecida que estaba su entrepierna después de haber visto ese vídeo. No sabía si arrepentirse o alegrarse de ponerse un pantalón tan corto para dormir, se le estaba erizando la piel al tacto con las manos de la rubia.

—Pffff... —bufó Natalia—.

—¿Qué te pasa? —Alba se giró hacia ella—.

—¿Tú qué crees que pasa?