11.05.20
[Lunes | 20:06]
Natalia llegó a casa, comprobó que ninguno de sus padres se encontraba en casa y pudo escuchar a través de la puerta de la habitación de su hermano que estaba dentro escuchando música. Dejó su mochila en su cuarto y abrió la habitación de su hermano de par en par de golpe y porrazo.
—¡Ey! ¡Llama antes de entrar! —se quejó Santi molesto, por la acción de su hermana—. Si lo hago yo te cabreas conmigo.
—No estoy para tonterías ahora Santi —dijo Natalia con el rosteo serio—.
—¿Qué te pasa hoy?
—¿A mí? ¿Qué te pasa a ti? Se te va la olla.
—¿De qué hablas? —dijo confuso sin entender a qué venía lo que decía su hermana—.
—Estás vendiendo pastillas.
—¿Qué dices? —se hizo el sueco evitando la mirada de su hermana y soltando una sonrisa nerviosa—.
—Santi no me jodas. Le vendiste una pastilla azul al novio de la hermana de mi novia.
—¿Qué? Me he liado —continuó haciéndose el loco—.
—Santi... —puso Natalia sus brazos en jarra enfadada porque su hermano no le confesaba lo que habís hecho—.
—Bueno, vale. ¿Y qué? El tenía un problema y yo se lo resolví. Ya está.
—¿Cómo que "y qué"? Estás trapicheando. ¿Sabes el lío en el que te puedes meter?
—He vendido solo una pastilla, no te pases. Además, tu vendes maría —trató de justificarse—.
—¿Tú cómo sabes eso? —preguntó extrañada pensando que él no se había enterado de aquello—.
—¿Te crees que soy ciego? No la escondías bien. Y el día que vino tu novia le dio un amarillo.
—Bueno, ese no es el tema ahora. Lo había dejado. Y me están obligando a vender de nuevo amenazándome con hacerte daño a ti porque te estás juntando vete tú a saber con quié, gilipollas.
—¿Qué dices? —abrió los ojos Santi sorprendido, desconocedor de aquel detalle, y dándose cuenta del berenjenal en que se estaba metiendo—.
—Lo que oyes. No sé con quién coño te has juntado pero aléjate. ¿Has vendido algo más?
—No, te lo juro. Ha sido solo eso.
—¿Seguro? —lo miró con sospecha—.
—Que sí pesada. Busca en los cajones si quieres. Aunque ya te digo yo que lo escondería mejor que tú —trató de vacilarla—.
—De verdad no entiéndo cómo puedes tener humor en un momento así. Ni se te ocurra volver a vender nada. No tienes ni puñetera idea de dónde te estás metiendo. Además, ¿te has planteado qué habría pasado si le hubiese dado un chungo a tu amigo?
—¿Cómo le va a dar un chungo por eso? —rio incrédulo, pensando que era una pastilla inocente sin efectos secundarios—.
—Tienes las neuronas justas pa' no cagarte encima. Deja de ver tanto porno e investiga un poco sobre salud sexual.
—Yo no veo de eso —se hizo el inocente delanre de su hermano—.
—Ya claro, y yo voy y me lo creo. Si el otro día te lo dejaste abierto, idiota —le dio una colleja igual de fuerte de las que daba su padre viendo cómo su hermano se ponía rojo al verse descubierto—.
—¡Auch! Que eso duele —se acariciaba la zona dolorida—. Oye, ¿le vas a decir algo a mamá y papá?
—Por ahora no. Veremos cómo sigue la cosa. Si me siguen obligando tendré que contarlo.
—¿Qué puedo hacer para ayudar? Paso de que me dejen el verano entero castigado.
—Por ahora alejarte de la gente que te vendió eso. ¿Y de verdad que lo que más te preocupa es quedarte sin vacaciones? Piensa un poquito
—Está bien, está bien...
Después de aquello Natalia comenzó a ver un poquito de luz al final del tunel. Manteniendo a su hermano alejado de todo el mundo del trapicheo, Mikel no encontraría manera de obligarla a continuar vendiendo.
Por fin un respiro...

ESTÁS LEYENDO
SKAM Albalia
FanfictionAlba, alumna aplicada, y Natalia, "chica mala" de manual. Dos polos totalmente opuestos, con más cosas en común de las que creen, que estudian en el mismo instituto. Fic siguiendo el formato de SKAM.