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Maratón 2/?

Desde afuera del auto color negro con lunas polarizadas se puede escuchar el desgarrador llanto del integrante mayor del grupo surcoreano, BTS; aunque haya pasado una hora desde que su madre lo sacó de aquel lugar no ha podido calmarse en lo mínimo; al contrario pareciera, mientras más pasa el tiempo peor se siente y pone. Así que, continúa llorando sobre la falda de su madre, con los ojitos cerrados y las manos sosteniendo con miedo la madre izquierda de su madre dado que con la otra está acariciando sus cabellos.

—Ya, mi precioso cachorro. Todo estará bien. No tienes por qué seguir llorando.

Quiere dejar de llorar, sin embargo, no puede. Se siente tan triste, tan triste por el rechazo de cada familia de sus alfas; más por la forma cómo fue tratado y llamado.

—Mi cachorro...

La puerta se abre y un poco de aire helado ingresa.

—Traje té —dice la voz de su padre sentándose al costado y cerrando la puerta—. Es té de durazno. Tu favorito —niega e hipea varias veces—. Vamos, mi dulce cachorro. Toma un poco, verás que te sentirías mejor.

No responde, sin embargo, después de algunos segundos sorbe la nariz y se incorpora con cuidado acomodándose en  regazo de su madre, mirando en dirección a su padre, para aceptar su té favorito.

—Eso es, mi dulce cachorro —le entrega la taza con lentitud—. Está a la temperatura que te gusta, pero por si acaso tómalo con cuidado.

Asiente soplando trece veces y toma poco a poco el té, mientras su madre le limpia las mejillas con una toallita húmeda. Ella siempre carga un paquete en su bolsa.

— ¿Mejor, mi dulce cachorro?

Asiente debido a que si habla su voz apenas se va a escuchar y reposa la cabeza sobre los pechos de su madre para sollozar al sentir culpa, pues ambos progenitores están ahí, apoyándolo a pesar de haberlos mentido y ocultado todo respecto al grupo, y a los seis alfas.

Comienza a sentirse pésimo, miserable. Un mal hijo.

—Oh, mi cachorro... —desprende feromonas de mamá—. Qué puede hacer mami para que no estés así.

Su padre acaricia sus cabellos, y manos; le trasmite amor como calidez.

Termina llorando peor que en el salón privado.

—Ma-Mami, Pa-Papi... —hipea con los mocos saliendo—. Perdón. Perdón. Perdón —repite cerrando sus ojitos—. Per-Perdón..., perdónenme, por favor, por favor..., perdónenme...

Ambos le limpian sus lágrimas y recibe dos besos encima de su frente.

—No tienes por qué pedirnos perdón, mi dulce cachorro.

—Así es..., más bien, perdonamos a nosotros.

— ¿E-Eh?

—Verás, hijo..., tu madre y yo..., hicimos algo que quizás fue incorrecto...

—Pero, estábamos muy preocupados, cachorro. Más cuando dijiste que serías el único omega.

Los mira sin comprender y muy confundido.

—Dulce cachorro..., tu madre y yo lo sabíamos..., sabíamos que estabas con esos seis alfas de tu grupo...

— ¿Ah? ¿Qué?

—Cachorro, ¿nunca te preguntaste porque nadie se enteró de su relación? Es decir, discretos no eran.

—Ustedes..., ¿qué? Pero, cómo...

—Digamos que contratamos a alguien para que te seguirá, no solo a ti, sino a los otros seis chicos..., como dijo tu madre, estábamos preocupados que seas el único omega en el grupo, así que, teníamos que saber si eran alfas fiables y sino ibas a estar en peligro —explica su padre rascándose la nuca—. Esa persona te estuvo siguiendo por varios años y pues...

—Empezó a darnos informes que eran extraños para una relación entre compañeros de trabajos —continúa gruñendo por lo bajo—. No fue difícil asumir y tener las pruebas. Ah, no tienes idea cuánto tu padre y yo queríamos ir, y arrancarles sus gargantas por haberse metido contigo.

SeokJin parpadea aturdido por toda la información que está recibiendo.

—Sin embargo, no lo hicimos porque..., vimos que eras feliz.., tus ojitos brillaban de una manera única y..., ni tu padre o yo queríamos arrebatarte eso; así que, decidimos esperar hasta que te sintieras listo para decirnos y dejamos de seguirte pues sabíamos que tenías que tener tu espacio con los seis chicos.

Hay un breve minuto de silencio.

—Entendemos, si estás molesto —le dice su padre con preocupación—. Pero, eres nuestro cachorro y solo queríamos saber si estabas bien, si estaba bien dejarte ir...

El corazón de SeokJin se estruja al ver las lágrimas en los ojos de su padre y niega con la cabeza varias veces.

—No estoy molesto, cómo podría..., a pesar de que sabían la verdad, ustedes no..., decidieron esperarme y..., y...., ¿de verdad? ¿De verdad, me aceptan? ¿Me siguen amando a pesar de que...

—Oh, mi cachorro. Cómo puedes pensar eso —su tono es dulce como los besos sobre su coronilla.

—Eres nuestro hijo. Siempre te vamos a amar, a pesar de todo.

SeokJin solloza sintiendo una gran tranquilidad en su interior y abraza a sus dos padres para agradecerles, para decirles cuanto los amas y lo afortunado que es por tenerlos como padres. Por otro lado, SeokJung está apoyado sobre la parte trasera del auto vigilando que nadie interfiera la pequeña reunión entre sus padres y hermanito, mientras fuma un cigarrillo e ignora las llamadas de su mejor amigo.

Destinados Antes De Nacer Por Siempre © || Libro #2|| [BTSxJin] (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora