Kunoichi

Final alternativo 1

Tulipán: amor sin límites y condiciones.

El sonido de las manecillas del reloj llenaba todo el pasillo de la sala afuera de la oficina del director, todo los estudiantes ya se habían ido y sólo quedaba ella y ese tonto chico que la miraba entre asustado y enojado, apenas le dirigió la mirada y este dio un respingo haciendo que sonriera satisfecha.

La puerta de la oficina del director se abrió, el hombre no se veía muy feliz que digamos, había que entenderlo, un par de niños de secundaria lo tenían ahí retenido por culpa de sus inmaduros problemas.

-Tara Iida, pasa por favor.

La chica acomodó su corto cabello rosado, igual al de su madre, detrás de su oreja. Le esperaba una buena reprimenda por parte de cualquiera de sus progenitores.

Solo esperaba que su madre no se enterara de la llamada del director.

Para su buena (o mala suerte) el que la miraba con una ceja enarcada era su padre, expectante a lo que el director tenía que decir sobre su rebelde hija.

-toma asiento, Tara- le indicó el director señalando la silla vacía junto a su padre. Una vez que tomó asiento el hombre se aclaró la garganta- es un poco incómodo hablar de esto con usted Iida-san, pero me temo que el comportamiento de su hija ha sido muy lamentable, sin contar que sus notas han bajado considerablemente durante los últimos meses. Pensamos en llamarlo a usted y a su esposa desde hace un tiempo, pero debido a los sucesos recientes tuvimos que adelantar su visita a nuestra institución.

Su padre la miró en señal de advertencia, haciendo que todo el pelo se le erizara, al menos su mamá sacaba su furia en el instante, su padre daba miedo cuando estaba enfadado, lo cual no solía ser muy a menudo, y por eso daba más miedo cuando sucedía.

-¿Qué fue lo que hiciste Tara?- preguntó Tensei, fue ahí cuando reparó en que los puños de su hija estaban lastimados, ya se imaginaba lo que había hecho.

De tal madre tal hija ¿no?

La chica evitó la mirada de su padre con obstinación, vaya que esa niña era la fiel copia de Sakura.

-su hija golpeó a uno de sus compañeros, los padres del chico quieren llevar esto a la asamblea disciplinaria, a menos que Tara pida disculpas.

-te negaste a hacerlo ¿verdad?- suspiró viendo a su hija.

-el es un maldito bully, nadie se atrevía a hacerle frente hasta que le golpee su estúpida cara- se escuchó una pequeña exclamación del director, miró a los ojos a su padre- lo golpeé, si, pero se lo tenía merecido.

El director se quedó sin palabras al ver como Tensei se levantaba de su asiento- supongo que tendré que venir para esa asamblea.

-p-pero...

-habrá muchas cosas que discutir con los padres de ese chico, llámeme cuando sea la junta, vamos Tara- llamó el reconocido héroe profesional.

Igual de desconcertada, Tara se levantó siguiendo a su padre hasta la salida.

-00-

-¿estas enojado?

-tienes suerte de que haya sido yo el que estaba en casa cuando sonó el teléfono y que tú madre estaba ocupada en una cirugía de emergencia en el hospital- comentó el hombre con la vista fija en el camino- ¿si sabes que esa no es manera de solucionar las cosas? La violencia no es siempre el mejor camino.

-eres un héroe profesional papá, literalmente golpeas a los malos.

Por enésima vez el hombre soltó un suspiro, esa niña era demasiado parecida a Sakura para su propio bien. Al principio era lindo, cuando su pequeña lo miraba con ojos emocionados y soñaba con ser una heroína para poder acompañarlo en su trabajo ¿a dónde se había ido esa linda niña de brillantes ojos verdes?