Capítulo especial

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Para aquellos que querían los detalles del capítulo anterior, pues aquí se los traigo, se hizo lo mejor que se pudo, se aceptan críticas constructivas.

Anturios: flor del amor.

Eran sensaciones completamente nuevas para Sakura, los besos húmedos de Touya la hacían perder cada vez más el control.

-¿estas segura de esto?- quiso asegurarse el Todoroki, lo menos que buscaba era obligarla en un acto como ese.

En respuesta Sakura atrajo al hombre, enredando sus dedos entre las hebras azabaches de Touya. Dejó que todo su autocontrol se fuera directo por la ventana, perdiéndose en los besos cada vez más intensos que compartían.

Las manos traviesas de Touya fueron despojando a la pelirrosa de sus prendas, revelando cada vez más la piel de porcelana, que fue poco a poco llenándose de marcas rojizas que él mismo iba creando.

Aquella habitación fue llenándose cada vez más por los placenteros sonidos que salían de la boca de Sakura al sentir como su amante recorría su cuerpo.

Por un instante Touya se permitió observar su obra, la pelirrosa estaba hecha todo un lío, sonrojada, respirando agitadamente y con esos ojos esmeraldas que tanto le gustaban llenos de un brillo que denotaba el deseo que sentía por el.

Sintiendo vergüenza ante la intensa mirada del hombre Sakura intentó cubrirse los pechos desnudos, después de todo esa era, por mucho, su mayor inseguridad en cuanto a su cuerpo se trataba.

-no te cubras- susurró Touya, apartando con cuidado los brazos de la pelirrosa.

-son pequeños- susurró la pelirrosa apartando la mirada con pena.

Touya soltó una pequeña risa, tomando uno de los pequeños botones rosados entre sus dedos, haciendo que la chica diera un respingo arqueando la espalda de puro placer.

-eres hermosa, todo en ti es hermoso- le susurró, haciendo que su cuerpo se erizara al ver esos ojos turquesas llenos de lujuria, acompañados por una sonrisa por demás sensual. La pelirrosa observó como aprisionaba uno de sus senos entre las callosas manos haciendo que soltara pequeños jadeos y sintiera como su entrepierna se humedecía aún más- caben perfectamente en mi mano, me pregunto como sabrán.

Estaba segura de que había perdido la cabeza en cuanto sintió como los traviesos labios de su amante succionaban uno de sus pezones como si fuera una dulce piruleta.
Sin duda Touya lo estaba disfrutando como nunca, pasaba su lengua por el rosado botón como si fuera una gran manjar, mientras que con una de sus manos acariciaba el otro botón desatendido.

Ahora Sakura entendía a Ino cuando hablaba de las maravillas del sexo, aunque estaba segura de que esto superaba con creces todo lo que su cerda amiga le había relatado sobre sus muchas aventuras.

-creo que he descubierto mi dulce favorito- susurró Touya acabando su tarea y sonriéndole con coquetería.

-n-no es justo- susurró Sakura entre jadeos, haciendo acopio de su fuerza cambió los roles, quedando ella ahora encima del hombre- yo también quiero hacerte sentir bien...

-soy todo tuyo, cerezo.

Haciendo acopio de todos los consejos que alguna vez le habían dado Ino y Tsunade (francamente nunca pensó en que iba a utilizarlos y en su tiempo se puso tan roja como Hinata cuando veía a Naruto) despojó al chico de su ropa y con un lento vaivén empezó a mover sus caderas, simulando embestidas que hacían que Touya gruñera y aferrara sus grandes manos a sus caderas.

Ahora ambos estaban sólo en ropa interior, aunque no por mucho tiempo porque, tan roja como un tomate, Sakura le quito los bóxers a Touya dejando su erecta virilidad al aire. La pelirrosa tragó en seco al ver el tamaño de esta y empezó a dudar sobre sus siguientes acciones.

Luego tendría que encontrar la manera de agradecerle a Ino y a sus pervertidas enseñanzas sobre cómo complacer a un hombre.

Touya estaba seguro de estar tocando el cielo cuando sintió como las delicadas manos de su linda pelirrosa atendían su erección haciendo que soltara cada vez más gruñidos y que toda la sanidad mental que le quedaba se fuera directamente al infierno.

Un pequeño grito de sorpresa salió de Sakura al sentir como su espalda impactaba en la mullida cama.

-mi pequeño cerezo es más traviesa de lo que pensé- le dijo Touya ente sus piernas, dando pequeños mordiscos en sus muslos- voy a prepararte ¿de acuerdo?

Sakura asintió entre gemidos de placer al ver como su pareja quitaba con la boca sus bragas, y deshaciéndose en la cama al sentir los largos dedos de Touya en su interior.

-ah... ah...

Para el hombre los gemidos y jadeos de la pelirrosa eran una melodía embriagante que sin duda nunca se cansaría de escuchar.

-Touya... y-yo...¡ah!-ni siquiera pudo acabar la frase cuando el mencionado sintió como sus dedos se humedecían debido al orgasmo de la chica.

Sentía como su miembro palpitaba cada vez más ansioso por estar dentro de la chica, así que sin previo aviso se introdujo en la íntima cavidad, haciendo que la pelirrosa soltara pequeñas lágrimas de dolor.

-¿quieres que pare?-preguntó alarmado por hacerle daño a Sakura.

La pelirrosa sólo negó, aferrándose a la ancha espalda del hombre. Esperó unos momentos esperando a que el dolor pasara, su cuerpo empezó a moverse en automático indicando que necesitaba más.

Las embestidas no se hicieron esperar y pronto la habitación se vio sumergida en un mar de gemidos y gruñidos, acompañados por el incesante ruido de la cabecera de la cama golpeando las paredes de la pequeña cabaña.

-¡Touya!

Sakura se aferraba a la espalda del hombre, sintiendo como si tocara el cielo con cada embestida que le propinaba el hombre. Buscando una posición más placentera, Touya tomó a la pelirrosa, aún dentro de ella y se sentó al borde de la cama con Sakura en su regazo, quien buscando más contacto empezó montarlo.

Entre besos apasionados y pequeños jadeos, Touya sintió como estaba a punto de terminar.

-te amo...- le susurró al oído, haciendo que Sakura se viniera, los pliegues en el interior de la mujer que apretaban tan placenteramente su miembro se contrajeron ocasionando que ya no pudiera más- ¡Sakura!...- gruñó corriéndose dentro de la pelirrosa, y mordiendo el blanquecino cuello lleno de marcas.

Hechos un desastre de placer y sudor se recostaron en la cama.

-eso fue...

-perfecto...-terminó Sakura aún muy agitada.

El Todoroki sonrió lleno de amor y atrajo a la mujer de sus sueños a su pecho. Sakura observó todas las cicatrices que cubrían el cuerpo masculino, dando pequeños y castos besos en cada parte lastimada como pretendiendo curar las heridas de su amado.

-no dejare que nadie te vuelva a lastimar- prometio Sakura con mirada decidida.

Touya sonrió enternecido- ¿no se supone que yo debería decir eso?

-¿en que año vives? Ahora las parejas pueden protegerse mutuamente, el peso ya no recae en uno solo.

-¿Sakura Haruno me está pidiendo ser su pareja?-pregunto con una ceja enarcada.

-pensé que con lo que acabamos de hacer ya lo éramos- susurró la pelirrosa algo roja, escondiendo su cuerpo entre las sábanas.

El hombre sonrió juguetón, abrazando a la chica por la espalda, totalmente desnudó- claro que lo somos. Además, con lo que acabamos de hacer no necesitas esconderte...

Con los ojos entrecerrados la pelirrosa se limitó a recostarse, ignorando a su ahora novio, quien con una sonrisa juguetona afianzó el abrazo que le ofrecía a su chica y susurró un...

Te amo...

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora