Miércoles | 10:53

2.6K 146 2
                                    

04.03.20

[Miércoles | 10:53]

Alba, Sabela y Julia se encontraban en el patio para pasar la hora del recreo juntas como casi cada día.

—Sabela, ¿a qué hora nos vemos para el bote el sábado? —le preguntó Julia—.

—Pues, no sé. ¿Ocho te parece bien? —respondió dándole un mordisco a su bocata—.

—Vale. Voy a tu casa y de ahí vamos juntas. Del alcohol me encargo yo. Vamos a estar servidas.

—¿Tienes pensado buscarte un ligue? —sugirió Sabela—.

—A ver... Carlos va a estar por allí, así que a lo mejor el sábado triunfo —se aguantó la sonrisa—.

—¡Qué calladito te lo tenías! —rieron—. Me vas a dejar sola.

—Venga, no te pongas así, que seguro que encuentras algún buen mozo con tierras por allí. Que cada vez que salimos tienes mínino a cuatro que babean por ti.

—Ya, pero es que precisamente son eso, babosos.

Alba observaba la interacción de sus dos amigas nerviosa por la reacción que tendrían cuando les contase que por primera vez de iba a unir a uno de esos botellones de los que tanto hablaban.

—Chicas, ¿os importa si me uno el sábado? —dijo con toda la seguridad que pudo reunir. Sus dos amigas la miraron sorprendida como si estuviesen viendo a la mismísima Virgen—.

—Alba, ¿tienes fiebre? —vaciló Julia—.

—A ver, cariño, deja que te toque la frente —Sabela intentó a acercar la mano hasta la cara de Alba, que se lo apartó de un manotazo—.

—¡Quita! Lo digo enserio.

—¿Y ese cambio de opinión tan repentino? —preguntó con suspicacis Julia—.

—Pues porque me apetece probar a ir una vez.

—¿Segura que es solo por eso?

—Que sí, que sí.

—Vale, pues nosotras te acogemos, borrachina —le pasó el brazo por el cuello y la acercó a ella para abrazarla—.

—Y... ¿Os importa si se une Natalia? —musitó—.

—¿Natalia? —se miraron fingiendo estar extrañadas Sabela y Julia—.

—¿Estamos hablando de Natalia la macarra?

—¿La tía que te empezó a hablar de la nada?

—¿La misma Natalia de la que estás encoñada perdida? —terminó Julia con aquella coña provocando que Alba se ruborizase—.

—¡Baja la voz! Que te va a oír alguien—le pegó un manotazo—. Sí me refiero a ESA Natalia.

—Exigimos una actualización de la situación. No nos has dicho ni mu de ella desde el otro día. Nos tienes abandonadas —se quejó Julia—.

—A ver... Hemos quedado para estudiar y para pasar el rato varias veces estos días y... —hizo una breve pausa porque le daba un poco de vergüenza reconocer lo que iba a decir—. Últimamente nos estamos lanzando fichas. Muy directas —hizo especial énfasis en el "muy"—.

—¡VAMOS! —celebró Julia como si su equipo de fútbol acabase de marcar un gol—.

—¿Y ha pasado algo más allá de las fichas?

—No, por ahora nada —expresó resignada—.

—Tía, pues el sábado es tu día. Ve a por todas —la animó Julia—.

—Además, si os lanzáis fichas las dos. Por lo menos le tienes que atraer un poco, no tienes nada que perder.

—Y si algo sale mal, le echas la culpa al alcohol y punto.

—Qué perras —carcajeó por cómo la animaban sus amigas—. ¿Entonces no os importa que venga?

—Mientras no cause ningún problema como se comenta por ahí, está todo bien.

—No sé de dónde salen esos rumores de que es tan mala. Yo también lo pensaba, pero ahora que la conozco ya te digo yo que no es así para nada.

—Si ya decía yo, no se la ve mala niña.

—¡Listo! El viernes a ganar todas.

SKAM AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora