Kunoichi

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Dalia: deseo de proteger a los que más amas.

-me alegra mucho verte, querida- saludo Rei con una gran sonrisa. Al ver a la pequeña acompañante de la pelirrosa se hincó a la altura de la niña- ¿y a quien tenemos aquí?

Sakura empujó con cuidado a la pequeña Eri, quien se había escondido detrás de ella al ver a la mujer desconocida- es Eri-chan, ya te había contando sobre ella Rei-san- respondió mientras recibía el equipaje que uno de los agentes de la policía que las habían acompañado hasta ahí le entregaba.

-es un gusto- dijo la niña haciendo una reverencia, tal y como Sakura le había enseñado.

-lo mismo digo Eri-chan, Sakura me ha contado maravillas sobre ti- dijo la mujer ayudando a la pelirrosa con sus pertenencias.

El lugar donde se suponía que iban a refugiarse era un pequeño pueblo que había sido adaptado, como muchos otros alrededor del país, para refugiar a los civiles en caso de desastres y, sobre todo, amenazas de ataques de villanos, después de todo nadie quería que el suceso de la ciudad de Jaku se volviera a repetir.

Muchas casas habían sido construidas para refugiar a civiles, algunos eran acogidos por los habitantes del pueblo y otros tantos eran llevados edificios más grandes por si tenían alguna necesidad especial.

A la familia Todoroki, junto con otros tantos, se les había proporcionado una pequeña cabaña en la que los integrantes se adaptarían perfectamente.

El pueblito contaba con atención médica, escuelas y plantas de luz y agua por si algún desastre llegaba a ocurrir.

Sin duda el gobierno había pensado en todo cuando vieron que la amenaza de All for One no eran meros delirios de un maniático legendario.

-la notica nos tomó por sorpresa- Rei la sacó de sus pensamientos, la mujer sonrió colocando una mano en su vientre, que parecía que no dejaba de crecer con cada día que pasaba- estoy segura de que Enji traerá de vuelta a Touya.

Claro que se les había informado de la relación que el mayor de los hijos de la familia tenía con la joven pelirrosa. Cabe decir que la mujer se alegró de que su hijo tuviera a alguien como
Sakura a su lado, y se puso aún más feliz de saber que muy pronto sería abuela.

-¿Eri-chan, quieres ir a jugar mientras yo acomodo las cosas?- pregunto Sakura señalando el lindo jardín de la rústica casa. La pequeña soltó la mano de la chica y asintió con emoción caminando hacia el jardín, donde se podían ver muchas flores de diferentes colores y mariposas revoloteando entre ellas.

Ambas mujeres se adentraron a la casa, acomodando sus pertenencias en la habitación que se suponía que iba a ser destinada para ellas. El momento fue agradable, lleno de charla casual y algunas risas. Rei no tocó el tema de su relación con Touya, pero la pelirrosa vio fácilmente el alivio en los ojos grises de la mujer.

Después de un rato Sakura se quedo sola para descansar del largo viaje, se recostó en una de las camas y cerró los ojos.

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-¡Sakura!

La pequeña Eri corrió hasta donde estaba la pelirrosa en la entrada del hospital, nada más llegar hasta ella la niña la envolvió entre sus pequeños brazos.

-Eri-chan, me da tanto gusto verte- exclamo la chica correspondiendo el abrazo que le ofrecía la niña- fuiste muy valiente.

-¿ese señor no te hizo nada verdad?-cuestionó Eri con mucha preocupación, recordando el momento en el que ese extraño hombre de llamas azules se la llevó.