𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO OCHO - II

GYM, ALTERCATIONS, AND RATS
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Justo cuando se dirigía a su casillero se encontró con Steve.

— ¿Ya te vas? — caminando a su lado.

— Ajá. — responde llegando a su casillero — ¿Tú también?

— No, tengo práctica. — dijo con pesimismo.

— No te ves muy animado. — comenta mientras hace unos cambios de libros a su mochila.

— Últimamente no me agrada tanto. — expresó con una mueca.

— ¿El nuevo? — intuyó.

— Sí. — bufó al decirlo.

A ninguno de ellos les agradaba la presencia del californiano. No congenian con su carácter rebelde y antipático que le encantaba expresar.

Y lo peor de todo es que la gran mayoría de los jóvenes parecían estar de acuerdo con el rubio. Casi alabando sus "hazañas" y comportamiento.

— ¿Te irás con Jonathan? — pregunta curioso.

— No. — dijo con una mueca — Creo que me iré sola esta vez.

No lo ignoraba pero sabía que posiblemente se iría junto a Nancy a obtener la grabación. Así que aunque quisiera no podría ir con su amigo en su auto.

— Si quieres te llevo. — sugiere — Bueno, si quieres esperarme después de la práctica.

— Ah… — duda un momento.

Ya antes se había ido con Harrington pero en este momento no era necesario. Aunque tal vez si pasaba tiempo con él sería más sencillo calmar su mente.

—… Sí. Está bien. — acepta finalmente.

— De acuerdo. — sonríe — Vamos.

Fëanor asiente y cierra su casillero para irse a la par de su amigo hacia el gimnasio.

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Cuando llegan al gimnasio ella camina a las gradas mientras Steve se va a cambiar en los vestidores.

Uno a uno los chicos del equipo comienzan a aparecer en la cancha.

Y uno de ellos es el rubio que avanza como si fuera el macho alfa en una manada de neandertales. Con la espalda recta y sacando el pecho, su cabellera ondeando sutilmente al caminar.

Gira los ojos instintivamente y quita su mirada de él.

Billy en cambio no la ha visto hasta que se acerca a la banca para quitarse la playera. Al dejarla en esta, sube la mirada y nota a Ivers.

Sentada con los brazos apoyados en sus rodillas. Con la vista de lado, sin enfocar algún punto en particular. Su cabello enmarañado cayendo por sus mejillas pálidas, teniendo algunos reflejos por el sol que se trasluce por los ventanales altos.

De repente ve como su semblante cambia de inexpresivo a sonriente, y una de sus manos se alza en un ligero saludo. Busca lo que ella mira, y visualiza a Harrington que responde la acción con la pelinegra.

Replica mentalmente en dirección a ello y hace una mueca.

Quita la mirada de ellos cuando se escucha enseguida el silbato del entrenador.

— Bien chicos, reúnanse. — anuncia y estos hacen un círculo a su alrededor.

Les indica algunas breves instrucciones y se dispersan para comenzar a jugar en la cancha.