SKAM Albalia

Jueves | 10:50

19.03.20

[Jueves | 10:50]

Alba, Sabela y Julia desayunaban juntas a la hora del recreo en su lugar de siempre.

—¿Tenéis decidido ya definitivamente qué vais a hacer el año que viene? —preguntó Julia—.

—Yo cada vez lo tengo más claro, directa a psicología. Me he informado mucho y es la profesión del futuro. Cada vez hay más personas con enfermedades del tipo depresión, ansiedad, fobias... Me mola mucho poder tratar eso o investigar por qué suceden.

—Qué madura, madre mía. Te veo ya siendo doctora honoris causa. ¿Tú, Alba?

—Yo pensaba en hacer bellas artes en la uni, pero a lo mejor me voy a diseño gráfico o algo así. Aún no lo he decidido, estoy hecha un lío. Espero decidirme con las jornadas de puertas abiertas.

—En realidad podrías probar a hacer varias cosas, ¿no? Primero diseño gráfico, y ya luego si te animas, bellas artes —aconsejó Sabela—.

—Me voy a pasar mi vida estudiando. Solo de pensarlo me da un ataque.

—Pero si te encanta estudiar —se extrañó Julia, que sabía que su amiga era muy estudiosa—.

—Ya estoy un poco cansada... ¿Tú qué vas a hacer?

—Yo lo tengo decidido. Año sabático —dijo sin más Julia—.

—¿En serio? —se sorprendieron sus amigas a la vez—.

—Totalmente. A ver, sabático tampoco. Quiero buscar curro durante un par de meses y con lo que gane, pues me voy de viaje por ahí. Me encamtaría irme de mochilera por España.

—¿De verdad? ¿Y magisterio? ¿Ya no quieres?

—La universidad va a seguir ahí el año que viene, no se va a mover —se encogió de hombros—.

—Pues suerte buscando trabajo, está la cosa chunga —se preocupó Alba, que sabía por lo que le había contado Natalia que las cosas no estaban fáciles. En su casa nunca les había faltado de nada, pero no perdía de vista los problemas que tenían otras familias—.

—Ya, bueno. Si la cosa se tuerce, pues año sabático en el parque y en el sofá de mi casa, tampoco me voy a quejar —rió—.

—Buena filosofía.

—¿No tenéis miedo de equivocaros? Imaginad que elegís una carrera, y cuando llegáis al segundo año, os arrepentís, veis que no es para vosotras. ¿Qué haríais? —preguntó a sus amigas. A ella misma le preocupaba equivocarse de camino—.

—Pues cambiar —soltó sin más Sabela—. No es tarde. Piénsalo. Vale más "perder" dos años de tu vida que pasarte tu vida entera en el trabajo equivocado. Que también te digo, no creo que esos años sean perdidos, has aprendido cosas, has conocido a gente, has vivido experiencias... Y también lo que estudies no determina lo que luego vayas a hacer. Mi madre estudió enfermería y ahora es cocinera porque le gusta mucho más.

—Visto así... —ese punto de vista la tranquilizó bastante. Nunca lo había pensado de esa manera. Desde que empezó segundo de bachillerato llevaba dándole vueltas a si iba a escoger la opción correcta para el resto de su vida, pero no había contemplado el cambiar se dirección a medio camino—. Me has convencido. Joder, no sé cómo lo haces para tenerlo todo tan claro siempre.

—Tú también siempre has tenido las cosas claras. Pero te gusta complicarte más de la cuenta a veces.

—Bueno, Sabela, tú no te preocupes que estás predestinada a ser psicóloga. Solo te tienes que preocupar por la especialidad —vaciló Julia—.