𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒¹ •| |• 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐎𝐕𝐄 ✓✓

CAPÍTULO SIETE - II

INSISTENCE, AND THE BOY IN THE CAR
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No llevando mucho tiempo preparando los alimentos, la mujer Byers se le ocurre hablar de nuevo.

— Creí que estabas con los chicos cuando se fueron juntos. — comenta hacia la joven.

Esta sube la mirada. — No, yo… me separé de Jonathan después de dejar a Will en el arcade. — responde en voz baja creyendo que podrían regañarla.

— Ya veo. — asiente la mujer — ¿Y cómo fue que te encontraste con ese chico… — dejando la oportunidad que ella le su diga nombre.

— Ah, ¿Billy? — contesta alzando una ceja.

— Billy, qué. — interviene el hombre — No lo había visto en le pueblo.

— Hargrove. — respondió — Se acaba de mudar con su familia.

— Oh, entiendo. — asiente Joyce junto a Bob — Entonces, ¿cómo se encontraron ustedes dos? — insistió curiosa.

— Eh, yo estaba comiendo donde siempre, y él llegó poco después. — murmura sin subir la vista.

— ¿Y comieron juntos? — persiste la mujer.

Quería saber como toda madre curiosa por lo que rodea a sus hijos. Porque ella realmente consideraba a Fëanor como su hija aunque a todos se les dijera que era su sobrina.

— Pues, algo así… — concluye dudosa.

¿Como se llamaría a eso? El rubio se la había pasado robando de su comida.

— Y estuvieron juntos todo este tiempo? — prosiguió Byers.

— No, solo un rato. — negó — Luego cuando salimos, su… madrastra — pensando en el término correcto — llegó junto a su hija, Max.

— Oh, ¿es la chiquilla que mencionó Will? — interrumpió curioso el hombre.

— Sí. — asiente — Venían de compras supongo, — dedujo recordando las bolsas de compras que traían — la señora Hargrove se presentó conmigo, lo usual. — alzando los hombros.

— ¿Y qué más? — quería llegar al punto en que la habían traído a casa.

— Pues me despedí pero la señora Hargrove no quiso que me viniera sola. — susurró incómoda por volver a pensar en ello — Sugirió traerme a casa.

— Bueno, fue muy amable de su parte. — aceptó agradecida. Sabía perfectamente que la azabache se podía defender sola, pero fue muy buen detalle de la madre de Max, ofrecer ayuda.

— Ajá… — musitó asintiendo.

Sinceramente lo fue. Solo que no le gustaría repetir ese viaje de nuevo. Muchas preguntas e incomodidad en un recorrido que se le hizo eterno. En un momento de locura consideró arrojarse por la ventana, si esta hubiera estado de su lado.

Aparentemente las preguntas cesaron cuando el auto de Jonathan se escuchó llegar.

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Pronto la comida estuvo lista y los hermanos Byers se prepararon para disfrutar de la cena.

Reunidos en el comedor conversaban de algunos temas al azar.

— Fëanor, ¿a qué hora llegaste? — pregunta Jonathan.

— Ah, llegué poco antes de la cena. — contestó dando un bocado de comida.

El chico asintió y antes de poder continuar, el novio de la madre de familia lo interrumpe.

— Si, un chico la trajo en auto. — comenta Bob.