Gladiolo naranja: amor sensual.
La luz del amanecer apenas si se colaba por la ventana, alumbrando dos cuerpos que estaban abrazados en la cama. Ambos parecían muy cómodos, el peli negro abrazaba el cuerpo más pequeños contra su pecho, dejando que sus cuerpos desnudos se dieran calor entre sí en aquella mañana de invierno tan fría, estaban muy cómodos descansando después de tanta actividad.
Hubieran continuado así de no ser porque un pequeño llanto se escuchó desde el monitor de bebé que estaba a un lado en la mesita de noche.
La pareja soltó líjenos quejidos.
-tú hijo está despierto...- musitó Sakura entre sueños, con ganas de dormir un poco más. Había sido una noche muy... activa a decir verdad.
-en la mañana es tu hijo- le respondió Aizawa atrayéndola más hacia si y plantándole pequeños besos en el cuello desnudo a su esposa, quien le dio un pequeño golpe en el abdomen- bien ya entendí- se levantó de la cama para después colocarse un pantalón.
El héroe azabache, aún algo adormilado, fue hasta el cuarto de su bebé, ahí se encontró a su pequeña hija de diez años tratando de calmar a su pequeño hermanito de 6 meses, que lloraba desconsoladamente en su cuna.
-papá, Haruki no deja de llorar- le dijo su pequeña un poco desesperada por no saber como consolar a su hermanito.
-Shinobu, sabes que a tu hermano no le gusta que interrumpan su siesta- regañó con calma tomando al pequeño bebé pelirrosa en sus brazos, que al instante dejó de llorar al sentir los brazos protectores de su progenitor.
Por un instante en la linda habitación solo se escucharon los gimoteos de Haruki.
-solo quería jugar con él un rato, pero Haruki-chan es muy dormilón y gruñón- exclamó la niña con pequeños pucheros que hicieron sonreír a su padre, esa niña tenía el mismo encanto de Sakura, esas dos eran las únicas que lograban conseguir lo que sea de él con tan solo una expresión de tristeza.
Por otra parte, su tercer hijo era más como el, apenas con poco meses de nacido era todo un Aizawa por derecho propio, era un bebé muy tranquilo, a menos que lo molestaran en algunas de sus preciadas siestas o lo apartaran de los brazos de su querida madre, a quien parecía estar muy apegado.
-ya sabes que Haruki-chan es una versión miniatura de papá, Shinobu-chan- hablo Sakura desde el marco de la puerta, con una camisa que era de Aizawa y un pantalón de pijama.
Al ver a su madre Shinobu corrió hasta ella para ser recibida por un fuerte abrazo- ¿hoy veremos a Eri nee-chan ¿verdad?
Sakura asintió con una sonrisa- si, hoy es su día libre en la UA y pasaremos por ella a los dormitorios.
La niña saltó emocionada y corrió hasta su habitación exclamando cosas sobre qué tenía que prepararse para ver a su hermana mayor después de todos esos meses en los que había estado en su primer año en la UA como aspirante a heroína.
Porque si, Eri había decidido seguir los pasos de su padre.
Tras contraer matrimonio en una linda y exhaustiva ceremonia, la recién llamados señores Aizawa adoptaron a Eri como su primera hija, y automáticamente se convirtieron en una pequeña y linda familia, tal y como siempre debieron ser. Eri ahora tenía unos padres muy amorosos que cuidaron de ella desde el primer momento, y la frágil niña que alguna vez estuvo sumergida en la oscuridad, se convirtió en una hermosa jovencita con grandes sueños que era respaldada por sus personas amadas.
La familia continuó creciendo, y para alegría de todos, un cuarto integrante se sumó al poco tiempo después, Shinobu Aizawa nació para iluminar la vida de sus padres, una linda niña con el profundo cabello azabache de su padre y los vivaces ojos de su madre. Eri fue la más feliz de convertirse en hermano mayor, ambas crecieron compartiendo un lazo de hermandad muy estrecho, Eri se convirtió en la persona que Shinobu más admiraba, la pequeña peli negra ansiaba convertirse en heroína para acompañar a su hermana mayor, y siempre aprovechaba cada momento para estar junto a ella y aprender todo lo que podía.
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Kunoichi
Fiksi PenggemarElla murió en la cuarta guerra ninja protegiendo a sus compañeros de equipo. Pero ahí no acaba su historia. Volvió a nacer en un mundo donde su presencia cambiaría el camino de muchas personas de diferente manera. Porque a veces solo hace falta un e...