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Camelia roja: admiración

Desde que tenía memoria había estado sola, nunca conoció a sus padres, de bebé la dejaron en el orfanato y las cuidadoras sólo dijeron que había una nota en la canasta donde la abandonaron con su nombre y un listón rojo, su mayor tesoro. Luego llegó su maestro y fue lo más cercano a una figura paterna que pudo tener, pero él también se fue y de ahí decidió que tener lazos solo la lastimaría. Pero conoció a más personas, entre ellas Chizome, y le agradó tener un amigo, alguien que la comprendiera.

Y él también se había ido, lo extrañaba mucho pero no es como si pudiera ir a la prisión del Tártaro y decir "hey, soy amiga de Chizome, ya sabe, Stain el asesino de héroes ¿puedo pasar a verlo?" Hasta pensarlo sonaba ridículo.

Izuku había acabado con su internado, Sorahiko-san parecía haberle tomado cariño y podía entender porque, era un buen chico y se notaba que sería un gran héroe. Al hallarse solo Sorahiko-san volvió a ser el mismo de siempre, el que come taiyakis todo el tiempo y a pesar de su edad seguía patrullando.

Por su parte ella seguía con su trabajo, el nuevo caso la tenía extremadamente ocupada, tenia que planear todo a la perfección.

-es lindo ver cómo te esfuerzas tanto- estaba en la residencia de Satori bebiendo té en su hermoso jardín- hace mucho que no veo esa mirada tuya.

-¿de que hablas?

-siempre eres tan centrada y seria cariño, pero cuando tienes en frente tuyo un reto... Cielos...- dejó su taza de té en la mesita- todo saldrá bien, ya deja de preocuparte cariño, relájate.

-no puedo relajarme, esto es muy importante ¿qué tal si algo sale mal? ¿Y si deciden que van a entregarme o algo peor? Sabes que esto es más difícil que los casos que normalmente tomo.

-¿y tú para qué piensas que hago esos contratos?- ahora Satori se veía muy seria- dime cariño ¿es eso lo que realmente te preocupa o es porque fue una de las víctimas de ese amigo tuyo?

Sakura volteó a verla bruscamente.

En realidad si se sentía culpable por lo que le había pasado al héroe, aunque ella no haya hecho nada, pero en el fondo sentía que pudo haber detenido a Chizome.

No le contesto a Satori.

Después de todo ella ya sabía la verdad.

Solo podía pensar en que debía ayudar a Ingenium.

Era su deber.

-00-

-es un placer conocerte kunoichi-chan.

No iba muy a menudo a los hospitales, no lo necesitaba, su don le daba una muy buena salud y si salía herida podía curarse.

Además ella era médico clandestino, su competencia eran los hospitales. Por consiguiente no conocía muchos médicos, el único que llegó a conocer fue a su maestro.

El doctor Hakamada, quien era un viejo amigo de Satori, fue el que contactó a la familia Iida con ella. Al parecer Satori le tenía al doctor tanta confianza que le contó sobre ella y sus habilidades médicas.

-el placer es mío, Hakamada-san-traía todo su disfraz puesto, el doctor la miraba con curiosidad, como si quisiera descubrir todo sobre ella con tan solo mirarla.

-si, Satori-chan mencionó que eras muy seria-empezó a reír entre dientes-pero también mencionó lo talentosa que eres, espero verte muy pronto en acción. Ven, tenemos que conocer a tu paciente.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora