SKAM Albalia

Sábado | 21:15

07.03.20

[Sábado | 21:15]

Alba y Natalia llegaron juntas al descampado donde se celebraba el botellón. Antes de llegar, Alba había invitado a Natalia a cenar en un burguer, como le había prometido la semana pasada. Nada más llegar, fueron en busca de sus amigas. Sabela y Julia se encontraban hablando junto a otros dos chicos.

—¡Alba! ¡Aquí! —Sabela las llamó a lo lejos—.

—¡Hola, chicas! Mirad, esta es Natalia. Natalia, estas son Julia y Sabela, mis mejores amigas —las presentó—.

—Hombre, la famosa Natalia. Por fin te conocemos —se acercó Julia a ella para darle dos besos—.

—¿Soy famosa? —se extrañó—.

—Y tanto, Alba no para de hablar de ti —dejó caer Sabela, sabiendo que aquello iba a hacer saltar a su amiga—.

—¡Oye! Eso es mentira —alzó la voz nerviosa—.

—Ahora no te hagas la loca —siguió el juego Julia—.

—¡Pero que no es verdad!

—Bueno, seguimos con las presentaciones. Natalia, este es Carlos —Julia señaló al chico a su derecha— y este de aquí es Álvaro.

—Álvaro y yo ya nos conocemos —Natalia fue directa a darle un abrazo a su amigo—.

—¡Nat! —Álvaro la abrazó— ¿Cómo vas con la música?—.

Alba aprovechó que Natalia hablaba con Álvaro y Carlos unos minutos para hablar a solas con sus amigas.

—Qué bien acompañada vienes, pillina —Julia le dió un codazo—.

—¿Vas a lanzarte hoy? —se interesó Sabela—.

—No sé... Es que nos estamos lanzando fichas a saco, pero no sé hasta que punto estamos de coñas o es de verdad —expresó Alba con inseguridad—.

—Alba, que está aquí, contigo y con tus amigas. Que no nos conoce de nada. Que podría estar con sus amigas haciendo cosas de macarra. Pero mira dónde está —trató de convencerla Julia—.

—Ya...

—Alba, si no te atreves, te vas a quedar toda la vida con la duda. Yo no te digo que te lances esta noche si no estás segura, pero no te dejes pasar la oportunidad si te apetece estar con ella.

—Tenéis razón...

—Bueno, ¿qué? Nos sentamos a beber —preguntó Carlos a las chicas—.

—¡Siiiii! —respondieron todas al unísono—.

—Vamos para aquella parte que hay espacio libre —señaló Álvaro a una zona más despejada—.

Empezaron a sentarse en el suelo en círculo una por una dejando las bebidas en el centro. Cuando Natalia se sentó miró a Alba con una sonrisa pícara, recordando lo que le había dicho ayer.

—¿No me vas a usar de sillón? —le preguntó en voz baja—.

—Pues claro que sí. Yo siempre cumplo lo que digo —y con esas palabras se sentó en el hueco que habían dejado las piernas de Natalia al sentarse—.

—Es que no pueden ser más obvias —susurró Julia a Sabela, aunque Alba pudo escucharlas perfectamente y les hizo una peineta en respuesta—.

Natalia pasó sus brazos por la cintura de Alba para estrecharla contra ella y se pusiese cómoda, apoyó la barbilla en su hombro y aspiró su olor.