Sábado | 23:39

1.7K 137 11
                                        

23.05.20

[Sábado | 23:39]

María, enfundada en su vestido negro subio al escenario con el micrófono en la mano para decir unas palabras antes de que Natalia subiese a cantar delante de todos sus compañeros. Dio dos toquecitos en la rejilla del micrófono para comprobar que funcionaba.

—Hola a todos... —dijo en voz bajita de manera wue no se escuchó mucho así que volvió a intentarlo esta vez un poco más alto—. A ver,por favor, un minuto de atención... —pero nadie se inmutaba ante su presencia. Intentó hablar más alto y con un atisbo de cabreo en su tono—. Mirad para el escenario... ¡PABLO PARA LA PUTA MÚSICA! —gritó esta vez haciendo pitar los altavoces y llamando la atención de todos que se quedaron en silencio para enterarse de qué estaba pasando—.

—Eso está mucho mejor —dijo con una sonrisa sintiéndose poderosa al tener a tantas personas atentas a ella—. Escuchad, gente. Antes de que no haya vuelta atrás y no podáis ni mantener el equilibrio. Aunque alguno parece que ha está en ese punto, porque vaya bailecitos que me hacéis ver, ¿eh? Pero de buen rollito. Me he preparado el típico discursito moñas de fin de curso, así que tenéis que escucharlo.

Parece que María le cayó en gracia a todos porque la aplaudían y vitoreaban sin parar. Alguno con más efusividad de lo que debía por los esyragos del alcohol en su sangre. María desdobló el papelito que tenía en la mano con una chuleta.

—Me lo he escrito hace 10 minutos ahí atrás, tampoco os flipéis —todos rieron y María carraspeó—. Empiezo. Llevamos dos años compartiendo nuestras vidas. Aunque algunos llevamos haciéndolo desde que no medíamos ni un metro —miró directamente a Natalia que estaba a un lado del escenario medio escondida—. Hemos conocido gente nueva, hemos hecho nuevos mejores amigos, y de otros ni si quiera sabemos el nombre. Pero hoy aquí eso da igual, porque lo que importa es la fiesta. Y, como nos vamos a quedar todos como una cuba y esta noche no se va a volver a repetir, os animo a que os declaréis a vuestro crush y mañana le echéis la culpa al alcohol si no sale bien. Aunque por la cola del baño ya veo que algunos ya lo habéis hecho.

Todos hecharon a reir, especialmente los que aún seguían haciendo cola para entrar al baño.

—Aquí se acaba una etapa de nuestra vida y empieza otra, con nuevos retos y nuevos sueños. —hizo una breve pausa—. Esta frase tan cursi es de Marta, la morena de allá, que yo no digo esas cosas —Marta pegó un grito desde abajo del escenario con los brazos en alto para que todos la reconociesen—. Ahora nos vamos a separar y cada uno va a seguir un camino diferente para conseguir las metas que quiera en su vida. Pero espero que no os olvidéis nunca de esta noche y de las personas con las que habéis compartido estos dos años. No perdáis el contacto con ellas. Coño, que los whatsapp son gratis. No cuesta nada un mensajito de "¿Cómo te va la vida?".

Todos rieron dándole la razón y cuchicheando entre ellos para prometerse que no se iban a olvidar.

—Ya sé que quereis seguir con la fiesta, pero antes, vamosna darle un aplauso para la mejor organizadora de fiestas de la historia. Sin ella hoy estaríais metidos en la camita ya. ¡Un aplauso para Julia!

Julia alzó su copa y se permitió disfrutar de los aplausos y sus compañeros coreando su nombre.

—Un aplauso también para el buenorro del DJ Pablo Amores. ¡Que es mi churri!

Más aplausos para el DJ que había acertado a la perfección con los gustos de todos los asistentes.

—Y por último... Como nosotros tenemos mucha clase, hemos traído música en directo. Un aplauso para la personita que se va a subir al escenario a cantaros un par de canciones. Y como a alguien se le ocurra reirse de ella le parto las piernas a la salida. No va de coña. Tengo sobornado al segurata. ¡Un fuerte aplauso para Natalia!

Todos empezaron a aplaudir con fuerza cuando Natalia caminó por el escenario con paso firme. Hasta hace unas horas estaba cagadísima porque se cayese esa coraza de tía dura que llevaba puesta para los demás y no se la tomasen en serio. Pero al ver el buen rollo que había esa noche entre todos, que se habían olvidado por unas horas de las peleas entre clases y grupitos, se le fueron todos los miedos.

—¡Dale, Pablo! —avisó al DJ para que pusiese la música —. Cantadla conmigo si la sabéis.

Comenzó a sonar la base de Tainted Love, que no muchos parecían reconocer, pero que todos la animaban a continuar cantando. En mitad de la canción a Marta se le subió el alcohol a la cabeza y terminó por subirse junto a Natalia, que la abrazó por los hombros y puso el micrófono entre las dos para que la pudiesen cantar juntas, lo que hizo que el público la vitorease aún más.

Terminó de sonar la música e hizo una reverencia para recibir, con gusto, la ovación del público. Ahora más relajada después de soltar la tensión acumulada con la primera canción, gracias a Marta también, agarró si guitarra y se decidió a decir unas pocas palabras para introducir la siguiente canción.

—Muchas gracias. No quiero aburriros mucho. Así que dos canciones más y a seguir con el desfase. Esta que voy a cantar ahora es mía,y es un poco intensita, así que me vais a perdonar. Os animo a que pongáis la linternita del móvil y para que quede guapo —miró ahora directamente a Alba, que estaba al pie del escenario—. Va dedicada para la rubia más bonita de todo el instituto.

—¡Es para mí! ¿A que sí? —gritó María en medio del silencio que se había creado por la expectación—.

—Mari, yo te quiero mucho, pero no es para tí. Se llama "Quédate".

Natalia punteó las cuerdas de su guitarra y cantar, mientras sus compañeros levantaban las linternas de sus móviles moviéndolos de lado a lado sincronizados y las parejitas aprovechaban para abrazarse.

Y Alba ni pudo verle la cara a Natalia. Tenía los ojos empapados en lágrimas de la emoción. No se creía que aquella niña que hace apenas tres meses se negaba en rotundo a compartir con sus compañeros su voz y mucho menos cantar una de las canciones que expresase sus propios pensamientos y la mostrase como un ser vulnerable, ahora estuviese dedicándole una canción a ella. En ese mismo momento pensó que nunca quería perderla pasase lo que pasase.

Natalia turnaba su mirada entre el mástil de su guitarra y los ojos vidriosos de su rubia y casi quiso salir corriendo para abrazarla. Pero hizo un esfuerzo por acabar aquella canción que le había compuesto para ella. Sabía que se estaba abriendo en canal delante de todos sus compañeros, mostrándose tal y como era. Pero poco le importó por ver a aquella rubia sonreir mientras se apartaba lágrimas furtivas.

Acabó de tocar su canción y todos la vitorearon aún más fuerte que la última vez. Dejó su guitarra a un lado y volvió a agarrar el micro para dirigirse por última vez a sus compañeros.

—Muchas gracias. Espero que os haya gustado. He visto gente por ahí aprovechando para morrearse, o sea que tan mal no ha ido —rieron los aludidos—. Vamos con la última. Esta os la sabéis todos. Quien no la cante que espere a María a la salida para partirle las piernas.


Comenzó a sonar Seven Nation Army através de los altavoces haciendo temblar el suelo y el pecho de todos los asistentes, que acompañaban a la morena al coro de LOLOLOLO. Y Natalia allí, subida en el escenario, perdiendo el miedo a mostrarse tal y como era ella disfrutando delante todos, pensó que le gustaría hacer esto el resto de sus días.

----------------------------------

El próximo ya es el último 💔



SKAM AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora