Kunoichi

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Espuela de caballero: corazón abierto

Afortunadamente había visto el mensaje apenas el autobús llegó a la UA. En ese momento no le importo nada y salió corriendo a la oficina del director. Esa mujer podía pensar que su ausencia significaba que no aceptaba el trato y hacerle algo a la pequeña Eri.

Eso no iba a permitirlo, iba a proteger a Eri, haría lo que nunca pudo hacer por Naruto y Sasuke-kun. No iba a dejar que Eri sufriera el mismo destino. Se había encariñado demasiado con ella, si esa mujer le tocaba un pelo iba a desatar el infierno.

Hizo amago de las habilidades de su vida pasada y cuando menos lo pensó ya estaba enfrente de la oficina del director Nezu. Las manos le temblaban y sentía que el corazón se le iba a salir del pecho.

Se sentía de nuevo como aquella gennin de 12 años que lo único que quería era proteger a sus dos compañeros de equipo en el bosque de la muerte, en ese entonces no tenía nada a su favor en contra de esos ninjas del sonido y vaya que le dieron una buena paliza, sólo hasta la intervención de Sasuke-kun fue que todo estuvo bien.

Pero ya no era así, no quería ser así.

No iba a escudarse en otros. Era una cobarde, eso lo sabía, pero por Eri estaba dispuesta a ser valiente y enfrentar cualquier peligro que se le interpusiera. Ya no iba a huir ni esconderse, era tiempo de enfrentar las cosas. Naruto lo hubiera hecho... sólo que ella no era tan buena como él, ella iba a lastimar a cualquiera que le hiciera daño a su gente preciosa, tal vez esa parte era más como Sasuke-kun...

-hicimos un trato, y espero que se cumpla- escucho la fría voz de la presidenta de la comisión.

-¡y lo pienso cumplir!- grito abriendo la puerta con brusquedad, estaba tan enojada que la sacó de las bisagras- pero usted también tiene que cumplir su promesa- sentenció con voz grave, incluso el mismo Madara Uchiha hubiera temblado ante el rostro amenazante de la muchacha.

La presidenta hizo una pequeña mueca ante la osadía de la mocosa, era la clase de persona que odiaba, esas que no seguían las reglas y se dejaban guiar por sus sentimientos. Ya vería la manera de domar a esa mocosa.

-joven Haruno...- de no ser porque el tratamiento que le daba la pelirrosa estaba seguro de que habría escupido sangre. No entendía nada de lo que pasaba ahí, pero con cada segundo que pasaba se sentía más preocupado por la pelirrosa.

-toma asiento niña- señaló la silla que estaba a su lado.

Una vez que la chica estuvo sentada la presidenta se dispuso a hablar.

-tú misión está lista- sentenció la presidenta sin siquiera verla a los ojos, parecía más ocupada viendo el reloj que estaba en la oficina- te infiltrarás en la liga de villanos.

Las reacciones de los presentes fueron divertidas a decir verdad, All Might se paró tan rápido que la silla se cayó provocando un ruido escandaloso, hasta el director Nezu se había quedado sin palabras.

-bien- dijo Sakura viendo los fríos ojos de la mujer- pero no me basta con su palabra. Quiero que firme un documento en donde promete no hacerle daño a Eri ni a nadie de la UA.

-eres lista, niña- comentó la presidenta- eso me agrada ¿tienes el papel?

Sakura miró al director Nezu, quien asintió rápidamente y buscó entre los documentos de su escritorio.

-no puede hacer esto, la joven Haruno no tiene porque ser utilizada de esta manera- expreso All Might, la presidenta sólo lo miró con hastío.

-un trato es un trato- fueron las palabras de la presidenta.