Viernes | 10:48

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27.03.20

[Viernes | 10:48]

Marta y María esperaban a Natalia en el lugar de siempre en el patio con una sonrisa pícara, impacientes porque su amiga les contase cómo le había ido el día anterior.

—¿Esas caras a que vienen?

—No sé, no sé. ¿Nada que nos tengas que contar? ¿Alguna novedad? —preguntó Marta juguetona—.

—Al grano, Marta. ¿Triunfaste ayer?

—Nah, me rajé y me fui de su casa —las vaciló y sus amigas se quedaron boquiabiertas petrificadas, sin saber muy bien que decir, no se esperaban que su amiga se ubiese rajado en último momento—. ¡Qué es broma! Quitad esas caras de susto.

—Joder, tía. No nos des estos infartos —María se llevó una mano al corazón—. ¿Entonces sí triunfaste?

—Sí... —contestó con una sonrisa tímida—.

—ENHORABUENA.

—NUESTRO PAJARITO HA VOLADO.

—Yaaaa, exageradas.

—¿Y qué tal? ¿Bien? ¿Fue lo que esperabas? ¿Cómo folla la empollona?

—Eso es privado.

—Venga yaaaaaa. Si nosotras te contamos TODO. Es tú oportunidad de lucirte —la animó Marta para que les contase un poquito. Aquel era uno de sus temas de conversación favoritos—.

—Venga, empiezo yo para que te sueltes. El otro día con Pablo curioseamos posturas y probamos una que uuufff, madre mía. Tú te pones bocarriba...—Natalia no la dejó terminar—.

—¡NO SIGAS! ¡NO ME INTERESA!

—Pero si es divertido.

—No me apetece imaginarte así, Mari.

—A mí me cuentas luego... —le susurró Marta que realmente sí quería escuchar aquello—.

—Pues cuenta algo. Un poquito solo —suplicó uniendo sus manos—.

—Fue bien.

—Continúa...

—Muy bien. Estaba un poco nerviosa, pero ella consiguió relajarme. Y me lo pasé bien que es lo más importante.

—¡Por fin! Nos alegramos por ti. Ahora lo importante. ¿Te comió el coño? ¿Le mordiste una teta, como te dije?

—Tía, que bruta —se le concentró toda en la sangre en las mejillas de la vergüenza—.

—Es por la ciencia, contesta.

—No nos comimos nada y sí, le mordí una teta, demasiado fuerte y le dejé el chupetón.

—ESA ES NUESTRA NATALIA —celebró Marta—.

—¿Y algo que te haga que te ponga mucho? —movió las cejas sugerentemente—.

—Mmmm... Que me tire del pelo —susurró en una voz tan bajita que era imposible escucharla—.

—¿Qué? —dijeron ambas amigas al unísono—.

—Que me tire del pelo... —volvió a murmurar muy bajito—.

—Tía habla más alto que hace falta un Silver Sonic de esos para escucharte —bromeó Marta—.

—¡Que me tire del pelo! —dijo esta vez demasiado alto—.

—JAJAJAJAJA. Osea que te va duro, Natalia.

—Qué vergüenza, por dios... De aquí que no salga —escondió la cara entre sus manos—.

—Que nooo, no te preocupes. Si seguro que ella le estará contando a sus amigas cómo le fue contigo.

—¿Vosotras creéis?

—Hombre, claro que sí. Si tenemos las hormonas revolucionadas, lo único que tenemos en la cabeza es follar y follar.

—Hablad por vosotras.

—Bueno, ¿celebramos? ¿Quedamos el finde?

—No puedo. Mi madre solo me deja quedar una vez en todo el finde por el castigo y ya lo tengo ocupado.

—¿A follar otra vez con Alba?

—Qué fuerte, nos deja por su novia. Esto sí que no me lo esperaba —se hizo la ofendida María—.

—Nooo, quedé con Álvaro, hace un montón que no quedo con él.

—Nos sentimos traicionadas igual, pero te lo perdonamos porque estamos contentas por ti.

A unos cuantos metros de allí, Alba también comentaba con sus amigas cómo había ido la tarde anterior.

—¡Cuenta, Albaaaaaa! —la apresuraba Sabela—.

—Ya voy, impaciente.

—¿Qué tal la macarra?

—Supermona —le salió una sonrisilla tonta al recordarla—.Parecía una niña peque nerviosita, pero luego cogió más confianza.

—¿En serio? Yo que la tenía por una fiera.

—Para nada. Es bastante tímida. Pero me gusta así. Además es la primera vez juntas, ya se irá soltando. Eso sí, se le fue la mano y me dejó un mordisco en la teta que ni un tiburón.

—JAJAJAJAJAJA. Ves que sí es una fiera. Y ahora lo que nos interesa aquí, que nos gusta mucho el morbo. ¿Bajó?—Julia fue al grano—.

—JAJAJAJAJA. No, tía. Ni yo bajé. No quería cortarla más. Ya si eso para la próxima, ya os contaré —guiñó un ojo a sus amigas—.

—¿Y tu parte favorita?

—Su piel. Es MUY suave, parece que estoy acariciando una nubecita. Y cómo manosea el culo, me pone a cien cada vez que lo aprieta.

—ESA ES LA INFORMACIÓN QUE QUERIAMOS ESCUCHAR.

—Pero mi madre casi nos pilla. No sé cómo nos las ingeniamos para que no se diese cuenta.

—Uuuuhh, qué incómodo.

—¿No sospecha nada? —se preocupó Sabela, que sabía el miedo que tenía Alba a que su madre se enterase—.

—No. O por lo menos eso creo...

—Bueno, no te rayes ahora con eso y disfruta del momento. ¿Damos por válida a la macarra entonces? ¿No hace cosas raras en la cama? —Julia la miró con sospecha—.

—Nooo, no hace cosas raras. Ólvidate del tío raro con el que follaste el verano pasado, solo tú te encuentras con gente así de rara.

—Yo que tengo mala suerte. Por eso ahora me quedo con mi Carlitos.

—¿Pero sois algo? —se interesó Sabela—.

—Rollete por ahora. Pero cerrado. Como lo vea con otra le corto los huevecines, que ya lo tenemos acordado.

—Así me gusta, dejándolo todo bien detallado en el contrato.

—¿Tú, Sabela?¿No hay nada por ahí? —tanteó, como le había prometido a Natalia que iba a investigar un poquito—.

—Tú sabes que yo no me fijo en nadie, estoy empezando a pensar que soy asexual. O es que solo se me acercan babosos.

—Podría ser. Pero ¿y el chico este del botellón? Parece que hiciste muy buenas migas con él.

—¿Álvaro? Sí, me cae muy bien. Pero para novio... No sé yo. Ya sabes que yo soy de conocer a la bien primero, tengo que hablar más con él.

—A mí me parece buen tío —dio Julia su aprovación—.

—A mí también. Y no es nada baboso.

—No empecemos a presionar y a jugar a ser celestinas que nos conocemos, ¿eh? —levantó una ceja y sus amigas estallaron en carcajadas—.

SKAM AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora