Rosa naranja: deseo.
Su vida había estado llena de dolor y sufrimiento, siempre se había sentido rechazado por su propio padre. En cuanto ese hombre vio que tenía una singularidad aún más fuerte que la suya no dudó ni un segundo en tomarlo y entrenarlo hasta desfallecer no importaba el hecho de que en ese entonces fuera tan solo un niño de 4 años que sólo quería disfrutar su infancia y sentir el amor de su padre.
Pero eso nunca pasó, su padre estaba tan obsesionado con vencer a All Might que haría hasta lo imposible por lograrlo, aún si eso significaba lastimar a sus hijos.
El hombre solía decir que tenía una fuerte singularidad pero que no tenía lo suficiente como para controlarla.
"Naciste débil igual que tu madre"
Esas palabras aún retumbaban en su retorcida mente.
Cada vez que usaba su don este no hacía más que quemarlo por dentro, dañaba todo su interior. Pero a él no le importaba ser lastimado con tal de que su padre estuviera orgulloso, sólo quería ser capaz de ser el héroe que ese hombre siempre había soñado en que se convirtiera.
Su madre trató de ayudarlo en un principio, pero su padre la lastimaba tanto que dejó de intentarlo y prefirió concentrarse en sus hermanos menores, los cuales no habían nacido con una singularidad que satisficiera a su padre.
Aún con todo el dolor que le ocasionaba quiso seguir adelante y enorgullecer a su progenitor.
Lastima que nunca era suficientemente bueno.
Su punto de ruptura llegó cuando nació el último de sus hermanos, en su mente aún estaba la imagen de la sonrisa retorcida de su padre al ver el extraño cabello del recién nacido.
Blanco y rojo.
Hielo y fuego...
El heredero que su padre tanto ansiaba al fin había llegado al mundo y el, con su don defectuoso había sido dejado de lado.
Era inservible para los objetivos de su padre.
Al menos ahora ya no tenía que sufrir los efectos de su don, pero por alguna razón el rechazo dolía aún más, ver a su familia destrozada era aún más doloroso que las quemaduras en su cuerpo.
El deseo de enorgullecer a su padre poco a poco se convirtió en un deseo insano de venganza.
Ese hombre no era un héroe, era un monstruo al que su estúpida profesión encubría, los héroes eran una basura si aceptaban a tipos como aquel que lo engendró.
Haría que todos pagaran por su sufrimiento.
Cuando se fue de su hogar estaba muy malherido, lleno de quemaduras y heridas que nadie había curado. No aguantaría mucho en las calles, pensó que iba a morir.
Pero llegó ella.
Cuando menos lo imagino ya estaba completamente curado, y con una niña de pelo rosa y desaliñada viéndolo con preocupación.
Nunca nadie se había preocupado por su persona y su bienestar.
Esa niña se la pasaba encima suyo, cuidándolo, curándolo, dándole comida y haciéndole compañía. Aún recordaba con ternura las largas peroratas de la niña, parecía que sus muchas historias no tenían fin, y a él le gustaba quedarse callado para escucharla y ver esas hermosas sonrisas.
Sakura Haruno... así se había presentado. Pero él nunca le dijo su nombre, después de todo su anterior yo estaba muerto...
Empezó a acostumbrarse a la presencia de la pequeña y también empezó a apreciarla.

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Kunoichi
Fiksi PenggemarElla murió en la cuarta guerra ninja protegiendo a sus compañeros de equipo. Pero ahí no acaba su historia. Volvió a nacer en un mundo donde su presencia cambiaría el camino de muchas personas de diferente manera. Porque a veces solo hace falta un e...