23.04.20
[Jueves | 19:45]
Se acercaba la hora. Quedaban solo quince minutos para que saliese a ese miniescenario a cantar y Natalia, sentada en el sofá de la pequeña estancia del local reservada para los artistas, no hacía más que repasar todos los acordes y las letras de las canciones que había escogido para asegurarse de que no se olvidaba de nada. Comprobaba que tuviese la cejilla enganchada al clavijero de la guitarra, púas de sobra en el bolsillo, el papel con la lista de canciones...
Sacó el móvil para comprobar que Alba y los demás ya habían llegado, y vio un mensaje de ánimo de Alba indicándole que ya todos estaban sentados en una mesa deseando verla tocar. Entró Álvaro en la sala.
—¡Natalia! ¿Estás lista?
—Soy una maraña de emociones, pero bien.
—Es normal, pero lo mejor es que te centres en disfrutarlo. Si vas a estar tensa deseando que acabe ya de una vez, ¿qué sentido tiene?
—Pues tienes razón.
—Y si te equivocas, da igual. Improvisa, que se te da bien. La gente ahí fuera no se sabe tus canciones, si te confundes no se van a dar cuenta. Y también te digo, la mayoría viene a pasar el rato y a estar con amigos, no a ver los artistas en concreto, así que no vas a tener tantos ojos posados en ti.
—Me tranquiliza bastante. Gracias, Álvaro.
—Natalia, tenemos que ir saliendo ya —anunció Manu entrando en la estancia—. ¿Estás preparada?
—Preparadísima.
—Te veo con más seguridad ahora. Te va a salir bien. Y ya sabes que si tienes cualquier problema, el técnico y yo vamos a estar atentos. Vamos.
Salieron de la estancia todos juntos, Natalia se dirigió al escenario con su guitarra y Álvaro se dirigió a reunirse con sus amigos para ver a Natalia tocar. Una vez y se sentó en el taburete, examinó la estancia. Aquello estaba repleto de gente hablando con sus amigos que, curiosos por la llegada de la morena al escenario, empezaron a mirarla. Buscó con la mirada la mesa donde estaban sus amigos. Estaban todos los que había invitado: María, Marta, Julia y Sabela. Y allí vio a Alba sentada saludándola con la manita con una sonrisa que no le cabía en la cara que la tranquilizó.
—Muy buenas noches a todos —se escuchó la voz de Manu por todo el local para introducir a Natalia—. Espero que estéis pasando una agradable tarde de juernes en el Bar Paper. Si soy habituales, ya sabéis que cada semana traemos artistas emergentes y talentosos nuevos. Esta noche tenemos la suerte de tener con nosotros en el escenario por primera vez a Eilan Bay. Un fuerte aplauso para ella.
Algunos de los asistentes aplaudieron, especialmente en la parte izquierda del local, donde sus amigos la vitoreaban. Se armó de valor y empezó a puntear las cuerdas de su guitarra con los acordes de Otras alas. Recordó lo que dijo Álvaro, que disfrutase del momento, así que cerró los ojos, dejándose llevar por su propia canción. Las palabras salían solas y sus dedos sabían de memoria dónde debían recaer en el mástil de la guitarra para sonar bien. Ni se había dado cuenta y ya había acabado su primera canción. Ante su silencio, más público que el de antes empezó a aplaudir. Abrió los ojos de nuevo y se encontró con personas grabándola con su móvil incluso.
—Gracias —musitó a través de su micrófono—.
Era justo el chute de seguridad que necesitaba para continuar. Y así continuó su actuación, canción tras canción con Olivia, Fuentes de Ortiz, Olvídate de mí y Gata negra, rasgueando la guitarra cada vez con más y más precisión y ganando seguridad en la voz y expresión corporal. Había empezado hecha un ovillito con los hombros encogidos y acabó con la espalda recta sacando pecho. Terminó en un abrir y cerrar de ojos, se le había pasado el tiempo volando y tenía que admitir que se había quedado con ganas de más.
—¡Reina! —escuchó entre el estruendoso ruido de los aplausos desde la parte izquierda del local, probablemente fuese alguno de sus amigos—.
—¡Ole! —escuchó varias personas desde el otro lado del bar mientras silvaban—.
—¡Un fuerte aplauso para Eilan Bay! No olvidéis seguirla en redes si os ha gustado y decirnos si queréis volver a verla por aquí. No os vayáis muy lejos que ahora volvemos a contar con Guitarricadelafuente que vuelve por tercera semana consecutiva a estar con nosotros.
Se bajó del escenario dándole las gracias al público y recibiendo su aplauso, encontrándose con Manu por el camino.
—¡Natalia! —la agarró del hombro con firmeza—. Lo has hecho fantástico, le has gustado mucho al público. Enhorabuena.
—Gracias, Manu.
—Puede que te volvamos a llamar,¿vale? Deja la guitarra en el camerino y quédate por aquí para que veas cómo toca Álvaro.
Fue corriendo al camerino con el oecho lleno de orgullo a dejar su guitarra y desearle suerte a Álvaro. Estaba deseosa de sentarse con sus amigos y que le dijesen si les había gustado. Y sobre todo, necesitaba un abrazo de Alba para recuperar todas las energías que había gastado ese día.
—¡Nat! —la llamó Alba desde su silla abriendo los brazos. Natalia prácticamente se echó encima de ella estrujándole las costillas en el abrazo—. Lo has hecho genial.
—¿Te ha gustado?
—Mucho. Ha molado un montón. ¡Estaba todo el mundo atento a ti! He visto gente grabándote y todo.
—Oyeeeee, que los demás también te queremos felicitar y abrazar, perra —llamó su atención María—.
—Alba comparte un poquito a tu novia —la vaciló Marta—.
Se dejó abrazar y felicitar por todos y por fin se sentó en la mesa con su vaso de cocacola.
—Atentos todos porque ahora llega la próxima promesa de la música, y vosotros ahí sentados podréis decir que fuisteis los primeros en descubrirlo. Un fuerte aplauso para Guitarricadelafuente.
—¿Pero quién es ese? ¿No tocaba ahora Álvaro? —preguntó confundida Sabela—.
—Es que Guitarrica es su nombre artístico.
—¿Ah, sí?
—Sabela no te enteras de las cosas de tu novio —la picó Julia ganándose un golpe en el brazo de su amiga—.
—¡Que no somos nada pesada!
Sobre el escenario apareció Álvaro rasgueando su guitarra, con un estilo diferente al de Natalia, pero igual de bueno. Ya lo había visto en la prueba de sonido, pero verlo ahora con la mitad de los asistentes mirándolo atentamente e incluso tarareando alguna de sus letras, le hacía admirar a su amigo mucho más. Alba le hizo señas a Natalia para que mirase cómo Sabela miraba embobada a Álvaro.
—Sabela, la baba —la picó Alba—.
—Calla, coño.
—La última canción va para una persona que está entre el público. Se llama Agua y mezcal —Sabela se ruborizó al sentirse aludida—.
—Sabela esa eres tú, atenta —Julia le taba palmadas efusivamente en el hombro—.
—Tenía que haberte dedicado una canción yo también —le susurró Natalia a Alba al oído mientras le agarraba su mano por debajo de la mesa—.
—Mañana cuando te quedes en casa me dedicas lo que quieras, aquí no que me da vergüenza. Mira la cara de Sabela, parece una cerilla de lo roja que está.
Seguían viendo la actuación de Álvaro cuando alguien desconocido se acercó a la mesa llamando la atención de Natalia.
—Hola. Eilan Bay, ¿verdad? —dijo aquella chica que aparentaba ser tan solo algunos años mayor que ella—.
—Sí —afirmó extrañada—.
—Perdón por molestar. ¿Puedo sacarme una foto contigo? Es que me ha encantado.
—Sí, claro —contestó ilusionada y se levantó a hacerse la foto con aquella chica—.
—¡TENEMOS AMIGOS FAMOSOS! Ahora nos colarás en el backstage y esas cosas, ¿no? —gritó Marta emocionada provocando la risa de sus amigos—.
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¡Feliz día del libro!

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SKAM Albalia
FanfictionAlba, alumna aplicada, y Natalia, "chica mala" de manual. Dos polos totalmente opuestos, con más cosas en común de las que creen, que estudian en el mismo instituto. Fic siguiendo el formato de SKAM.