Lunes | 20:48

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30.03.20

[Lunes | 20:48]

Natalia y sus hermanos terminaban de ayudar a su madre a poner la mesa para cenar ahora que su padre acababa de llegar de trabajar.

—Joder, ¿otra vez lentejas? —se quejó Santi, cansado de llevar tres días comiendo lo mismo—.

—Santi, esa boca —reprochó su padre dándole una colleja—.

—¿No querías estar cachas? Pues las lentejas te sacan músculo, traga —bromeó Natalia para cortar la tensión que producían las quejas de Santi—.

—El único músculo que me trabaja es el intestino, me va a explotar el estómago.

—Santi, es lo que hay, no te quejes —protestó su madre mientras servía la comida en los platos—. Alégrate de que por lo menos tienes un plato de comida caliente.

—Cariño, ¿cómo fue la entrevista hoy? —preguntó su padre, con la esperanza de que por fin hubiese encontrado trabajo—.

—No fue mal, pero había mucha gente con más experiencia. No creo que me den el trabajo a mí.

—Bueno, hay que probar. Ya habrá más suerte la próxima, cariño.

—Ellos se lo pierden, mamá —la animó Elena—.

—¿Y hay noticias de la empresa anterior? ¿Te van a pagar lo que te deben?

—Me han dicho que intentarán tenerlo la semana que viene, pero no me aseguran nada, llevan toda la semana dándome largas.

—Voy a hablar con el casero, a ver si nos retrasa un poco el alquiler.

—La última vez que se lo pedimos no le hizo mucha gracia.

—Pero habrá que probar, tenemos que recortar gastos por algún lado.

—También hay que arreglar la lavadora. No para de fallar y no hay para llamar a un técnico.

—¿Otra vez se ha estropeado? Luego le echo un vistazo.

Ver la cara de preocupación de sus padres por la falta de dinero le hizo replantearse a Natalia la idea de buscar trabajo en el bar que le había dicho Álvaro. Sus padres se oponían totalmente a que trabajase antes de acabar el instituto, pero este era un trabajo diferente. Pensó que quizás le darían una oportunidad o que podría hacerlo a escondidas de nuevo. Por otro lado estaba su miedo a mostrarse cantando, pero si ya había mostrado su cara cantando en instagram y la respuesta fue positiva, ¿por qué no atreverse a cantar delante de un público pequeño?

—Oye, mamá, ¿mañana puedo ir a casa de una amiga por la tarde? —Elena cambió de dirección la conversación, no le apetecía ver a sus padres hablando sobre los problemas que tenían a la hora de la cena—.

—Sí, pero que te acompañe Santi o Natalia, no vuelvas sola.

—Yo no puedo, ya había quedado —advirtió Natalia—.

—¿Otra vez con Alba? —picó Santi, que sabía que últimamente iba mucho a su casa—.

—¿Quién es Alba? —se extrañó su padre, que era la primera vez que oía ese nombre—.

—Una amiga... —contestó tímida. Tenía que reconocer que le daba un poco de vergüenza presentarla como su novia a sus padres. Nunca había presentado a nadie como su novia—.

—Qué mentira, es su novia, papá —rebatió Elena—.

—Claro que es su novia, mírale el chupetón que tiene en el cuello —volvió a picar Santi y ella se llevó manos al cuello para tapárselo de la vergüenza—.

—Natalia, pero cuéntale a tu padre, que soy el último mono en enterarme, y ya sabes que yo te apoyo en eso —soltó la cuchara ofendido por no haberle contado que tenía una novia—.

—Es que llevamos poco tiempo, papá—se ruborizó—.

—Da igual, tráela un día por casa y así la conocemos, que nunca nos has traído a un noviete, esto es un acontecimiento histórico.

—A cenar lentejas no la traigas que la espantas —bromeó Santi ganándose una colleja de su madre esta vez—.

—Oye, pues bien buenas que están las lentejas de tu madre, seguro que se queda encantada. Si quieres tráela por el bar un día que os invita la casa a lo que querais.

—Gracias, papá.

—Cuéntanos un poco, ¿cómo es?

—Pues es muy guapa, rubia, bajita, pero con ojazos —se le dibujó una sonrisa al hablar de Alba—. Dibuja que te cagas y es superbuena conmigo. Parece hecha a medida para mí.

—Dios mío, está encoñada perdida —se asqueó Santi—.

—Santi, calla. Ya te quiero ver yo a ti con novia. Te voy a someter a un tercer grado —amenazó su madre azorando al chico—.

—Me alegro mucho, Natalia —la apoyó su padre—. Y tú Santi no te hagas el loco que cada vez que te gusta una chica se te nota a la legua.

—Esta mañana te has echado el aftershave de papá, ¿a qué chica intentas impresionar? —picó esta vez Elena a su hermano—.

—¡Elena! No me hagas hablar que digo quién es tu crush.

—¡Ni se te ocurra!

Y entre pequeños piques de hermanos pasaron la hora de la cena olvidándose de sus problemas durante al menos una hora. A Natalia le había encantado poder contarle a su familia con tanta naturalidad que tenía novia, y se sintió agradecida de que, aunque no tuviesen la mejor situación económica, tenía una familia que la apoyaba en absolutamente todo.



SKAM AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora